Tal
como habíamos acordado, salimos del Hostal Orly a las
7,30 con idea de tomar directamente el eje de la carretera
nacional hacia Sandiás, lugar distante unos 6km de
Xinzo. Antes de abandonar el pueblo hicimos el desayuno en
un bar-cafetería que vimos al pasar, no lejos de la estación de
buses; un café que yo acompaño con una ensaimada. Luego
enfilamos hacia nuestro objetivo justo a las 8 de la mañana.
Seguimos afortunados con el tiempo: nada de frío a estas horas,
augurando un espléndido día de sol con una ligera brisa de
dirección variable. Los aledaños del pueblo son más agradables
saliendo en dirección norte que lo visto entrando desde Verín.
Todo nos dicta pues que esta va a ser una etapa muy distinta a
la de ayer; tenemos de salida muy buenas sensaciones, y tras el
mal comienzo de nuestra primera jornada esperamos recuperar hoy
el pulso del buen peregrinaje al que estamos habituados. Saco el
mapa de la zona, que llevo siempre mano, para comprobar que
caminaremos unos 10 km. por el arcén de la carretera,
aproximadamente hasta la altura de Piñeira de Arcos, un
pueblo pequeño.
En
cuanto al supuesto “camino”, trazado y marcado como
‘oficial’ (algo más que discutible), sale de Xinzo de Limia
por la cra. local de Vilar de Santos; y tras cruzar
Vilariño das Poldras, tuerce a la derecha para llegar a
Sandiás justamente en su confluencia con la nacional
N-525. Desde ese punto coincide durante unos 4km por el arcén de
la nacional, y luego se desvía ya hacia Coedo a la altura
de Piñeira de Arcos. Será en este último lugar
donde ya lo tomaremos nosotros, para no abandonarlo hasta el
final de la etapa. En los cálculos efectuados en casa antes de
iniciar el viaje, anoté que este segundo tramo de la jornada
podría suponer unos 13 km, con un recorrido donde se alternan
estrechas carreteras locales con pistas variadas, siempre sobre
terreno montañoso de poca dificultad. No hemos planeado la
opción más corta; pero al tratarse de una etapa de sólo 23 km,
vale la pena a priori hacer algunos km más siguiendo la ruta
señalizada, que según las guías es muy bonita y prácticamente
inalterada por vegetación ajena a estas comarcas.
<img 1: (Xinzo
de Limia-Sandiás) joven castaño bajo la luna llena //
exuberante roble carballo junto a la cra. nacional
N-525(k7-9.27h) >
Aunque vamos
por el arcén, entre Xinzo y Sandiás disfrutamos
con el hermoso paisaje orensano, admirando los castañares
y ‘carballedas’ que se abren a izquierda y derecha; con
notables ejemplares saliéndonos al paso junto a la carretera;
como ese castaño cargado de frutos y el imponente roble
‘carballo’ que vemos arriba(img
nº1).
Pasamos
Sandiás sobre las 9,30; y no perdemos tiempo
acercándonos a su iglesia de Santo Estevo
(tardogótica),
donde se conserva un importante retablo manierista; es
seguro que estará cerrada a estas horas, siendo hoy día
laborable... Una vez más me vienen a la memoria los tiempos de
mis primeras peregrinaciones (a finales de los años 80). En esa
época siempre teníamos abiertas las iglesias a partir de las 8
de la mañana…Era muy raro encontrar alguna cerrada, y visitarlas
brevemente no solo permitía admirar su contenido artístico, sino
que a menudo significaba un impagable alivio para nuestros
baqueteados pies
(ver
Nota 7 al final del capítulo).
En las
inmediaciones de la zona urbana de Sandiás vemos en el
margen de la carretera unos contenedores metálicos, cuyos
letreros llaman la atención de F; tanto es así que
me pide obtener alguna foto suficientemente ilustrativa... Según
me dice, los rótulos corresponden a una empresa de Sabadell
a cuyo propietario conoce muy bien. Piensa mandarle algún ‘e-mail’
con esas imágenes cuando retorne a casa, por si los ‘containers’
que vemos se le han “extraviado” de forma anómala.
A Francesc no se le escapan este tipo de detalles;
como hombre de negocios conoce bien ‘el paño’, porque también ha
tenido que sufrir en sus carnes algún que otro ‘extravío’ de
mobiliario industrial…
<img 2: -Novaiño
(Sandiás)- café-restaurante donde almorzamos // un
interesante peto funerario junto al restaurante (km9-10.45h)
>
A las 10,15
nos paramos para hacer el almuerzo en las inmediaciones de
Novaíño. Como vamos bien de tiempo, descansaremos
tranquilamente media hora. Pide F. un bocata de jamón y yo me
apunto a un pincho de tortilla, ambos acompañados con la jarra
de cerveza. Estando en el café-restaurante
(img
nº2 izq.),
su camarero
nos orienta sobre un cruce cercano, donde debemos torcer a la
izquierda para tomar la ruta de Coedo y el Alto de
Penamá. Nos explica que encontraremos ese desvío,
recomendado a los peregrinos, antes de alcanzar el casco urbano
de Piñeira de Arcos. Según dice, el desvío está
muy cerca del restaurante, tanto que lo alcanzaríamos en solo 10
minutos.
No tardamos
mucho en salir para reincorporarnos a la carretera; pero antes
de cruzarla, nos sorprende en la misma explanada del restaurante
un curioso peto funerario… De hecho todos ellos
los son para quienes no viven en Galicia, y por lo tanto no
están acostumbrados a ellos… Este concretamente es
deliciosamente ingenuo, hasta el punto que nos incita a la risa;
y que nadie me interprete mal, con todos los respetos para el
‘finado’: una persona seguramente muy querida, y valorada entre
sus vecinos, al que rendimos sincero homenaje… En honor a su
memoria reproduciré una foto suficientemente elocuente
(arriba
img nº2der),
y la nota
marginal que sigue.
-Nota 3.-
El peto funerario de D, Salvador Gómez.-
Hay que tener muy buena vista y saber gallego para leer
correctamente el abigarrado texto que cubre por entero el
monumento ; donde no están separadas palabras y oraciones, y
algunas de las letras son meramente esquemáticas. Sin
embargo, subrayo lo esencial de la cabecera del mismo,
destacando que al parecer esa inscripción fue hecha en vida
por el propio don Salvador, exceptuando naturalmente
la fecha exacta de su fallecimiento en 1988.
---Corona
la obra la risueña cara del protagonista, donde se han
engastado unos ojos de cristal bastante prominentes.
Don Salvador luce una pulcra corbata y bajo ella el
texto
“estou vivo”,
con lo que evidencia su firme creencia en la inmortalidad.
Otra idea genial: como protección contra la intemperie se ha
perpetuado con una especie de sombrero...
---Bajo
ese busto figura el texto:
Salvador
Gómez
(2º apellido ilegible)
poeta i artista…
(no descarto que fuese precisamente cantero, labrándose su
propio catafalco)
---Flanquean su figura otro par de ‘caritas’ de gesto serio,
y también ojos saltones, con texto aclaratorio de su oficio:
-ángel
da guarda-
No sigo
con la reseña del peto, pues creo que es suficiente
para ilustrar la imagen; aunque invito a mis lectores a
continuar la transcripción, con el ruego de que quien la
culmine me remita una copia del texto definitivo. Mil
gracias anticipadas…
En el cruce
de Piñeira, donde se deriva la pista asfaltada que
deseamos seguir, hay un cartel oficial con el logo
clásico del Camino. Miro el mapa, y veo que pasado el
pueblo hay otro desvío que nos lleva hacia Allariz por la
cra. comarcal OU-320. Pero en esta ocasión no cambiamos nuestra
idea inicial, y continuaremos por Coedo; es momento de
disfrutar en pleno de la naturaleza, aunque estamos seguros que
no sería esta la opción más utilizada por nuestros antecesores
de la edad media….
Desde el
cruce previsto, donde llegamos a las 11,05, nos acercaremos a
Coedo por una estrecha carretera local que más parece simple
pista asfaltada. Es un corto tramo de 2 km, recto y llano, donde
caminamos inmersos en un viejo bosque de robles; un par de
kilómetros que se nos harían cortos por lo agradable, a la par
que espectacular, del entorno vegetal. Si todo el Camino
fuese así esto sería coser y cantar… El paseíto hasta Coedo
dura sólo 20 minutos; y desde ese lugar se desvía una
pista de tierra a la derecha con la que iniciamos la ascensión
del monte Penamá (927mt.
altitud),
al que iremos rodeando por su falda oriental sin llegar a
cruzarlo por la cima. A media subida hay que pasar por San
Miguel de Torneiros. En este itinerario abundan los
prados, y algún terreno de cultivo de regadío entre las manchas
de boscaje; significando pues otro tramo de gran belleza,
aunque muy diferente al umbroso robledal del valle que dejamos
atrás. Aquí nos baña el sol de pleno, iluminando un paisaje
prácticamente primigenio... La vista y los olores no engañan:
este entorno aparenta no haber sido apenas alterado en los
últimos cien años. En la cubierta vegetal, incluido el arbolado,
no se ven especies exóticas; y el equilibrio entre pastos,
bosque y lugares habitados podría ser el arquetipo para ser
mostrado a quienes desconocen las ventajas de vivir en el mundo
rural. Sin embargo parece haber poca gente por aquí, solo he
visto unas pocas casas de piedra semiderruidas, invadidas por la
hiedra, que acusan fehacientemente la lenta decadencia del mundo
medieval del que proceden…
<img 3: -(San
Miguel de Torneiros)- campo de calabazas (km12) //
clásica arquitectura rural gallega en el pueblo
(km13-11.58h) >
Poco
antes de San Miguel fotografío un campo atiborrado de
enormes calabazas oblongas, intensamente coloreadas con listas
verdes y amarillas
(img nº3).
Me comenta F. que seguramente las deben emplear para
engordar cerdos. Por esta zona también encontramos poco después
varios endrinos, arbusto que no conocía, cargados ahora
de unos pequeños frutos negro-azulados muy similares a las
aceitunas, aunque de mayor tamaño. Intrigado por los arbustos,
estoy absorto cerca de uno de ellos intentando sacar algunas
fotos cuando se acerca F... Mi colega me
confirma la identidad de este espécimen vegetal, muy poco
extendido por el este y sur peninsular. Me explica que con estas
bayas se puede obtener una buena compota; aunque que si las
probamos al natural las hallaremos algo ásperas. Pruebo al
momento una de las frutas, del tamaño de una aceituna sevillana,
y en efecto está áspera. Más tarde me enteraría de que el
endrino (también llamado arañón) es un ancestro
silvestre del ciruelo, y además de su uso para preparar
mermeladas es ingrediente básico para la elaboración del
pacharán, célebre licor navarro. Esto de descubrir en su
hábitat natural alguna planta que no conocíamos, aunque sea
típica de algunas zonas del país, es algo que me encanta.
Tras media
hora de permanente ascenso alcanzamos San Miguel (hoy
Outeiro), un pequeño lugar donde encontraremos
diversas muestras de lo que podríamos denominar el ‘mobiliario
urbano’ de San Miguel de Torneiros, según el argot al
uso. Al cruzar la población vemos algunos hórreos; en evidente
abandono en su mayoría, aunque recuperables para su tradicional
función... También vemos al pasar ante ella una tradicional
fuente-abrevadero, que seguramente será usada también como
lavadero público por el escaso vecindario del lugar.
Aunque sin detenernos demasiado, hago parar unos momentos a mi
compañero para obtener algunas imágenes, y proseguimos luego
nuestro camino sin siguiera bajar la mochila al suelo...
Antes de
abandonar el centro urbano de este solitario pueblo,
vuelvo a sacar la cámara para incorporar a mi reportaje gráfico
interesantes detalles constructivos de alguna de sus antiguas
casas de granito
(ver arriba
img nº3der)...
En San Miguel apenas hemos percibido la presencia de
vecinos; solo hemos sentido al pasar el ajetreo de uno de ellos
haciendo algo tras el muro de su vivienda. No se ven por estas
aldeas esas espectaculares casas de nuevo cuño, como las que
abundan junto a carreteras comarcales o nacionales, de las que
hemos mostrado y mostraremos diversas imágenes en estos
reportajes; edificaciones admirables, por la perfección de los
sillares con que están construidas, tallados hoy en día a
escuadra mediante el uso de maquinaria moderna. Las casas
tradicionales que vemos en este lugar fueron edificadas
durante siglos con grandes piedras de tamaño irregular, a veces
descomunales, cuya labra me recuerda las imponentes paredes de
la cultura inca; pues los sillares se asientan de manera
perfecta, sin necesidad del empleo de mortero. Pese a su
irregular forma y al tamaño de esas piedras, la planta de las
casas se adapta perfectamente al trazado de las calles,
adoptando muros curvos cuando procede y acoplándose en alzado a
los desniveles naturales del terreno; en el cual no es extraño
ver por aquí como aflora la roca madre del subsuelo
(img
nº3 der más arriba).
<img
4: -(S. Miguel de Torneiros)- ‘lavadoiro’ natural
en las afueras // espectacular corredoira rumbo al
Alto de Penamá (km14-12.11h) >
A la
salida de San Miguel encontramos un rústico lavadoiro,
aprovechando el paso de un regato junto a unas huertas. Su
imagen es un delicia junto a nuestro camino y logro una
excelente foto del mismo.
Muy
poco después pasamos junto al pueblecito de Torneiros de
Allariz, algo más poblado aparentemente que el anterior.
El Camino se empina por aquí formando una espectacular
corredoira envuelta por grandes robles
(img
nº4der),
dejando el
citado lugar a mano derecha, de manera que
decidimos no desviarnos; desde lejos no vemos nada en él que
pueda añadir algo sustancial a las imágenes del pueblo anterior.
A las
12,20 alcanzamos la máxima altitud de la jornada... Hemos
llegado a una pista asfaltada, en la que desembocamos
perpendicularmente. En el cruce no hay carteles indicadores de
población alguna, ni a derecha ni a izquierda, pero
afortunadamente tenemos muy cerca un par de operarios que están
reparando las líneas telefónicas con la ayuda del camión pluma.
El que está en la cabina del mástil, suspendido 20mt sobre el
nivel del suelo, me atiende amablemente cuando le pregunto sobre
la dirección correcta para ir hacia Allariz. A la vista
del mapa y con la somera orientación del sol, que ahora está en
su cenit, me hubiera dirigido yo hacia la izquierda, pero el
operario nos envía en la dirección contraria…
El único
cartel que vemos es el que marca la situación del alto de
Penamá (hacia la izquierda), pero seguramente esta pista
asfaltada finaliza allí y en mi mapa de la zona no cruza ninguna
carretera por el citado alto; de forma que esa opción hay que
descartarla, en concordancia con lo que nos ha indicado el
operario de telefonía.
<img 5: (S.
Miguel d Torneiros-Nanín) inmediaciones San Salvador
(fondo Alto de Penamá) // en la cra.N-525 hacia Nanín
(km17-12.42h) >
Saco una
imagen lejana de la cima del monte
(img
nº5)
y empezamos a caminar en la dirección aconsejada. Muy poco
después veríamos por fin las marcas amarillas, junto al clásico
rótulo marcado con la vieira de la peregrinación. Las
señales nos pretenden dirigir a través de un sendero que baja en
picado por el lado izquierdo de la pista, en dirección al lugar
denominado San Salvador; incluso hay un expresivo letrero
recomendando esta ruta por su excepcional interés cultural y
paisajista… Pero la perspectiva que vemos en esta opción no nos
satisface en el plano físico, ni concuerda con nuestro programa
de alcanzar Allariz a buena hora para comer. Porque
San Salvador (antiguo poblado hoy en restauración) está
situado en el fondo de la profunda hoya homónima, por lo
que tendríamos dura bajada y luego más dura subida... Decidimos
pues perdernos el recorrido histórico-cultural, para seguir por
la pista asfaltada rodeando esa hondonada…; seguramente será
algo más largo en cuanto a distancia pero ganaremos tiempo con
toda seguridad, y no nos machacaremos con este fuerte
desnivel…
Muy
pronto alcanzaríamos la intersección con el sendero que regresa
de la hoya de San Salvador. Han pasado solo 20
minutos, en los que nosotros habremos recorrido un par de km por
cómoda pista asfaltada en suave descenso, cuando nos
reencontramos con él en ese punto; ¡seguro que en ese corto
intervalo, nos habremos ahorrado más de media hora respecto a la
“aventura” recomendada por las señales...
Son ya las
12,50 y en seguida encontraremos con otra intersección: ahora la
de nuestra pista con el antiguo trazado de la N-525, muchos de
cuyos antiguos mojones de piedra aún se conservan. Y digo
antiguo, porque el moderno trazado de esta cra. nacional no lo
volveremos a encontrar hasta llegar a las inmediaciones de
Ourense en la siguiente etapa. Desde que iniciamos el
descenso en la proximidad del alto de Penamá, el panorama
ha cambiado radicalmente: ahora se abre plano el horizonte, y
empezamos a ver grandes espacios dañados por recientes
incendios, donde predomina el espeso matorral de helechos y
retamas
(más arriba
img nº5der).
También contemplaremos importantes extensiones de pinar, y de
manera intermitente me sorprende de vez en cuando la aparición
de algunas manchas de abedules, que identifico de lejos por sus
blancos troncos y las hojas redondeadas.
<img 6:
(Alto de Penamá-Allariz) La antigua N-525 (hoy comarcal
OU-320), aromas de 1950 a un kilómetro de Nanín
(km19-13.20h) >
La vieja
N-525 es ahora por esta comarca la OU-320; de manera que nos
encontraremos con los rótulos nuevos intercalados a veces entre
los viejos mojones de piedra
(img
nº6izq)…
No dejaremos ya esta antigua vía hasta la meta de Allariz,
atravesando previamente el bonito y renovado pueblo de Nanín.
En algunos tramos de este intervalo nos invade la nostalgia,
parece haberse detenido el tiempo desde hace 60 años.
Observamos
muchos muros de talud y bastantes trozos del pretil de
protección original de los años 50 del pasado siglo, que se
conservan bastante bien
(img
nº6der).
A los que recorríamos cuando niños este tipo de carreteras, en
los viejos autobuses de la época, nos afloran inevitablemente
los recuerdos asociados a ese escenario. Ahora, aunque
circulando a pié, percibimos claramente las diferencias entre el
trazado de las curvas de aquellas calzadas con las actuales. El
radio de giro era entonces mucho menor, calculado probablemente
para conducir a 60 km/h como máximo. En cambio se solían hacer
antaño unos peraltes exageradamente pronunciados, cosa que se
contradice con esos límites de velocidad... Todo esto lo vamos
comentando F. y yo, mientras caminamos en busca de algún
viejo malecón donde poder descansar un rato.
Poco
antes de alcanzar Nanín la carretera se adentra en un
precioso bosque de pinos, cuya edad debe ser aproximadamente la
que tienen las obras de consolidación y mejora de la calzada y
sus protecciones, ya que ‘a ojo de buen cubero’ les calculamos
pueden tener entre 50 y 60 años... Se trata de la variedad
pino albar, clásico por estos lares y también conocido en el
resto de España como “pino gallego”. Su particular e intenso
olor a resina acentúa nuestras sensaciones, haciéndonos sentir
como los chavales que fuimos en esa época… Para celebrarlo nos
sentamos un ratito en el viejo pretil de bien canteada piedra,
desenroscamos nuestros botellines de agua y, con el
acompañamiento de unos cacahuetes, brindamos por poderlo contar
todavía….
<img 7:
Nanín
(km20-13.27h) lo que va de ayer -casa rural y
hórreo –// a hoy –moderno chalet- // pujante
membrillero >
Con
nuestro Camino en suave bajada hacia la meta del día,
alcanzamos a las 13.25h Nanín; un pueblo donde
vemos mezclados nuevos y deslumbrantes chalets con las
viviendas tradicionales, que aún conservan el viejo hórreo,
utilizado hoy como simple trastero
(triple img
nº7).
La carretera no pasa por el centro del pueblo; y una vez más no
nos desviamos, con ganas ya de terminar la etapa. La cercanía de
una urbe relativamente grande, y con solera, como Allariz
empieza a notarse ya en la calidad de las construcciones,
evidenciando el buen nivel de vida de quienes habitan este
lugar. La mayor parte de las viviendas que vamos encontrando
disponen de patios ajardinados o huertos, desbordándose por
encima de tapias y verjas los árboles frutales; como el
llamativo membrillero que ‘cazo’ con mi cámara al pasar
(img
nº7der),
cuyos espléndidos frutos desprenden ya el inequívoco aroma de su
próxima madurez.
<img 8:
Allariz
(km23-14.05h) Iglesia de San Bieito (e.
tardobarroco, s.XVIII) // frente a nuestro Albergue en
el convento de Santa Clara >
En esta
ocasión estamos muy afortunados al culminar la etapa, porque el
Albergue de la Asociación de Amigos del Camino
de Allariz está justamente a la entrada de la ciudad,
precisamente junto a la avenida por donde accedemos nosotros. El
Albergue está ubicado en la esquina oeste del enorme
Convento de Santa Clara
(véase más abajo img
nº15).
Cuando llegamos a él son exactamente las 2 de la tarde. La
puerta de acceso de peregrinos está apartada de la entrada
principal y la encontramos cerrada, pero hay un cartelito con nº
de teléfono de contacto. Llama F y nos contesta
alguien que hace la función de hospitalero; deberemos esperarle
un cuarto de hora porque ha de venir desde su casa. Descargamos
las mochilas y me dispongo a dar una vuelta por los alrededores,
para sacar alguna foto con perspectiva del gran recinto
conventual y la cercana iglesia de San Bieito que
tenemos justo delante
(img nº8izq)…
De ambos monumentos hablaremos detalladamente en nota marginal (Ver
Nota 4 al final del capítulo). Mientras me dedico
a sacar fotos, Francesc prefiere sentarse un rato y
aprovecha para telefonear a casa.
Estaba
examinando de cerca uno de los cruceros de San Bieito,
del que quería sacar imágenes de detalle con el “zoom”,
cuando observo que se aproxima un coche a la entrada del
Albergue; alguien baja del vehículo y se está acercando a
F… ¡Ya tenemos aquí al hospitalero!.. Guardo la
cámara y me incorporo rápidamente con ellos. El señor que nos
franquea el acceso vive cerca del monasterio, y estaba ya en su
casa por ser hora de comer. Por lo que parece le hemos causado
buena impresión y le inspiramos confianza; nos abre la puerta y
ni siquiera se molesta en acompañarnos al interior. Tras unas
breves indicaciones nos confía un juego de llaves, con el ruego
de que no las entreguemos a nadie. Brevemente nos explica las
normas básicas de funcionamiento de la casa, que además
encontraríamos escritas sobre la mesa del vestíbulo. Nos
confirma que somos los primeros en llegar y posiblemente los
únicos, salvo que alguien aparezca a última hora. --Desde
luego, siendo ya las 14,10 difícilmente llegará alguien en las
próximas 3 horas--, nos dice. Luego nos confirma que no es
el hospitalero; limitándose a colaborar con los
responsables cuando ellos están fuera del recinto. Para sellar
la credencial del peregrino deberemos acudir a partir de
las 17,00h al Museo del Convento, situado justamente bajo
el Albergue, que tiene una puerta de acceso distante solo
30 metros de donde nos encontramos. El vigilante que cuida dicha
exposición es el auténtico hospitalero, quién nos sellará
la credencial y nos podrá dar cualquier explicación sobre
la extraordinaria muestra de arte religioso expuesta
allí; una muestra que nuestro interlocutor nos aconseja ver,
porque contiene algunas piezas únicas en su género…
(véase
Nota 4 en final capítulo).
Nos
aseamos brevemente y posponemos la ducha para el regreso del
restaurante. Hemos decidido acudir a un local cercano que
nuestro recepcionista nos ha recomendado. Se trata del Mesón
Alarico, donde se come dignamente; aunque su mejor cualidad
radica en su cercanía con el Albergue. Pido un Caldo
Gallego y F ración de Macarrones. De 2º
plato coincidimos ambos con el estofado de ternera y patatas.
Regresamos pronto, y tras ducharnos me decido por hacer la
colada, aprovechando hoy la falta de competencia para este
menester, cosa que no sucede todos los días; Francesc
prefiere hacer la siesta primero.
<img 9: (Allariz)
el excelente Albergue de Santa Clara, como evidencia su
amplio y bien cuidado patio (al fondo escalera de acceso)
En el
patio del Albergue han dispuesto una pica para lavar,
donde ejecuto fácilmente esa tarea; tras lo cual engancho mi
ropa en uno de esos típicos tendederos portátiles, usados
comúnmente en pisos y viviendas carentes de terraza. El recinto
está muy bien cuidado, suponemos que por las propias monjas, a
las que no llegaríamos a ver. Está cubierto en su totalidad por
una alfombra de césped, en la que hay una docena de árboles o
arbustos donde también se podría tender la ropa; pero me resulta
más práctico aprovechar el pequeño tendedero. Terminada la
colada subo a por la cámara para hacer un reportaje de este
espacio, aprovechando el espléndido sol que ilumina a estas
horas todos sus rincones
(img nº9arriba).
Finalmente, sobre las 15.40h me tumbo en el catre para hacer
también un poco de siesta, Francesc duerme aún.
Salgo de
nuevo al patio tocando las campanadas de las 17,30, y veo que
F ha realizado ya su colada. Ambos nos vamos al
Museo para el sellado de la credencial, y yo llevo mi
cámara para dar luego una vuelta por el pueblo y sacar un
completo reportaje. Allaríz es de esos lugares que vale
la pena visitar con detenimiento.
<img 10: (Allariz)
museo Monasterio de Santa Clara: Virgen Abrideira,
donación de la Reina Violante (Castilla/León -s.XIII,
marfil-)>
Mientras
sellamos, nos dice el hospitalero que el albergue donde
nos alojamos estaba montado desde hace algún tiempo como
Residencia de eventuales visitantes del Monasterio,
normalmente religiosos/as ó sus familias. Pero desde hace un par
de meses la Asociación local de amigos del Camino logró
un acuerdo con la Comunidad de Clarisas para extender su
uso como albergue de Peregrinos.
Finalizado
el trámite de sellado, y la inscripción en el reglamentario
libro de registro, tardaría muy poco en salir para el
recorrido del pueblo… Con el ansia de realizar mi acostumbrado
tour vespertino, abandoné el museo sin ver con suficiente
detenimiento la exposición; algo imperdonable que luego lamenté,
ya que hubieran bastado solo 10 minutitos más para ver “in situ”
con más detalle algunas de las ‘joyas’ que atesora…. De haberlo
hecho así, podría haber captado con mi cámara la triple imagen
que muestro arriba
(img nº10),
que luego me costaría Dios y ayuda localizar en Internet
con aceptable calidad.
Despistes como este son clásicos en mi persona; seguramente
tendré algún otro antes de finalizar el viaje.
Francesc, que de nuevo opta por quedarse a descansar en el
Albergue, si completaría su visita del museo con todo
detenimiento. Antes de dejarle, hemos acordado en que
volvería a recogerle para asistir a la misa de las 19.30h; cuya
celebración estaba prevista hoy precisamente en la Iglesia de
Santiago, algo que nos hace particular ilusión. Según mis
notas, es además uno de los mejores templos de la ciudad.
El paseo
por Allariz es realmente muy interesante para cualquiera
(ver
Nota 5 al final capítulo), y particularmente para
los que gustamos olisquear las “piedras viejas “, venerables
testigos del devenir de muchos siglos de historia. Pero debo
recalcar en este caso que Allariz es mucho más que
historia, es a día de hoy una maravillosa realidad. Un pueblo
muy equilibrado que ofrece numerosos atractivos: hermosos
espacios naturales, agradable deambular por sus ensortijadas
calles exentas de tráfico rodado, tranquilos rincones donde
sentarse, fácil y amable trato con los lugareños y el colofón de
una variada oferta gastronómica. Sus especialidades culinarias,
algunas específicas del lugar, pueden alegrarnos la vida a
cualquier hora del día: para acompañar al buen vino autóctono o
la cerveza por la mañana, como complemento del café (u otra
infusión) por las tardes…No hay que dejar de probar los célebres
Almendrados, una delicia para el paladar. Es un pueblo en
definitiva como para quedarse al menos un par de días para
disfrutarlo, si no tuviéramos el “jacobeo” impulso de seguir la
ruta al despertar el alba.
<img
11: (Allariz) Iglesia de Santiago
(románica), detalle del ábside (inicio s XIII) //
portada meridional (finales s.XII)>
Ya de
regreso de mi completo tour por la ciudad, tras recorrer la
falda del castillo por la rúa Vilanova traté de cruzar la
urbe en diagonal, pasando por su centro histórico hacia el
Albergue. Pero tuve que rectificar el trayecto porque había
que comprar comida para cenar y para el desayuno del día
siguiente. Al llegar al albergue, me encuentro con que
tenemos un colega con nosotros; concretamente un chaval
madrileño, que viene con problemas graves en los pies. Le saludo
brevemente porque tenemos prisa y paso a la cocina para dejar la
fruta. Al abrir la nevera de la cocina, me encuentro con dos
bidones de agua de 5lt que en un principio llaman mi atención:
están etiquetados como “agua de Lourdes”, aunque resulta
evidente que son reutilizados; algo que no debe sorprender,
porque sabemos que las monjas tienen pozo propio en el huerto y
su agua es potable… Recojo raudo a F y nos vamos
pitando a la misa, que finalmente se celebraría a las 8 en la
parroquia de Santiago.
Pese a
disponer de ese plus de ½ hora, llegamos a la iglesia con la
ceremonia ya empezada, y nos colocamos en el centro de la nave.
Hemos tenido suerte, porque cada tarde se celebra la
eucaristía en una iglesia diferente, y nos toca hoy
precisamente la más interesante de Allariz, desde
el punto de vista histórico y monumental. A poco de acomodarnos
logré una foto aceptable del interior del templo, sacando una
perspectiva central de su nave única. La nave tiene un notable
arco toral enmarcando al ábside, elemento que
denota que estamos ante un templo cuya construcción se inició en
el s. XII. Suspendida del ese arco por un cable de acero, hay
una imponente talla medieval de Cristo crucificado,
la cual preside la ceremonia anteponiéndose al altar mayor. En
cuanto a la doble imagen mostrada arriba del exterior de la
iglesia, he tenido que bajar las fotos de Internet,
porque dada la hora mis instantáneas quedaron algo desvaídas
(ver img
nº11)
Cuando
regresamos no está el madrileño, se ha ido a cenar. Sin ninguna
demora, cenamos también nosotros el potpurrí de frutas que
compré por el pueblo. Por lo tanto estaremos solos en el
excelente comedor de la Residencia, porque no ha venido
nadie más… Terminada la cena, cuando nuestro único colega de hoy
se incorpora charlamos largo y tendido con él, y nos pone al
corriente del dilema con el que se tiene que enfrentar a partir
de ahora. Ha tenido que acudir al centro médico asistencial;
donde tras curarle ha sido preciso cortarle la puntera de las
zapatillas deportivas que lleva, para evitar el roce de las
ampollas. Está claro que lo tiene “literalmente” muy crudo para
caminar, al menos por un par de días, y le aconsejamos que se
quede a reponerse en este Albergue-Residencia, porque es
la única solución segura y aquí se está muy bien…
En vista
de su situación, y la carencia absoluta que tiene de recursos
para curas de emergencia, le dejo mi frasco de yodo, para que
pueda cicatrizar bien las llagas, ya que yo no espero
necesitarlo..; en 20 años solo lo he usado una vez. Nos explica
el chaval (tendrá unos 32 años) que está pasando una ligera
depresión, y su mujer le ha insistido en la idea del Camino
como terapia para desconectar. Por lo que vemos y oímos, el
problema es que su chica lo quiere tanto, que le ha preparado
una mochila que parece un “ajuar de boda”…; con la excepción del
botiquín, no falta de nada, ¡pero pesa 17 kilos! Ahora, además
de curarse, tiene que ir pensando en qué tendrá que suprimir
para reducir ese peso a la mitad, al menos…
El pobre
chaval lleva únicamente dos días caminando, como nosotros, pero
ya ha cascado. Entre el sobrepeso, la falta de entrenamiento, el
inadecuado calzado y la inexperiencia en estos avatares tenía
todos los números para que le ocurriera esto... Antes de irnos a
dormir, le aconsejamos que aproveche la forzosa estancia en
Allariz y permanezca en este pueblo 3 días; porque estando
aquí también se puede “desconectar”, a la par que se recupera
físicamente. Tras mi recorrido por el pueblo, le he podido
garantizar que encontrará sobrados incentivos. Además, durante
ese tiempo de recuperación podría buscarse un par de botas
similares a las nuestras, porque con el tipo de calzado
deportivo que lleva (y roto por una esquina además) va a ser muy
difícil que llegue a Santiago. Hablamos también con él de
otras muchas cosas útiles para afrontar el Camino, y
acerca de algunas de las vivencias y anécdotas que hemos vivido
nosotros. Finalmente le deseamos mucha suerte y feliz
recuperación, especialmente anímica. El muchacho nos agradece el
“cursillo acelerado del peregrinaje”, y promete meditar
nuestras sugerencias.
Tras la
charla se va F. a dormir, siendo ya las 22.15, y yo me
pongo a recorrer detalladamente las dependencias de la casa,
aunque no saco fotos por tener la batería en recarga. Me ha
gustado tanto nuestro alojamiento que he querido describirlo
bien en esta memoria (véase Nota 6 al final del
capítulo), aunque quizás me pasé un poco en la minuciosidad
de mi inspección por todos los rincones de la residencia.
Entre pitos y flautas me costaría casi una hora el recorrido.
Luego, antes de retirarme a la litera, tengo que sentarme un
ratito en la mesa de la biblioteca para resumir en una especie
de inventario todo lo que he visto; lo que hago plasmándolo en
mi libreta de apuntes de forma abreviada, sobre varios esquemas
de la distribución en planta del edificio. El resto de
comentarios al recorrido de la etapa decido dejarlo para el día
siguiente… Porque hoy me he pasado de rosca en la jornada
vespertina, me encuentro bastante cansado y son ya las 23.15h.
Si al levantarme me anticipo media hora a Francesc,
espero no tener problemas para recordar el resto de incidencias,
examinando la secuencia de fotos con el visor de la cámara...
A las
23,30 me meto en la litera tapándome con dos mantas; no tardaría
más de 30 segundos en quedarme literalmente “como un leño”.
<img 12: (Allariz)
Iglesia de San Bieito (s.XVIII) y su cruceiro
occidental (1580) // cruceiro oriental de la iglesia
(1580) / detalle ambas caras>
-Nota 4.-
Iglesia de San Bieito, Monasterio
de Santa Clara y su entorno
(imágenes
nº8más arriba y 15al final).-
La
Iglesia de San Bieito está ubicada en el
ángulo sur del conocido como
Campo da Feira, una enorme explanada extramuros
de la antigua villa medieval, colindante seguramente con una
de las principales puertas de acceso de la vieja muralla,
cuyas ruinas había visto en el paseo vespertino… En ese
lugar se han venido celebrando desde tiempo inmemorial las
tradicionales ferias de ganado, muy populares en Galicia y
León. Actualmente se celebran esas ferias los días 1 y 15 de
cada mes, ofreciéndose los productos artesanales y agrícolas
de la comarca. A estas populares manifestaciones de
comercio y la cultura popular se debe que el recinto
aparezca hoy en el callejero de Allariz con el citado
nombre. La iglesia de San Bieito (San
Benito) está a solo 60 metros del ángulo occidental del
convento ó Monasterio de Santa Clara. Su estilo
constructivo (véase arriba img nº12) no se
corresponde con la fecha de edificación (finales s.XVIII),
pues fue ejecutada en estilo tardobarroco; con
ciertas particularidades arquitectónicas típicas de nuestro
país, como puede serlo el remate semiesférico de su torre.
Precisamente la presencia de una única torre, de gran
esbeltez, y su posición centrada cargando sobre la fachada
frontal del templo es lo que más me llama la atención del
edificio. En la fachada principal impacta bastante la imagen
de san Benito, encajada en una hornacina que parte en
dos el frontis de la puerta. La cabeza del santo es
de mármol blanco con incrustaciones de piedra negra en cejas
y pupilas y destaca de manera casi fantasmagórica sobre su
hábito pintado de negro intenso.
A
ambos lados de la iglesia de San Bieito se yerguen
sendos cruceros prácticamente idénticos, algo
inusual. Vistos de cerca no me parecieron de construcción
reciente, algo que pudimos confirmar al conocer su datación
leyendo el rótulo del ubicado junto a Sta. María de
Vilanova: todos los cruceros de Allariz se
construyeron en el quinquenio 1575/80.
Los
cruceros siempre suelen estar situado en lugares
estratégicos del acceso a las poblaciones, normalmente a la
entrada de ellas, en la intersección de los caminos de ronda
con las vías principales. Que dos de estos monumentos estén
situados en la actualidad a ambos lados del Atrio de las
igl. de San Bieito nos resultaba harto extraño al
llegar. La explicación la supe en mi tour vespertino por la
ciudad, y la tenemos en la Nota nº 5.
El Real Monasterio de Santa Clara
.- Basta con ver la vista aérea que se muestra al
final del capítulo (img nº15) para tener una
idea clara de cuanto citamos a continuación. Encontrar
en esta ciudad un recinto conventual de estas proporciones
da una idea de la importancia que tuvo Allariz
en la antigüedad El recinto del Monasterio ocupa una
cuadrícula de unos 100mt de lado perfectamente murada, cuya
fachada noroccidental mira hacia la antigua villa
amurallada. En esa fachada se abren las principales
dependencias del monasterio, incluida su iglesia, situada en
la esquina norte del recinto. Obviamente, no me extenderé
en describir íntegramente la arquitectura y contenido del
convento actual, porque solo con lo que podemos ver desde
fuera podría llenar varias páginas. Desde luego valdría la
pena verlo por dentro, cosa que ni siquiera intentaremos;
porque para ello habría que permanecer en Allariz un
par de días al menos. En las informaciones resumidas que he
leído sobre la institución se explica su larga historia. Se
trata de una fundación real del siglo XIII, por
iniciativa de la reina doña Violante, esposa
de Alfonso X (“el Sabio”) e hija de Jaime
I de Aragón, la cual se retiró a este cenobio al
enviudar del célebre rey castellano-leonés. Este convento
siempre estuvo en manos de las monjas clarisas, las
cuales (algo rarísimo de encontrar en otros centros
religiosos) han permanecido en él, de manera prácticamente
ininterrumpida, hasta fecha de hoy. No he indagado más
detalles, pero es seguro que en algunas de las turbulentas
guerras y revoluciones que ha soportado nuestro país, los
edificios principales del monasterio debieron ser
intervenidos y ocupados para fines militares, defensivos, o
de logística (almacenaje, etc.). Prueba fehaciente de ello
es su fuerte muro exterior, reforzado en las esquinas con
pequeñas barbacanas (torretas circulares con aspilleras).
En el interior del recinto murado conservan las monjas una
magnífica huerta, todavía en producción. Según nos cuenta el
hospitalero la comunidad, en estricta clausura, la forman
actualmente 20 religiosas de clausura.
En
la fachada principal del monasterio se abren cuatro puertas;
que enumeradas de izquierda a derecha se corresponden
respectivamente con: entrada principal de la iglesia
(para feligreses de la villa), puerta principal de
acceso de las monjas, acceso a los visitantes del
Museo del Monasterio y puerta de acceso a la
residencia y albergue. Como antes apuntábamos, se
conservan en el museo algunas piezas de enorme valor
artístico y material; destacando notablemente La Virgen
“Abrideira” y la Cruz de Cristal de Roca.
La primera es de ellas es una exquisita figura de la Virgen
María y Jesús niño tallada en marfil. Este grupo escultórico
de pequeño porte (60 cm) se abre, mediante unas
imperceptibles charnelas sitas en la parte frontal,
mostrando un retablo trilobular con 9 capillitas
prodigiosamente labradas (ver img nº10).
La
cruz de cristal tiene unas dimensiones aproximadas de
35 x 50 cm. Su estructura está tallada en cuarzo con
engastes de plata, donde se insertan adornos de ágata,
cornalina, perlas y variadas piedras preciosas. Ambas piezas
están datadas en la época fundacional del monasterio, siendo
probablemente parte del ajuar cedido por la reina
Violante a este centro conventual. Cabe apuntar
finalmente, que el claustro del Monasterio de
Santa Clara de Allariz es el mayor de España.
<img 13: (Allariz)
la rúa Arroio luce su enlosado en el núcleo histórico //
la notable casa ‘A Paneira’ y su fuente (s.XV) en la
Plaza Mayor>
-Nota 5.-
Allariz un recorrido por la villa
vieja.- Inicio el recorrido en la Igl. de San
Bieito, donde completo el reportaje fotográfico
iniciado a nuestra llegada (ver descripción en Nota 4).
Cruzo luego el Campo da Feira en diagonal hasta las
inmediaciones de la rúa de Santo Estebo. En este
lugar hay unos restos del subsuelo romano de la villa,
aparentemente un trozo de alcantarillado. Por tanto ya
estamos datando esta ciudad como mínimo de bimilenaria.
En este punto atravesaremos el trazado de la antigua
muralla, la cual se conserva parcialmente por esta zona y es
accesible. 10 minutos después me acercaré a verla de cerca,
debiendo atravesar un patio de vecinos repleto de gatos.
La
iglesia de Santo Estevo está
emplazada en un promontorio rocoso y sus muros se apoyan
directamente en la roca viva, que aflora por doquier por
esta zona. Es una fundación románica del s. XII muy
reformada en el XVI, cuya imagen lamento no poder insertar
aquí por falta de espacio. Está cerrada cuando no hay culto
y solo podré verla y fotografiarla externamente. Conserva un
interesante atrio, la portada original románica de discreta
factura y la torre añadida en 1581. Desciendo luego por la
colindante rúa Ferrería hacia la rúa Portelo.
Me llama poderosamente la atención el enlosado de todas las
calles del centro histórico, de uso estrictamente peatonal;
está ejecutado con grandes piezas cuadrangulares de granito
(arriba img nº13izq). No recordaba haber visto
antes una aplicación tan generalizada de este enlosado en
ninguna otra población, salvo quizás en el mismísimo
Santiago (puede ser una falta de atención mía). Desde
luego esta solución es mucho más estética que el típico
adoquinado de pequeñas piezas que se empleaba en casi toda
España hasta los años 70.
Llegado a la Plaza Mayor, enseguida me
impacta la gran categoría de la Igl. de Santiago;
construida en estilo románico desde finales s.XI
hasta principios del XIII, y ampliada en el s.XVI. Le doy
vuelta completa admirando especialmente su ábside lombardo
semicircular, con tres bellísimas ventanas. Son también
admirables sus dos portadas de puro estilo románico,
de las que muestro como más antigua (s.XII) del
lateral meridional. En su origen, esta iglesia estaba
situada dentro del recinto del viejo castillo medieval
(ver más arriba img nº11).
Junto a la iglesia de Santiago se encuentra “A
Paneira “, otro de los símbolos de Allariz.
Se trata de una casa medieval que entre los s. XV y
XVIII fue sede de una institución de crédito agrícola.
Preside su fachada una preciosa fuente de dos caños, cuyos
grifos están alojados en sendas cabezas humanas de talla
primitiva, y sobre ellos un rosetón con una gran “A”
labrados en el propio muro (arriba img nº13der).
Admirado por la belleza de la Plaza Mayor, bajo luego
en dirección al río, que cruzo por el moderno puente de la
rúa Pardo Bazán. Desde este puente hay una
hermosa vista del Arnoia y su alameda,
quedando a la derecha un magnífico parque, delimitado por el
acusado meandro que antecede al puente Románico.
Cuando alcanzo el estribo exterior del viejo puente, puedo
contemplar una vista magnífica del mismo y justo delante el
extenso prado que linda con la playa fluvial de Arnado
(abajo img nº14der). Desde mi ubicación en el
paseo asfaltado disfruto de muy buenas vistas del río y sus
riberas, por el considerable desnivel del talud en este
punto. Lo que aprovecho para hacer varias fotos. Hay
en ese preciso momento junto al río dos chicas, las cuales
han desplegado sobre el cuidado césped sus libros y apuntes
estudiantiles, ofreciéndome argumento para obtener también
esa imagen campestre. Cruzando finalmente el puente,
distingo muy bien la aguda colina sobre la que se aún se
distinguen las nobles ruinas del castillo, claramente
visibles desde aquí y que no podré visitar en esta
ocasión.
Tras
cruzar el puente románico (abajo img
nº14izq) me encuentro en la Rúa Vilanova,
importante eje viario que me llevará un kilómetro después
hasta la plaza Mayor. Un largo tramo de esta
calle, en la proximidad de la iglesia homónima, evidencia
ser un trozo aún visible de la vía romana XVIII;
las grandes losas del ‘pavimentum’ se
ven aún en buen estado tras 2000 años… Paso luego junto a la
Iglesia de Sta. María sin tiempo para verla, aunque
sí examino su crucero, dentro de un bonito
entorno urbanizado en la fecha de su instalación. Junto al
monumento hay un cartel que explica el por qué se
construyeron 4 cruceros en Allariz, y los cambios de
su ubicación original a la actual. Todos ellos fueron
erigidos en el año 1579, como rogativas para implorar
protección contra una devastadora epidemia de peste. Eso
explica el porqué de su factura prácticamente idéntica: son
evidentemente obra de un mismo taller, con el mismo maestro
escultor. Se colocaron en esas fechas junto a cada una de
las 4 iglesias parroquiales de la época: S. Pedro,
S. Esteban, Santiago y Sta. María de Vilanova.
Actualmente solo se conserva en su emplazamiento original
el último de ellos. Los tres restantes se trasladaron en el
siglo XVIII al campo de S. Bieito (San
Benito), conocido popularmente también como campo da
Feira; no he logrado saber por qué se cambió el
emplazamiento de estos cruceros…
<img 14: (Allariz)
puente románico sobre el río Arnoia //
paseo de Arnado, dehesa y playa fluvial >
-Nota 6.-
El Albergue- Residencia de Santa Clara, un
cinco estrellas del Camino Mozárabe.- Que el
Monasterio de Santa Clara haya sobrevivido,
prácticamente intacto durante 7 siglos, frente a la villa de
Allariz dice mucho de la permanente sintonía de la
comunidad religiosa con las autoridades civiles y el pueblo
llano. Una sintonía que, afortunadamente para nosotros los
peregrinos, sigue siendo vigente hoy. El el acuerdo
alcanzado recientemente, para acoger entre sus muros a este
Albergue de Peregrinos, es un claro exponente
de ello. El Albergue es una feliz realidad para
nosotros desde el pasado verano de 2010, tras acordarse
adaptar a esta benéfica función su anterior uso como
Residencia de Visitantes del Monasterio.
Consta el Albergue- residencia de 3 espacios: el
patio, el primer piso para servicios generales y
el segundo piso destinado básicamente a dormitorios.
El
patio
(img
nº9más arriba),
al que más propiamente podríamos denominar “jardín”, es muy
espacioso; tiene forma de “L” y está limitado lateralmente
por dos muros paralelos. El muro interior, de unos 4
metros de alto por 0,80 de grosor, nos impide ver desde la
terraza del 1er. piso la extensa huerta del monasterio. La
doble muralla que contornea y delimita todo el conjunto por
los cuatro costados establece un corredor de 12m de anchura,
que en el pasado pudo ser una especie de deambulatorio del
recinto. En una de las esquinas de este gran rectángulo ha
quedado ubicado lo que es ahora nuestro “jardín”. El ala
larga de la “L” se alinea con la fachada principal del
Monasterio frente al Campo da Feira, mientras el ala corta
queda limitada por muro de cierre, junto al que se encuentra
el antiguo pozo. Todo el recinto está tapizado con un bien
cuidado césped, surcado por senderos enlosados junto a los
que hay modernas farolas tubulares y pilonas de luz
permanente. Finalmente, esparcidos alrededor del
patio-jardín han colocado 5 bancos de piedra. Desde este
patio se accede al 1er. piso mediante una escalera de piedra
adosada al muro interior, el cual delimita como decíamos las
huertas y jardines privados de las monjas.
Las
estancias del Albergue-Residencia ocupan el extremo
occidental de la fachada principal del monasterio,
conformando una planta rectangular alargada. Cuando
accedemos al
piso 1º desde la escalera exterior
encontramos en el lado derecho una zona de recepción,
donde hay guardarropa y una mesa con estantes
que contiene información y folletos del Camino, la
ciudad y la comarca. Alineados a la izquierda de esta planta
hallamos sucesivamente el gran salón-comedor,
una súper equipada sala de armarios y tras
ella la espaciosa cocina. Entre la sala anexa
de armarios y la propia cocina encontraremos, perfectamente
limpio y ordenado, un completísimo menaje como para
abastecer a 50 personas.
En el lado
derecho de la primera planta, a continuación del recibidor,
arranca la escalera que sube al piso superior y bajo la
escalera veo sucesivamente dos trasteros para
artículos de limpieza y dos pequeños aseos con
servicio y lavabo. Siguiendo el pasillo distingo al
fondo una puerta entreabierta; tras prender la luz me
encuentro la gran sorpresa de esta excursión nocturna:
una preciosa capilla, orientada
perpendicularmente al pasillo, cuyo altar se apoya en el
muro derecho del edifico. Situado frente al altar me espera
otra sorpresa: la pequeña nave tiene una cubierta abovedada
que soportan dos arcos torales y se cierra en el muro
exterior con un esbelto ventanal de remate semicircular. Me
acerco hasta el fondo de la capilla y me vuelvo a
sorprender, viendo ahora en semipenumbra una amplia
terraza descubierta que vuela 6 metros sobre el Campo
da Feira. Examinando después mis fotos ya grabadas podré
comprobar que esta terraza, de planta cuadrada, es una
tribuna que sobresale de la fachada del monasterio y se
apoya directamente sobre la acera que le rodea. Al retornar
al altar decido pulsar todos los interruptores y detecto
junto al mismo una pequeña puerta que comunica la capilla
con una salita donde hay dos antiguos cajoneros; encima de
ellos un armario vitrina donde cuelgan las casullas y
clásicas camisas del oficio de misa. Evidentemente
este cuartito es la sacristía de la
capilla. Mi curiosidad me puede, que Dios me perdone, y
abriendo un par de cajones veo más ropas y utensilios
litúrgicos… Ya no me cabe duda de que esta capilla debe ser
usada para el culto por la comunidad cuando no se celebran
oficios públicos en la iglesia… Me lo estoy pasando genial
con el “Inventario”…; cierro todas las luces y me encamino
al 2º piso para terminarlo.
En el
piso 2º, alineadas también sobre el lado
izquierdo y lindantes con el Campo da Feira, están
dispuestos los dormitorios: en primer lugar y
situada frente al patio hay una habitación para una
persona que requiera atención preferente, con cama
individual y complementos (en ella se está alojando en este
momento nuestro compañero madrileño). A continuación se
alinean los dos dormitorios grandes del Albergue,
para un total de 18 plazas (5 y 4 literas
respectivamente). Cada uno de ellos incluye su anexo de
servicios que cuenta con sanitarios, lavabos y duchas
suficientes. Tras los dormitorios tenemos un amplio
salón-biblioteca con gran mesa de reuniones para 24
personas. El salón, dispuesto perpendicularmente al
edificio, está situado exactamente sobre capilla. Una vez
finalizada mi “inspección”, y pasados las datos a mi libreta
de apuntes, me acerco a la ventana del fondo de la sala.
Desde ella puedo admirar unos momentos la amplia vista
nocturna de centro histórico de Allariz…
<img 15: (Allariz)
Monasterio de Sta. Clara e igl. De San Bieito
junto al Campo da Feira, el albergue marcado
Aà
en el
centro de la imagen>
-Nota 7.-
El cierre de las iglesias por temor al expolio
y el vandalismo.- Cuando en el año 1986 hicimos en
coche con mi mujer el primer recorrido por las rutas del
Camino, podíamos entrar en día laborable a cualquier
iglesia de pueblo, incluso a primera hora de la mañana o a
mediodía. Siempre solían estar abiertas y a veces sin ningún
parroquiano/a en su interior. En aquella época no estaba yo
tan interesado como ahora por los estilos arquitectónicos,
ni en las vetustas pinturas (o esculturas) góticas o
barrocas colgadas en los templos. Si a lo largo de
nuestro viaje nos acercábamos a cualquiera de ellos fuera
de horas de culto era por expresa recomendación de algún
lugareño, o por indicaciones de la recepción del hotel donde
nos alojábamos. Luego (a partir de 1988), ya como peregrino,
solía ir a las iglesias en busca del párroco para el sellado
de la credencial y poco a poco , a la par que aumentaban mis
conocimientos y afición por las bellas artes , ya empecé a
interesarme más y entraba en ellas por pura curiosidad.
Recuerdo bien que a veces lo hacía simplemente para
descansar un rato a la fresca, mientras observaba su
mobiliario religioso; sin una idea concreta de su
contenido…, porque no tenía aviso del mismo al no existir en
esa época guías detalladas de la ruta… En la actualidad, por
desgracia para nosotros, la inseguridad creciente que nos
han traído los nuevos tiempos obliga a quienes se cuidan de
los templos a tomar toda clase de medidas para evitar su
expolio y el vandalismo en ellos… Debo decir, y por favor
que nadie me tome por xenófobo, que por las informaciones
que tengo en la mayor parte de casos los expoliadores son
“profesionales” venidos de fuera. Muchas veces gente
superexperta en los diversos estilos artísticos, que en
nuestro país abarcan desde la alta edad media hasta el
neoclasicismo. España tiene un inmenso patrimonio, como
sabemos, encuadrado en ese amplio período histórico (siglos
XI a XVIII), y ha estado mucho tiempo en el punto de mira de
algunos desalmados que sistemáticamente se han dedicado a su
expolio en los lugares más vulnerables de nuestra geografía;
especialmente en aldeas y pueblos remotos, de zonas
escasamente pobladas. Puedo citar al archiconocido “Eric
el Rojo” (de nacionalidad belga), el cual ha llegado
incluso a la desfachatez de publicar varios libros, contando
sin pudor sus grandes hazañas de salteador de iglesias y
conventos.