Hoteles de
Canarias : calidad y variedad para el viajero
Del lujo de
los Paradores a la arquitectura colonial pasando por
establecimiuentos rurales
El
Archipiélago canario es todo un mundo de ofertas, donde la
variedad es el signo más destacado. El viajero que llega a las
islas de Gran Canaria y El Hierro - un claro contraste entre
la masificación de una gran isla y el silencio de la más
pequeña de Canarias - puede apreciar esa multitud de ofertas
alojativas.
En el caso de
Gran Canaria vamos a conocer el Parador de la Cruz de Tejada,
recientemente rehabilitado y abierto al público, tras años de
dormido servicio, a comienzos del año en curso. Ya en la
ciudad de Las Palmas de Gran Canarianos alojaremos en el Hotel
Santa Catalina, de larga historia en la Isla y que tiene una
marcada arquitectura colonial y más de 100 años de antigüedad.
En la Isla de El
Hierro, el contraste es aún mayor y encontramos el Parador de
El Hierro, con moderna arquitectura, pero adaptada a la
original imagen de la Isla del Meridiano. Otros dos
alojamientos de esta Isla - Ida Inés y Punta Grande - son de
diseño y ámbito rural.
De una parte el
Hotel Punta Grande, junto al mar, entre acantilados y con sólo
cuatro habitaciones - es el más pequeño del mundo - es un
ejemplo de tipísmo, con servicio profesional, lo que es otro
ejemplo de variedad y personalidad. Lo mismo ocurre con Ida
Inés, no lejos del anterior y que es un coqueto edificio de
tres plantas, donde todo está a mano y desde donde el viajero
disfruta de paisajes inigualables, siempre con trato amable y
familiar.
Paradores :
de la cumbre al mar
La belleza de
los paisajes canarios pueden admirarse por los clientes de los
Paradores de las islas de Gran Canaria y El Hierro de manera
especial, gracias a la localización de ambos establecimientos
hoteleros.
En la isla de
Gran Canaria, el amante del medio natural tiene en el Parador
de la Cruz de Tejeda una atalaya incomparable para admirar
maravillosos paisajes, que van desde la contemplación del Pico
Teide, en la cercana isla de Tenerife, a impresionantes
bosques y cráteres de volcanes, que rodean a este alojamineto
que acaba de abrirse de nuevo, tras una rehabilitación que ha
aumentado su belleza y comodidad, y que es ejemplo de la
construccióntradicional canaria, en este tipo de
establecimientos hoteleros.
A cerca de 1.500
m de altitud, este parador es una joya de la hostelería
canaria, ya que une su historia con ejemplos artísticos y
típicos en su interior, a una ampliación bien realizada, donde
la madera, la riqueza de materiales y el buen gusto son la
norma, haciendo de la estancia en el mismo un momento
inolvidable por su lujo y comodidad.
A su cuidada
gastronomía, con platos canarios de excelente presentación, se
une un Spa, que podría ser uno de los situados a mayor altura
de toda España. Los mejores momentos de sosiego y tranquilidad
pueden disfrutarse a más de 1.500 m de altitud en el centro de
la isla de Gran Canaria, rodeado el viajero de paisajes únicos
donde las cumbres de cerca de 2.000 m de altitud muestran sus
roques volcánicos para deleite del cliente del Parador de la
Cruz de Tejeda.
En la Isla de El
Hierro, su parador es la otra cara de la moneda respecto a su
situación. Estamos junto al mar, en la costa sur, al inicio de
la bahíá de Las Playas, con el original Roque de la Bonzanza,
que parece más bien, dos osos abrazándose, no lejos de la
orilla del mar.
La tranquilidad,
el silencio, junto a la pared de un acantilado de más de 500 m
de altitud, donde solamente se oye la musical ida y venida
del agoa del mar, que acarician los paseos que rodean el
parador.
Su cuidadísmia
gastronomía está de la mano de profesionales del máximo nivel,
esto es algo que es habitual en los Paradores, pero que en la
visita que un grupo de periodistas hemos realizado a este
establecimiento, hemos podido comprobar de forma especial,
quedando impresionados por sus trabajadores, y su equipo de
dirección, que permiten asegurar ser de lo mejor de esta red
de establecimientos hoteleros.
Curiosamente, en
las cercanías del Parador de El Hierro, la carretera que
bordea el mar, a los pies de un impresionante acantilado,
existe un tunel que debe atravesarse para continuar hacia el
aeropuerto y el Puerto de la Estaca. Precisamente a su entrada
está el único semáforo que tiene la isla y que - para
demostrar la tranquiliadad y la paz que reina en El Hierro -
dura algo asi como tres minutos. Otro atractivo para los
clientes del Parador de El Hierro.
Hotel Santa
Catalina : historia y lujo
La estancia de
los ingleses que llegaban a Grran Canaria requería un
establecimiento hotelero de calidad y asi se construiría este
hotel hace más de un siglo - se construyó en el año 1890 -
siendo declarado posteriormente monumento histórico artístico,
conservando hasta la actualidad, y mejorándose con el paso de
los años, su arquitectura y los jardínes que le rodean, lo que
permite estar fuera del bullicio de la ciudad, y no lejos de
la avenida marítima, que une la antigua capital grancanaria
con la Isleta, zona portuaria de enorme vida y trasiego de
mercancias, además de estar cerca de la zona de turismo.
Hotel Santa
Catalina, de Gran Canaria.
Más de 200
habitaciones, espaciosas y que miran a cuidados jardínes, son
un lujo muy especial del que puede disfrutar el viajero.
Amplios salones y terrazas entre abundante vegetación y hasta
un Spa, con un amplio gimnasio, están a disposición del
cliente del hotel. El deporte y el relax están asegurados en
el Hotel Santa Catalina.
La posibilidad
de ser marco de grandes congresos, reuniones de trabajo o de
empresa y, en general todo tipo de actos, tanto a nivel
privado como público, tienen en este gran hotel un lugar ideal
para su celebración.
Una amplia
piscina y otra cubierta e instalaciones complementarias
sumamente cuidadas y con una sensación de amplitud,
dificilmente accesibles en otras instalaciones hoteleras, son
aqui la norma, lo que habla de la calidad de este
establecimiento, teniendo en cuenta que se localiza en una
ciudad con una playa como la de Las Canteras, a poca distancia
del hotel y cerca de la Avenida Marítima que conduce de manera
directa, junto al mar, a las zonas sureñas de Gran Canari y
otras parte de la isla.
Estamos sin duda
alguna, ante el más completo y más cuidado hotel residencial
de Gran Canaria, isla que puede ser visitada con comodidad
desde las instalaciones de este hotel, y regresar
posteriormente a disfrutar de sus instalaciones, tras un día
de recorrido, ya sea por el norte de la Isla o por sus
cumbres, sin olvidar lugares cercanos como el Jardin Canario -
recomendable visita donde puede admirarse una gigantesca
muestra de flora - la famosa localidad de Teror y su entorno,
la antigua zona de Vegueta, asistir a una ópera en el Teatro
Pérez Galdós o a un Concierto en el Auditorio Alfredo Kraus.
Ida Inés y
Puerto Grande en El Hierro
En el municipio
de Frontera - uno de los tres que conforman la isla de El
Hierro - en la costa oeste de la más pequeña del Archipiélago
canario, el viajero encuentra el silencio como norma y la
tranquilidad como habitual forma de vida.
En este paraje,
donde la flora tropical es habitual - la producción de piña
tropical tiene una enorme importancia - encontramos dos
establecimientos hoteleros sumamente originales.
Junto al ma,
rodeado de acantilados, sobre saliendo e internándose entre
las olas, el Hotel Punta Grande, con sus tan sólo cuatro
habitaciones, que le permiten presumir de ser el más pequeño
del mundo, es ejemplo de atención familiar en la persona de
Miguel Torres y su familia,que consigue el mejor trato posible
a nivel hotelero, con una demostrada profesionalidad y
simpatía, que hacen de la estancia del viajero, algo que jamás
se olvida.
Su gastronomía
es de primera calidad, quizas inmejorable. Con el pescado y
buenas carnes en su carta, todo ello habilmente condimentado,
que hacen de su cocina un imperio de calidad. Demostración
definitiva de que en Canarias, nada me jor que degustar su
gran gastronomía - tan grande como desconocida - que es
ejemplo de variedad y, sobre todo, de calidad de sus
productos.
Decorado con
esmero y tipismo, el Hotel Punta Grande, es ese lugar idílico
con que sueñan los amantes del silencio, la tranquilidad y el
dominio de la musicalidad de las olas del mar.Asi es el
alojamiento más pequeño del mundo, que se encuentra
curiosamente, en la más pequeña isla del Archipiélago canario.
Sin duda alguna un establecimiento hotelero recomendable para
el amante del descanso.
Una conversación
tranquila, junto a la barra del pequeño bar que da acceso al
restaurante de este hotel, que ocupa su planta baja - las
habitaciones se encuentran en su primer y única planta -con el
responsable del establecimiento hotelero, mientras se disfruta
de una cerveza, contemplando las olas que rodean al hotel, es
algo que dificilmente puede tener precio. Es simplemente un
lujo que solamente se encuentra en esta isla de El Hierro, la
tierra más hacia occidente del territorio español.
No lejos del
Hotel Punta Grande, en el mismo municipio de Frontera - apenas
separados por dos kilómetros - el viajero encuentra Ida Inés,
un coqueto y cuidado hotelito, con tres plantas, y donde el
trato familiar, lleno de simpatía y atención es la norma,
siempre con la profesionalidad como moneda de cambio, de la
mano de Amós Luzardo, un reconocido profesional de la
hostelería que dejó diferentes negocios hosteleros en la isla
de Tenerife, para instalarse y ofrecer su sabiduría en El
Hierro.
Lo ha conseguido
este empresario en la tranquila isla de El Hierro, donde el
turismo no está precisamente como masificada oferta, pero que
merece serbien aceptada no tardando mucho,ya que sus
atractivos son muchos y variados. Este hotelito, no pasa de
las 20 habitaciones, es un ejemplo de paz y tranquilidad, con
originales paisajes en su entorno, con plataneras, piña
tropícal y flora canaria rodeando el edificio, lo que llena de
placer al viajero acostumbrado al ruido y las molestias de la
gran ciudad.
Además de este
hotelito, su propietario, prepara para muy próximas fechas,
un espacio abierto, muy cerca del hotel y no lejos del mar,
donde se puede disfrutar ampliamente del medio natural, con
caballos para deleite de quienes gustan de la hípica. Otros
atractivos están presentes en este lugar, pero destaca de
forma especial, su cuidada gastronomíá, con productos tomados
de la tierra y producidos por este profesional canario,
degustados en el medio natural.
Como puede verse
el turismo rural está en El Hierro magníficamente preparado
para recibir a quien busca la calma, el silencio y la
tranquilidad. Una prueba más de que en Canarias existen
paraisos como este, lejos de la masificación turística ycon
una calidad y una profesionalidad, que pueden competir con
cualquier oferta turística.
Texto: Eugenio
López de Linares
Foto: Mari Paz
Moiso