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CAMINO DE SANTIAGO: --Ruta MOZÁRABE--

SEVILLA—SANTIAGO por la VÍA DE LA PLATA y la Variante Sanabresa


por Antonio García Márquez

Indice : Capítulos I - II- III - IV - V - VI - VII - VIII - IX - X - XI - XII- XIII - XIV - XV

XVI
- XVII  - XVIII - IXX - XX - XXI - XXII - XXIII - XXIV - XXV - XXVI - XXVII - XXVIII - XXIX - XXX

 - XXXI - XXXII - XXXIII - XXXIV - XXXV - XXXVI - XXXVII - XXXVIII - XXXIX - XL - XLI


 
Cap.XLI / (33ªEt.=25,0Km) LUBIÁN-A GUDIÑA (5 Julio, Lunes) 

        Hoy nos podemos permitir una salida nocturna, aprovechando mi conocimiento del primer tramo de 4 km hasta el Santuario de La Tuiza. Yo he desayunado en el salón-comedor del albergue a las 5.30, consumiendo en esta ocasión una lata de atún, y en cuanto aparece Francesc le entrego su bocadillo con embutido, al que solo pega un par de bocados…Lo hace de pié, en el pequeño recibidor de nuestro refugio, del que salimos con el máximo sigilo sobre las 5.50, con buen tiempo y noche cerrada.

     Sin ninguna incidencia arribamos al Santuario pasados 40 minutos, cuando justo empezaba a clarear el día. Pero la zona es bastante oscura, ya que se encuentra encajada en un valle; lo que nos dificulta encontrar la pista buena de salida, que parte desde la explanada de La Tuiza. Damos varias vueltas al entorno y no logramos ver las marcas amarillas; llevándonos un cuarto de hora encontrar un camino a la derecha, que remonta la ladera  izquierda de la autovía.  Pronto veremos que se trata del sendero bueno, porque un poco más arriba empezamos a ver las marcas… Una vez más nos ha fallado la señalización en un punto clave: la primera flecha amarilla apareció 30 metros más arriba de la explanada, en plena subida de la pista. Posiblemente había otra más abajo en el sitio oportuno del replano, adosada o pintada en alguna piedra o árbol hoy desaparecidos… Pero no le demos más vueltas, me culpo a mí mismo del despiste, porque en la tarde anterior debería haberme fijado en ese detalle; tuve tiempo sobrado para hacerlo.  

     En las proximidades del talud de la A-52 nuestro camino sigue durante unos cientos de metros en  paralelo con la autovía (que no vemos por la oscuridad reinante). Es un trayecto plano ahora;  una pequeña dehesa poblada de pinos, donde encontraremos enseguida una diminuta ermita o humilladero. No vemos ningún cartel y me paro unos momentos para ver si logro obtener alguna foto reveladora… Aunque muy pequeña, la ermita me hace gracia por su armoniosa construcción, a base de bien canteados sillares de granito. Saco las fotos sin comprobar el resultado en el visor, porque F. se me adelanta 50 metros envuelto en la oscuridad de la madrugada (ver imagen nº1 y Nota 18 abajo). Luego comprobaríamos  que valía la pena sacar esas imágenes. 

< img 1: (Lubián- Portela de A Canda) preciosa ermita-humilladero, recientemente mutilada (ver nota abajo) (k2,5-6.40h)>

 

-Nota 18-  Humilladero de La Inmaculada, una perla en el camino hacia A Portela da Canda:   He tenido que entrar varias veces en Internet para confirmar su nombre; porque en algún que otro pie de foto, e informaciones poco precisas, parece estar identificada como “Ermita de la Tuiza”, relacionándola con el cercano Santuario de la misma advocación. Finalmente, debo dar la advocación señalada como la verdadera, a tenor de la fiabilidad de las fuentes que la respaldan.

    Las imágenes exteriores que he logrado obtener del pequeño humilladero me han salido demasiado oscuras, aunque puede verse la forma y proporciones del edificio. Sin embargo logré sacar una correcta foto del pequeño pórtico, y la muy meritoria instantánea del interior, lograda prácticamente a ciegas…En ella podemos ver una talla de la Inmaculada, flanqueada por varios ramos de flores frescas. En la Red se menciona repetidamente que -“en las afueras del Santuario de La Tuiza se mantiene a la vista de los peregrinos y romeros una pequeña representación de la Virgen, para que quienes se desplacen a este lugar puedan orar siempre ante ella, dado que el Santuario está cerrado de ordinario”-. Podría tratarse de esta capilla, pero no se puede afirmar de manera taxativa… En mi opinión, estas informaciones deben referirse a la visualización del altar mayor del propio Santuario, a través de una ventana enrejada en una de las capillas laterales del crucero….  Porque la incuestionable imagen de la Inmaculada que hay en este humilladero no tiene nada que ver con la talla mariana entronizada en el  altar mayor del Santuario, la cual sostiene al Niño Jesús.  

    Por otro lado debo constatar, y denunciar, un imperdonable expolio cometido en tiempos recientes (concretamente entre mi visita de 2011 y el momento de redactar esta Memoria -Julio 2016-). Para suplir las muy deficientes fotos exteriores logradas con mi cámara tuve que recurrir a Internet, donde encontré una imagen válida de esta capillita, obtenida con luz diurna. En esa imagen (foto nª1izq), lamentablemente no fechada, el edificio conserva el remate del frontis que vi yo en su día; el cual,  aunque en semipenumbra, se distingue claramente en mis fotos. Un bello remate consistente en una cenefa de piedra con motivos vegetales, flanqueada por 3 airosos penachos. Esta magnífica cenefa  ha desaparecido en la actualidad, como se comprueba fehacientemente en las imágenes recientes, fechadas y colgadas en la red. No he podido saber hasta el momento si la mutilación la ha ocasionado algún ‘vándalo’ desconocido, o bien se trata de una acción ‘autorizada’ por la autoridad competente (religiosa o seglar), para trasladar la cenefa a otro lugar. De ser esta última la causa de su desaparición, no dudaría en calificarlo como imperdonable ‘cacicada’. En este supuesto me gustaría saber el porqué de su sustracción, y dónde demonios ha ido a parar el adorno…

 

        Poco después, bajamos hacia el cauce del arroyo de la Tuiza y tenemos el privilegio de observar  un par de jóvenes ciervas a menos de 50 metros de distancia. Las sorprendemos pastando tranquilamente en un pequeño claro del bosque, pero su aparición es muy fugaz; apenas podemos disfrutar diez segundos de esa delicada escena campestre… Saco la cámara con premura y, no más situarla en disposición de disparo, brincan las cervatas  hacia la espesura y desparecen de nuestra vista… Logré sacarlas en la instantánea, pero tan borrosas que no puedo reproducir la foto.   

 Caminamos 20 minutos por un paraje selvático semi-llano, hasta que el sendero empieza a empinarse en el inicio del Portillo de La Canda, que desde ahora mencionaremos con su nombre original gallego: A Portela da Canda.  Estamos ante  un puerto mítico, que algunos peregrinos equiparan  exageradamente al Cebreiro de la provincia de Lugo, pero no tienen ni punto de comparación. En A Canda no llegaremos a 3 km de rampas de gran pendiente, mientras que  O Cebreiro nos depara no menos de 7 km muy empinado, con el agravante del pétreo suelo en buena parte del tramo, sumamente resbaladizo por el deambular de las vacas… Este último es en mi opinión el puerto más duro de los caminos jacobeos en territorio español.

 

< img 2: (A Portela da Canda, media subida) senda entre helechos (7.23h)  //   joven robledal (7.36h)> 

     Subimos sin parar durante casi una hora, pasando por un espectacular bosque galería.  A la derecha del sendero baja tumultuoso el arroyo de La Tuiza, que apenas logramos ver a través de la enramada. Dada la frondosidad del bosque y que el sol aún se elevado poco sobre el horizonte parece que estemos en Birmania ó Indonesia…. El camino es bastante húmedo en casi todo el tramo, abundando los grandes helechos (img nº2izq); también hemos ido encontrando variedad setas, entre ellas varios espectaculares “boletus edulis” que de buena gana hubiera cargado en la mochila, aunque me abstengo en esta ocasión. No es de extrañar su presencia, en un entorno en el que abundan los jóvenes robles (img nº2der)

    A las 7.40 tocaba descanso, aunque aún era pronto para el almuerzo de Francesc. En su momento habíamos decidido sentarnos en el primer lugar adecuado que encontrásemos; que será finalmente un rellano herboso, donde hay varias piedras grandes. Muy poco después recibiremos la visita de otros colegas: en primer lugar Helmut, un simpático alemán al que no habíamos visto antes. Cuando estábamos presentándonos aterriza “el trío calavera” amante a la griffa; a quienes califico con el nombre artístico del famoso trio caribeño por lo ruidosos que estaban la tarde anterior… Todos se acomodan junto a nosotros y mantenemos una charla sobre la etapa durante un buen rato. Tras este contacto se despeja bastante nuestra aprensión hacia el trío. Hoy andan bastante más despejados que la víspera, mostrando tener una sensatez que no les suponíamos… Quizás sus excesos verbales de la víspera de debieran a alguna celebración extra, y se pasaron un poco… Total, que me alegra mucho poder decir esto, tanto por ellos mismos como por nosotros..; si nos los volvemos a encontrar creo que podríamos dormir más tranquilos.     

     Reanudamos la marcha, por un camino donde progresivamente se va imponiendo la luz entre las sombras...; algo típico en los puertos, a medida que se va ganando altura. Hasta que súbitamente el bosque tropical cede paso a una tupida alfombra de matorrales rastreros, típicos en cimas que sobrepasan los 1100mt, las cuales suelen permanecer cubiertas de nieve en los crudos inviernos de esta comarca norteña. En ese punto, recordamos con Francesc los cotidianos partes meteorológicos de la ‘franquista’ Radio Nacional de España de los años 50/60…: “cerrados la portilla del Padornelo y de La Canda”, etc., etc.: -- ¿quién nos iba a decir que 60 años después subiríamos a pié por estos andurriales? --… Eran unos nombres super conocidos, y sin embargo nunca se me había ocurrido buscarlos en el mapa.  Intuía que eran lugares remotos, y efectivamente lo son para quienes vivimos a orillas del mediterráneo; pero quizás los percibí tan distantes por estar ubicados en una de las comarcas menos pobladas de nuestro país (la Alta Sanabria), de donde nunca llegué a conocer a nadie. 

< img 3: (ascensión de A Portela da Canda, tramo final ) aerogeneradores en la cima a 600mt (8.18h) // coronando el puerto (8.39h)> 

   Los últimos 600 metros hasta la cumbre se hacen durísimos: sobre el intenso verdor del matorral veíamos en la cima una docena de aerogeneradores, recortándose contra el azul del cielo. Eran nuestra referencia inmediata, pero costaría un poco alcanzarla (img nº3izq)… En algún momento se pierde el sendero entre matojos casi impenetrables, presentando  a veces varias bifurcaciones donde elegir para continuar el ascenso. En un punto determinado escoge F una trocha diferente a la mía, aunque ambos las pasaremos canutas para progresar... Estamos en el cono final del puerto, donde la pendiente media rondará el 35%  y con los matorrales como hándicap de por medio. Lógicamente, Francesc lo pasa por momentos algo peor que yo, y en alguna ocasión se queda medio atascado (img nº3der); de manera que tengo que echarle una mano y tirar de él para salvar el obstáculo. No olvidemos que mi colega pesa más que yo, carga con 4 kilos más en la mochila, y por si fuera poco también me lleva 6 añitos de “ventaja”…

 

< img 4: (A Portela da Canda ,- altitud 1.360m- ) una imagen para el recuerdo, junto a Helmut (k7-8.46h)> 

     Al final del ascenso topamos con una pista asfaltada, que 30 metros a la derecha desemboca en un monumento. Nos dirigimos a él como primera medida, buscando alguna información sobre la ruta a seguir…; pero lo que encontramos allí es a un sonriente Helmut que nos está viendo llegar…Por fin, a las 8.45hh estamos ante el hito que marca el linde entre las provincias de Ourense y Zamora, así como la señalización de A Portela da Canda y su altitud (1.360m).  Nos saludamos satisfechos con el teutón,  y dada la relevancia del lugar posamos para la imagen de la jornada… Se presta gustoso a inmortalizar nuestra gesta un señor que acaba de bajar del coche muy cerca de nosotros, el cual se ha postulado para ello sin necesidad de convocarle. Nos haría varias fotos,  tanto con la cámara de Helmut como con la mía (ver arriba img nº4)

    Desde las alturas del puerto nos ponemos a examinar la inmediata ruta a seguir. Por este lugar pasan bajo tierra tanto la cra. nacional N-525 como la autovía; pero nosotros tendríamos que continuar por el itinerario señalizado con las habituales  marcas del Camino, las cuales se dirigen hacia el sur por una carretera local, que llevaría en primera instancia hacia el propio lugar de Canda. Si las seguimos, habríamos de afrontar el resto de la etapa por caminos o pistas hasta alcanzar A Gudiña… 

    Vista desde nuestra privilegiada atalaya, la  carretera de Canda describe un gran rodeo, bajando por la falda derecha de la montaña que vemos frente a nosotros, al otro lado de un amplísimo valle. Esta ruta no me gusta nada: me huele a paseíto turístico, porque se ven en relieve una sucesión de nervaduras en la sierra que supondrán “otros tantos toboganes”…Además, está muy claro a la vista y así lo confirman los mapas, que por ahí alargaríamos considerablemente el viaje que nos queda hasta nuestra meta de A Gudiña. Como 2ª opción, vemos otra carretera bastante más amplia que pasa muy cerca de donde estamos, rodeando la explanada del monumento, la cual parece dirigirse en línea recta hacia el oeste; precisamente en la dirección donde vemos allá abajo el trazado de la autovía A-52...  Esta sería la opción buena, porque aunque no se divisa desde esta posición, sabemos que muy cerca de la autovía circula también nuestra ‘amiga’ N-525, que atraviesa precisamente nuestro destino final….  

    Para asegurar la decisión adoptada, consultamos el asunto con el señor que nos ha hecho la foto, quien  nos recomienda sin dudarlo la 2ª opción: la ancha carretera que vamos a seguir ahora no es otra que la ya conocida comarcal ZA-106; que nos trajo hasta Lubián y luego ha remontado el puerto tras pasar por Chanos y Las Hedradas. Nuestro interlocutor nos aclara que esta carretera ha sido ampliada recientemente en la vertiente orensana del puerto, hasta desembocar en la N-525, donde finaliza, por eso la vemos tan ancha ahora... Al retomarla en este punto acabaremos por cerrar hoy todo su curso, un día después de abrirlo en la misma nacional N-525 pasado Padornelo.

 

< img 5: (A Portela da Canda) exuberante panorámica izquierda, bajando por la vieja cra. comarcal ZA-106 (k7,5-8.55h)> 

Agradecemos las orientaciones al paisano y emprendemos el descenso, admirando unas vistas magníficas a nuestra izquierda. En primer término la alfombra de espesos matorrales de la ladera oeste del puerto, donde se da una sorprendente variedad de tonos verdes, combinados con algunos marrones. Al igual que en la ladera opuesta, no vemos apenas arbolado por esta zona; en cambio son muy abundantes los pinos en las faldas de la sierra donde se asienta A Canda, al otro lado del valle (img nº5 arriba).

    Durante la bajada hacia la carretera nacional me voy entreteniendo al hacer algunas fotos del paisaje, uno de mis grandes “hobbies”. Cuando me lo puedo permitir como hoy no paro de hacerlas; y precisamente en esta jornada vamos muy bien de tiempo, por lo que no tenemos ninguna necesidad de correr. El amigo Helmut se nos adelanta y enseguida toma medio km. de ventaja; y en cuanto a Francesc,  se me ocurre sugerirle que no se detenga a causa de mis fotos, si no le apetece. De manera que mi colega también se me adelantará de vez en cuando unas decenas de metros… Esta norma volveremos a utilizarla en adelante, durante el resto del viaje; las pequeñas distancias que me toma el compañero puedo reducirlas luego en 4 ó 5 minutos apretando un poco el paso, y él no tiene porqué perder su ritmo de marcha.

 

< img 6: (Portela da Canda-A Gudiña, junto cruce de Vilavella) ¡benvidos a Vilavella!     (k12-10.22h)> 

     Mis apuntes dictan 4km entre Canda y Vilavella, localidad situada junto a la carretera nacional; y por la ruta elegida he calculado que desde la cima del puerto nos iremos a los 5 hasta las inmediaciones de ese pueblo, que alcanzaremos sin incidencias a las 10.20h. Vilavella queda a la izquierda de la carretera, como a 100 metros en la perpendicular. En el cruce que lleva a ese pueblo saludamos a un simpático burrito, que nos responde levantando las orejas y parece invitarnos a visitar el lugar (img nª6). Pero declinamos la ‘invitación’, porque tras consultar con F  decidimos seguir por el arcén. Es la opción más segura si queremos encontrar algún sitio donde tomar el café; ese cafelito mañanero que tanto se nos resiste cada día... Además, seguiremos recortando terreno al itinerario señalizado. Por el momento el paseo por la N-525 es de lo más agradable: buena temperatura, poco tráfico y excelentes vistas.

 

< img 7: (concello A Mezquita) chalet en o’Pereiro (km16) // descanso y almuerzo en descampado (k17-11.30h)> 

     Volviendo al tema fotos es oportuno destacar ahora, a medida que nos vamos adentrando en tierra gallega, la espectacularidad de muchas de las casas  que vemos. A partir de Puebla de Sanabria, aún dentro de la provincia de Zamora, empezábamos ya a observar algunas viviendas singulares de gran categoría. Pues bien, el nivel medio  de calidad aumenta de forma notable en la provincia de Ourense, donde predomina en las construcciones el granito visto, usado como solución constructiva en múltiples aplicaciones. Las casas que vemos suelen ser de dos plantas, con sus paredes maestras construidas a base de sillares de granito, material este también utilizado profusamente en las columnas de los porches y alféizares de puertas y ventanas, así como en los cercados. Se nota que estamos en tierra de buenos canteros, donde abunda esta piedra. En cuanto a los tejados, es bastante habitual ver  impecables aplicaciones de pizarra (ver arriba img nº7izq)

       Entre pitos y flautas, van pasando horas y  kilómetros y se nos pasa el momento razonable de tomar café. De manera que a las 11.30, no hay más remedio que parar para que Francesc tenga su almuerzo. Lo hacemos al abrigo de una vieja casa en ruinas, y aprovechamos el momento para efectuar la diaria llamada a casa (img nº7der). Serán solo 10 minutos,  en los que no llegamos a descalzarnos, porque el asfalto está aun relativamente frío y no sentimos en los pies la necesidad de hacerlo. 

 

 < img 8: (concello A Gudiña)  escudo en el límite // aprisco de pastores  // brezos en flor en terrenos recién calcinados  (km19 a 20 de etapa)> 

 A las 12  cruzamos el límite del concello de A Gudiña, marcado por un vistoso escudo. En ese momento estamos atravesando una extensión de terreno devastada recientemente por los incendios, en la que no se ven apenas árboles, sino abigarrados matorrales de brezos y espinosas genistas salpicando extensos prados. Nos viene a la cabeza aquello de que: “en Galicia se quema deliberadamente el bosque para favorecer los pastos, en beneficio de las explotaciones ganaderas”... Y mira por donde vemos en estas aparecer un espectacular aprisco de pastores; aunque no vemos ganado cerca, ni parece que lo haya por la zona (img nº8).

   Nos impacta esta reliquia etnológica por su evidente antigüedad; que posiblemente se remonte a la prehistoria, ya que se trata evidentemente de un aprisco troglodita. Según muestra la foto (img nº8centro), los primitivos pastores aprovecharon aquí la gran oquedad creada por el azar en la confluencia de varios domos graníticos gigantescos. Este afloramiento rocoso se ha originado en el vértice de una breve colina; apreciándose a simple vista desde la carretera, que fue cercado luego por los pastores construyendo una espectacular valla de unos 30 metros de diámetro,  hecha con grandes y rústicas lascas de roca, seguramente extraídas de estos contornos. Se escogieron piedras que tuviesen una acusada forma oblonga, para poder clavarlas directamente sobre el terreno, son necesidad de mortero. También distinguimos el sólido pórtico de acceso que los instaladores practicaron en la valla, usando tres losas bastante rectas y algo  mayores que el resto. 

     Finalmente podemos observar que por estos contornos  hay innumerables parcelas destinadas al pastoreo de forma intensiva. Se distinguen unas de otras por los cercados que las limitan, también de piedra por supuesto. Buena parte de Galicia se asienta en suelos graníticos, con abundantísimos afloramientos de piedra que proporcionan este precioso material para innumerables aplicaciones…. El aprisco que he descrito está enclavado naturalmente en una de ellas, bastante extensa en este caso. Imaginamos que en esta zona, evidentemente ganadera, los animales son trasladados sistemáticamente de una parcela a otra para no agotar el pasto.  Por lo que parece, la proliferación de grandes parcelas destinadas al pastoreo y el suave clima de Galicia, ha evitado históricamente que los ganados de aquí tengan necesidad de efectuar la trashumancia; algo obligado en la mayoría de comarcas ganaderas castellanas, extremeñas y aragonesas. Por desgracia, me temo que el dicho recordado arriba tiene fundamento; según parece, quemar previamente las parcelas facilita la recuperación del pasto…

 

< img 9: (O’ Canizo –conc.A Gudiña-)  jarra de cerveza en el café-bar Alpes // nos despedimos de Helmut… ¡buén Camino!  (km21.5-13h)> 

     A las 12.40 nos metemos en un bar que vemos abierto a la derecha de la calzada (img nº9); nos queda muy poco para arribar a nuestro destino, pero ahora ya apetece tomar algo fresco, como una cerveza por ejemplo. Dentro del establecimiento nos encontramos con el inefable Helmut, al que encontramos muy sonriente en el local buscando lo mismo que nosotros. Como somos mayoría nos toca pagar el gasto, probando sendas jarras de “cerveza La Estrella”; ‘la cerveza de Galicia’, como reza su slogan. El barman, muy simpático, nos obsequia además con unos aperitivos, y una gorra de regalo de la firma cervecera.

    Poco después nos detenemos unos momentos para despedirnos del alemán. Helmut lleva un ritmo demasiado alto para nosotros, y además piensa continuar más allá de A Gudiña. Volvemos a posar para unas fotos con el simpático teutón, y nos despedimos con el acostumbrado ¡buén camino! (img nº9der). A este colega podremos encontrarlo cualquier día en estos itinerarios; es peregrino recalcitrante, y además muy enamorado de España…

 

< img 10: (A Gudiña-)  cruzando viaducto sobre autovía A-52  (k23.5-13.33h) // albergue de la Xunta Galega (k25-14.10h)> 

 Una vez cruzada la autovía por un viaducto que dista 1,5km del pueblo, entramos en A Gudiña a las 13.50h.  Muy cerca de la entrada vemos un establecimiento con buena pinta para comer (Bar Restaurante Óscar); pero nuestro Albergue está bastante céntrico en el pueblo, casi a 700 metros de este bar, y su localización será algo complicada, por lo que decidimos ir en su busca cuanto antes… Cuando damos con él finalmente nos encontraremos con una casa aislada de dos plantas; situada en la rúa Toural, no muy lejos de su cruce con la Rúa Viana 

   Pero antes de seguir, no estará de más recordar los vericuetos del itinerario que hemos tenido que hacer hasta alcanzar nuestro  albergue… Partiendo de la prolongación de la N-525 por la villa, al llegar a la altura de la Rúa Viana, en su confluencia con la Rúa Maior , tuvimos que torcer hacia la derecha prosiguiendo unos 80m por la citada  rúa Viana hasta llegar al túnel peatonal que pasa bajo las líneas del tren. Una vez superado ese pequeño túnel, proseguimos un trecho la misma calle hasta encontrar la rúa Toural en un cruce a la derecha. Veremos a unos 40 metros nuestro albergue, en un promontorio del terreno sobre el margen izquierdo de la calle (ver arriba img nº10der). La rúa Toural es muy larga y solitaria, y lleva directamente a la estación del ferrocarril. Desde ella no se ve el centro urbano, por estar oculto precisamente tras el elevado terraplén de la vía férrea.

     Al entrar en el Refugio nos atiende muy bien una joven hospitalera. Tras informarnos de todo lo concerniente al alojamiento y la localidad, la chica no nos pudo aconsejar mejor alternativa para comer que el citado bar Oscar, que habíamos visto al iniciar el recorrido del casco urbano. Subimos luego al piso alto para encontrarnos con  un magnífico dormitorio de 22 plazas, que no estaba lleno cuando llegamos (ver img nº14 al final capítulo). Dejamos en él la impedimenta y, tras un breve aseo en los servicios contiguos, nos disponemos a salir a comer. Al pasar de nuevo por recepción vemos toda clase de mapas y folletos informativos; quedando patente en el tablón de anuncios que estamos en un albergue de la Xunta de Galicia, cuya gestión de los refugios públicos jacobeos está mejorando mucho en los últimos tiempos. Será el primer refugio de la Xunta en este recorrido, palpándose el salto de calidad respecto a lo encontrado en los tramos zamoranos. Esperamos que el gobierno de Castilla-León vaya tomando nota, y mejore en los próximos años el alojamiento de los peregrinos; en la actualidad se aprecia demasiada la diferencia... Más adelante detallaremos las características de esta casa (Nota 19 al final del capítulo)

   En el Restaurante-bar Oscar nos encontramos con un variado menú, del que elegimos Caldo Gallego y Estofado de ternera; comida muy nutritiva y fácil de digerir, a la que acompañamos del vino y café acostumbrados.... El comedor está muy concurrido. Es un lugar recomendable por su relación calidad-precio; nos cuesta todo 10€ por barba.

   De regreso al albergue pasamos a la ducha, y luego haremos una siesta muy prolongada, de unas 2,5  horas.  Eso también dice mucho del orden y sosiego de la casa. Decidimos a continuación darnos una vuelta por la estación de tren para examinar cómo está el tema de enlaces ferroviarios desde esta zona; hay que ir pensando ya en nuestro regreso a Barcelona, que quisiéramos emprender cuanto antes tras finalizar la etapa de mañana en Verín. Debemos estudiarlo ya porque tenemos casi a tiro el fin de nuestro  viaje, y es importante conocer cuanto antes por qué medio y desde dónde podremos emprender ese  regreso.  

De entrada, antes de salir del albergue nos informan que  desde Verín  no encontraremos fácil enlace de tren con Barcelona; de manera que para salir por esa vía habría que volver a A Gudiña en bus o taxi…, y desde aquí tratar de encontrar la conexión... Está claro que esa posibilidad la debemos conocer esta misma tarde… 

      El paseo hasta la estación se corona con un chasco: desde la línea de tren que pasa por A Gudiña  tampoco tenemos buen enlace con Astorga; es decir, alguno que nos permita llegar  con antelación a la salida del exprés que parte de esa ciudad  hacia la ciudad condal…  La combinación menos mala supondría viajar a Madrid, y desde allí partir hacia BCN a primera hora del día siguiente…  Eso supone descartar el ferrocarril,  quedándonos únicamente la opción Bus. Decidimos entonces acercarnos a la parada de buses del pueblo, donde nos informan que desde A Gudiña sale un Bus a Barcelona a las 18.30h, precisamente el mismo que parte de Verín a las 17.05…, sin paradas intermedias...

     Por lo tanto ya está claro que, si optáramos por suprimir la última etapa,  ni siquiera podríamos retornar hoy a Barcelona, porque siendo ya más de las 19,45  nuestro bus ha pasado por aquí hace más de una hora… De manera que salvo imprevistos hay que acabar el viaje en Verín, como teníamos establecido en nuestro plan inicial; y eso queremos hacerlo mañana mismo, aunque hasta esa localidad hay nada menos que 40 km…. 

    Con estos antecedentes, solo hay a priori dos alternativas si no queremos regresar a casa un día después de lo previsto: llegar a Verín con tiempo suficiente para coger el bus de las 5, o  tomar un taxi  en un punto intermedio para que nos acerque a ese pueblo,  procurando llegar al menos un cuarto de hora antes de la partida.  En ese supuesto, cuando en otoño regresemos para finalizar la Ruta Mozárabe habría que dar otro paseo en taxi hasta el punto donde nos detuvimos, y emprender desde ahí mismo la etapa siguiente. 

     Visto el percal, y a sabiendas de que 40 km. es un desafío importante para nuestra edad, concluimos en que vale la pena intentarlo…. Si el dilema se hubiese planteado un par de horas antes, cuando  aún estábamos a tiempo de regresar hoy mismo a casa…, la decisión podría haber sido otra… Pero descartado eso, también descartamos pasar mañana todo el día en A Gudiña esperando la hora del bus… En definitiva: madrugaremos como siempre y saldremos por la vía más recta y segura, nuestra “inseparable” carretera N-525.

     He mirado el mapa y encontremos por en medio 3 o cuatro pueblecitos a orillas de la carretera, en cualquiera de los cuales podríamos coger seguramente algún bus local que nos acercara a Verín si las cosas se torcieran…; esto nos permitiría, en el peor de los casos, asegurar la llegada a su estación de buses antes de las17,05h… Una vez decidido, no perderemos el tiempo y nos sacamos ya esos dos billetes, con reserva desde Verín, para mañana mismo 

     Solucionado el dilema de la que sería ya definitivamente nuestra última etapa, volvemos al albergue donde se queda Francesc, y yo salgo para un breve paseo por el pueblo. Hoy también aplaudo la decisión de mi colega de continuar ‘cargando pilas’; es aconsejable que F reserve el máximo de energías para la batalla de mañana…

    En esta ocasión el paseo vespertino no puede ser muy largo: hay que ir a buscar la comida  y el tiempo corre que vuela, porque son ya casi las 20hh. Afortunadamente estamos en una población relativamente importante, con buenos servicios, y daré pronto con una tienda donde soluciono la compra del día.  

< img 11: (A Gudiña-)  Igrexa de San Pedro //  rúa Maior , vistas a poniente y oriente> 

    Con mi bolsa de viandas en la mano, aún podré recorrer el corazón de A Gudiña. Cruzo de arriba abajo la Rúa Mayor, espina dorsal del pueblo antiguo donde hay un sello de cierta categoría en sus viejas fachadas de piedra, entre las que puedo distinguir varios escudos nobiliarios(img nº11der). Hay en esta villa dos iglesias: la parroquial de  San Pedro (s.XVIII) ubicada en el extremo oriental del casco viejo, que tiene una austera fachada de corte castellano (foto nº11izq); y la de San Martiño (s.XVII-XVIII), templo muy original algo más pequeño, situada en el extremo opuesto junto a la Praza Maior. De esta última iglesia llama poderosamente la atención la fachada: un frontis de dos cuerpos rectangulares, en el que el tramo superior sirve para alojar un par de campanas a modo de sencilla espadaña. En el paño  inferior de esa fachada hay varias tumbas adosadas, y también otras muchas en la explanada que rodea parcialmente la iglesia (img nº12 que sigue)

 

< img 12: (A Gudiña-)  praza  Maior  en la rúa Maior  // Igrexa de San Martiño (a 30mt junto cra.N-525)>  

 He venido sacando algunas  fotos a lo largo de la Rúa i Praza Maior; entre las que me gusta mucho la que muestro arriba de esta última (img nº12izq),  pero me recreo especialmente ante la cercana iglesia de San Martiño, que ocupa la pequeña Praza da Igrexa, anexa a la anterior. Concretamente me deja extasiado su área sepulcral, que recuerda las de otras iglesias gallegas sitas en ámbito rural. Quizás esta capilla estaba en su tiempo alejada del centro urbano, y el templo en sí tuviese en su origen una función puramente funeraria dentro del cementerio de la localidad (img nº12der)… Esta discreta iglesia es la imagen  más conocida de A Gudiña, su icono. 

Ya de regreso, paso nuevamente junto al  precioso crucero que preside la Praza Maior, donde me encuentro con un vaquero que retorna a casa con el ganado. Trae también un burro y un gran mastín cruzado, además de sus 5 vacas; las cuales han dejado al pasar por el cogollo del pueblo un pastoso y pestilente reguero… El rastro ofende a la vista y al olfato, pero la ‘deposición’ es inapelable: -la vigente rúa Mayor es una antigua cañada ganadera, y el vaquero como sus vacas tienen derecho de paso por ella-… De manera que el vecino no se inmuta lo más mínimo por la ‘inoportuna necesidad fisiológica’ del ganado…; ya vendría quién corresponda a limpiar esto, con cargo al Excmo. Ayuntamiento. Naturalmente no me pierdo la foto “etnográfica” de la jornada  (abajo img nº13izq)… Escenas como esa no son difíciles de presenciar en este encantador pueblo gallego, como pude ver y oler en directo y luego verificaría en Internet, según muestro en una imagen complementaria capturada en la Red. Curiosamente la exhibición escatológica de la 2ª imagen se produjo frente a la otra iglesia del pueblo (San Pedro), junto al extremo oriental de la Rúa Maior (img nº13der).

 

< img 13: (A Gudiña-)  rúa y praza  Maior (en plena ‘cañada ganadera’) // ‘rubia’ y ‘manzana’ acarrean estiércol frente igl. San Pedro> 

     Pero no termina aquí el capítulo de incidencias inesperadas, porque  de retorno al  albergue topo con un ‘intento de asesinato’, que de ninguna manera iba a permitir… A 30 metros del desvío hacia la rúa Viana sorprendo a un gatazo blanquinegro en plena caza, tratando de capturar a un gorrioncillo recién caído del nido… Tiene suerte el pajarito, porque gracias a mis buenos reflejos, salto al rescate llegando justo a tiempo para librarle de su fatal destino. Para lograrlo he tenido que soltar la bolsa de comida y dar dos o tres grandes zapatazos que aterrorizan al gato. He actuado por puro instinto, pues un gato concede poco tiempo, y todo eso solo han supuesto décimas de segundo; tiempo que me permite hacerme raudo con el indefenso gorrioncillo… Mas ahora tendré que asumir una imprevista responsabilidad; con el tierno pajarillo temblando en mi mano derecha era necesario afianzar el ‘rescate’, llevándolo  a un lugar seguro para completar mi buena acción...  

Había que apresurarse,  porque empezaba a languidecer la tarde; de manera que sigo recto por la rúa Viana hacia los campos... No muy lejos del cruce que lleva a nuestro albergue diviso unas higueras, y allá que voy…; mi antiguo instinto de niño travieso se ha puesto en marcha automáticamente, dictaminando que bajo cualquiera de esas higueras podría hallar cobijo apropiado. Y así sucede en efecto: localizo un escondrijo perfecto bajo la fronda de una de las más viejas; justamente en el hueco de una rama desgajada hace años Al menos valdría al pequeño gorrión para recuperarse del susto durante esta noche, y con suerte hasta podría comer alguna larva, insectos o picotear brevas maduras. Dadas las circunstancias, creo que no podíamos aspirar a un “albergue” provisional más seguro a estas horas…  Deposito al pájaro en su rincón y me despido del inesperado amiguito con un beso,  rogando a las alturas que esta oportunidad de supervivencia tenga feliz continuidad, al menos en los próximos y azarosos días que esperan al pobre pájaro, separado prematuramente de su madre. De sobras sabemos que lo tiene muy negro, aunque no más que en las duras losas de la Rúa Maior…   

     El buen tiempo nos permite improvisar la cena en el patio del albergue, donde no estamos solos. Otros compañeros ocupan algunas de las sillas; algunos en torno a las mesas para pasar sus apuntes, y un grupito de colegas en animada charla con la hospitalera… El lugar es pequeño, y nosotros tenemos que acomodarnos en un diminuto banco de piedra junto al muro, donde nos apresuramos con la habitual macedonia de frutas. No hay tiempo que perder, porque ya está cayendo la noche, y luego quiero estar un rato en la sala de Recepción para poner en solfa apuntes y fotos. Es importante anotar, aunque sea escuetamente, las incidencias que se salen de lo corriente, y/o no son captadas por las fotos. Y en cuanto a las imágenes, me dedico a identificar únicamente aquellas que lo precisen (una minoría), poniendo un breve apunte junto a su nº de índice. Estos apuntes solo se pueden hacer antes de ir a dormir, cuando  los avatares conservan frescos en la memoria; si en alguna ocasión lo he dejado para el día siguiente, antes de la partida, me ha costado más tiempo hacerlos y además siempre me han quedado lagunas en el relato. Huelga decir que sin estos apuntes sería imposible reconstruir y redactar el devenir de la jornada de una forma amena; es decir, añadiendo alguna salsa a la fría descripción de los hitos y recovecos del Camino

     Recordaba haber visto una mesa adecuada en el breve saloncito anejo a Recepción. En ella encontraría el sitio perfecto para mi última e inaplazable tarea de la jornada, que en esta ocasión logro liquidar en solo 10 minutos. Me voy a la litera a las 21.45h. 

 

< img 14: (A Gudiñadormitorio del albergue de A Xunta (24 plazas en literas)

 

-Nota 19-  El excelente albergue de la Xunta en A Gudiña    Se trata de un albergue subvencionado por la Xunta de Galicia, organismo de quien depende la simpática y muy bien preparada hospitalera que lo dirige. Se trata de un edificio singular de dos plantas, completamente aislado; aparentemente de nueva construcción, aunque al parecer se trata de un edificio municipal rehabilitado no hace mucho.  En la planta alta hay un gran dormitorio para 24 plazas, y toda clase de servicios higiénicos anexos.  En cuanto a la planta baja, tiene varios espacios: una sala de recepción con mesa, sillas y una butaca; y anexo a la misma un espacio habilitado como salón- comedor- y cocina. También se encuentra en esta planta un pequeño dormitorio de dos plazas, para algún peregrino/a con limitaciones de movilidad.

   Finalmente, desde uno de los laterales cortos de la planta baja se accede a un pequeño patio, donde hay varias mesitas de terraza y sillas. Con buen tiempo es un sitio excelente para estar en plan relax: escribiendo, comiendo o charlando.

    A todo esto debe añadirse la excelente predisposición de la hospitalera, una chica que seguramente ha estudiado alguna carrera de ciencias sociales, porque se le nota el ‘oficio’. Siempre que la veíamos estaba charlando amigablemente con alguien, compartiendo con los peregrinos sus vivencias y asesorando a quienes pedía alguna orientación
 

 

      Antonio Garcia Marquez 

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GUIA DEL CAMINO DE SANTIAGO A PIE (En papel)
JOSE M. SOMAVILLA , TUTOR, 2009
Desde la primera edición de esta Guía del Camino de Santiago a pie han transcurrido más de diez años, y veinte desde que su autor, José Manuel Somavilla, descubriese la Ruta Jacobea en 1989 y quedase enamorado de ella. Desde entonces ha recorrido el Camino de Santiago a pie año tras año. Fruto de esa experiencia contrastada que muchos lectores y peregrinos han disfrutado en sus anteriores ediciones, ahora, para esta nueva edición actualizada en 2009 y ampliada, el autor ha elaborado nuevos y detallados mapas de cada una de las 26 etapas del Camino Francés que separan los 750 kilómetros que hay entre Roncesvalles y Santiago de Compostela. A esto ha añadido la variante del Camino Aragonés, con 5 nuevas etapas desde Somport hasta Puente la Reina, punto en el que se une con la otra vía del Camino Francés

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