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CAMINO DE SANTIAGO: --Ruta MOZÁRABE--

SEVILLA—SANTIAGO por la VÍA DE LA PLATA y la Variante Sanabresa


por Antonio García Márquez

Indice : Capítulos I - II- III - IV - V - VI - VII - VIII - IX - X - XI - XII- XIII - XIV - XV

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XXV - XXVI - XXVII - XXVIII - XXIX - XXX

 - XXXI - XXXII - XXXIII - XXXIV - XXXV - XXXVI - XXXVII


 
    Cap.XXXVII / (29ªEt.=28,0Km) TÁBARA–CALZADILLA de Tera (1 Julio, Jueves)

 Me levanto sigilosamente a las 6.15hh, y en dos viajes traslado la mochila y resto de bártulos al comedor. Luego paso al lavabo y tras un breve aseo me reincorporo a la sala, donde despliego todos mis trastos sobre una de las mesas.  Sigo el habitual protocolo, dedicando cinco minutos a ordenar la ropa y resto de accesorios en la mochila, de manera que mi impedimenta quede lista para iniciar la marcha tras el desayuno.

Cuando a las 6,30 me dispongo a despertarlo, Francisco va ya camino de los aseos. Me acerco pausadamente a él, procurando no despertar al resto de inquilinos, y le susurro que estaré esperándole en la sala contigua. A estas horas se ha de tener mucho cuidado, porque hay gente que se desquicia si le quitas un cuarto de hora de sueño, y con la francesa que tenemos al lado ya hubo bastante bronca. 

Como siempre, Francesc no tomará nada antes de salir de aquí; él es incapaz de probar bocado a estas horas, y solo aceptaría un café con leche, con una magdalena en el mejor de los casos. Pero yo no perdono mi lata de sardinillas, acompañadas en esta ocasión con un buen vaso del gazpacho que nos había sobrado en la cena. La idea de comprarlo se le ocurrió ayer a Francesc, al verlo envasado en el clásico “brick” en una de las estanterías de la tienda, cuando estábamos buscando inútilmente unos tomates. Es difícil hallar estos con una calidad suficiente en esta época del año, de manera que nos parece de perlas la alternativa del gazpachito…; tanto es así, que a partir de ahora hemos decidido incorporar esta veraniega receta a nuestra dieta habitual. Durante la cena nos lo habíamos tomado como primero, antecediendo al acostumbrado picado de fruta, y nos quedamos tan a gusto con la ‘fórmula’. 

Recién he terminado con las sardinas y se incorpora Francisco. Nos equipamos, y salimos de la casa cuando señala mi reloj las 6.50h. En el albergue no se había movido nadie por el momento. Una vez en el Camino Sotillo hemos de bajar hacia el pueblo para tomar la cra. N-631 en dirección Ourense, porque en el estudio previo de la ruta de hoy teníamos adoptada la decisión de hacer íntegramente la segunda etapa siguiendo la red de carreteras locales...  

Al analizar en la víspera el recorrido, me di cuenta de la conveniencia de prescindir en esta jornada de las señalizaciones habituales del Camino, porque ellas nos llevarían hoy a Sta. Croya de Tera, y al día siguiente hasta Rionegro del Puente; un itinerario que visto sobre el mapa vendría a suponer el ‘hacer los catetos de un triángulo rectángulo’… La ruta recomendada no está en absoluto en la dirección racional hacia Rionegro, lugar de paso obligado en la peregrinación durante siglos, al que podemos acceder por camino mucho más corto. De manera que, en esta etapa decidí no tomar en consideración las recomendaciones de la Guía El Pais-Aguilar; nosotros atajaríamos hacia Pumarejo para dormir hoy en Calzadilla, y al día siguiente mucho más allá de Rionegro… 

Santa Croya  y la cercana Sta. Marta de Tera son sin duda una preciosidad, pero pasar por esas poblaciones supondría alargar un buen trozo nuestro camino natural, más o menos una quincena de kilómetros, lo que en la práctica supondría hacer una etapa de más. De manera que, tras examinar el pertinente mapa de carreteras de la Guía Michelín adoptamos una alternativa que permitía atajar más rápidamente hacia el Oeste, para llegar en la misma jornada de hoy a Calzadilla de Tera, en un recorrido de 28 km. La clave es una nueva carretera (ZA-105), construida seguramente hace menos de dos años, la cual no figuraba en los mapas en la versión anterior de la citada guía, y que desde luego no aparece tampoco en nuestra inseparable Guía de El País-Aguilar, que solemos utilizar habitualmente para planear las etapas, cuya edición es también anterior. 

     En síntesis nuestro plan de recorrido será el siguiente:  

1º) Salir de Tábara por la N-631 en dirección  noroeste hacia Litos.

2º) Pasados unos 4 km tras el cruce de ese pueblo, encontraremos en un punto intermedio (sin población colindante alguna) el acceso a  la  cra. ZA-105, que sale por la derecha en dirección hacia Pumarejo.

3º) En esta última población encontraremos la cra. ZA-P-2547, que discurre por todo el Valle de Tera paralelamente al río homónimo. Pues bien, en Pumarejo hemos de girar a la izquierda, donde tras unos 4km llegamos a Calzadilla.    

Por cierto, viendo con detalle el mapa Michelin, aparecen tras la ZA-105 un par de pistas rurales que con seguridad nos permitirían acortar algún kilómetro más, pero preferimos no arriesgar y finalizaremos la etapa por el arcén de las carreteras. Cuando como hoy no se dispone de las acostumbradas marcas amarillas, que de manera fiable señalicen el Camino, el recurso más seguro es realizar el trayecto por asfalto. Por otro lado, en las carreteras y mapas vienen indicadas las distancias kilométricas; y eso quita mucha incertidumbre, son rutas siempre seguras…. 

Hoy habremos de estar especialmente atentos a las señalizaciones de los cruces, y según la fotocopia que llevo del mapa Michelín  nuestro desvío hacia Pumarejo vendrá aproximadamente 2  km después del cruce que lleva a Ferreras de Abajo: en ese desvío es vital no fallar… Desde Tábara hasta el citado punto deberemos hacer unos 15 km, sin dejar la N-631. Por cierto, esta carretera es una delicia para los caminantes: apenas vemos circular algún coche cada cinco minutos y el trayecto es muy agradable, con una calzada sensiblemente recta y llana. Casi todo el tramo por esa nacional discurre en el límite septentrional de la “Reserva Regional de caza Sierra de la Culebra, por un terreno bastante despejado; constituyendo una estepa suavemente ondulada, salpicada por dispersas manchas de pinar. La N-631 discurre en esta zona por una depresión que está delimitada por las sierras de Las Cavernas y La Culebra.  

Hemos dejado atrás Tábara sobre las 7.40h, y a las 9.00 pasamos a la altura de Litos; un pueblo al que vamos observando desde lejos durante un buen rato, coronando una colina sobre el lado derecho de nuestro itinerario. Hasta aquí hemos caminado a buen ritmo, como de 5km a la hora; aprovechando el frescor de la mañana y sin abandonar el arcén de la carretera. Poco después llega hasta nosotros un intenso tufo  a podrido;  un olor que reconocemos, pero al que ahora teníamos casi olvidado. Coincidimos en que debe tratarse probablemente de los despojos de algún animal...

A medida que avanzamos el olor empieza a ser más acusado y pocos minutos después vemos ya en la cuneta, como a 30 metros de distancia, los restos de un animal grande que al llegar a su altura resulta ser un ciervo. Por su estado, se deduce que ha debido atropellarlo algún vehículo hace al menos un par de días… Esto certifica que estamos ante un espacio natural de alto valor cinegético, en el que probablemente deben otorgarse licencias de caza controladas en los períodos hábiles, tres levantarse la veda…

 

< img 1: (Tábara-Pumarejo de Tera) carretera comarcal N-631, junto cruce de Litos (km7-9,04h)> 

Medio kilómetro más adelante del “fiambre” llegamos al cruce de carreteras que conduce precisamente a Litos, junto al que paramos unos minutos (img nº1). Hay junto a él una casa abandonada al otro lado de la calzada, colindante con el propio cruce y medio en ruinas, aunque nos  ofrece el abrigo de varios árboles junto a la fachada. Aprovecharíamos un murete de poca alzada para sentarnos a descansar un poco,  mientras Francesc consume su almuerzo. Desde allí vemos como a 800mt de distancia, sobre el lado izquierdo de la carretera,  un edificio que tiene pinta de ser un bar–restaurante. Eso es al menos lo que sugiere el gran rótulo que hay sobre su tejado.  No nos equivocaríamos en la apreciación, porque 15 minutos después podremos disfrutar allí de un excelente café con leche; esa estimulante infusión que tantas veces echamos de menos al empezar la jornada por estas comarcas zamoranas. 

 

< img 2: (Tábara-Pumarejo de Tera) bucólica imagen junto a Ferreras de Abajo (km12,5-10,31h)> 

A las 10.30 pasamos a la altura de Ferreras de Abajo, población que queda a nuestra izquierda. En su entorno abundan los pastos y vemos un importante rebaño de vacas en ellos, no muy lejos del pueblo. Con la ayuda del zoom logro sacar algunas estampas del lugar (img nº2). Hace rato que los pastizales han sustituido al erial de la reserva de caza, y mi compañero y yo nos enfrascamos en debatir los pros y contras de ambas maneras de explotar el espacio natural (Nota 6 abajo).

 

-Nota 6-  Debatiendo sobre la explotación de los recursos naturales en una provincia poco poblada como Zamora  

     Sabemos que Zamora es una de las provincias con menos densidad de población de España, dándose el caso de que muchos de sus pueblos han sido abandonados desde mediados del siglo pasado. Nos cuesta mucho entender cómo puede suceder eso siendo, como salta a la vista, una provincia tan rica en cuanto a su potencial agrícola y ganadero, sin excluir otras fuentes de desarrollo económico. Haciendo memoria con F. nos percatamos de algo sorprendente: desde el Cubo del Vino, población donde cruzamos la linde provincial zamorana, hasta aquí no recordamos haber visto ningún otro rebaño de vacas pastando sobre el terreno… Incluyo en esta consideración los kilómetros recorridos desde el Esla hasta Álija del Infantado por la ruta de Benavente.., y ya puedo adelantar que desde este Ferreras en adelante acabaremos de cruzar la provincia sin topar con ningún otro rebaño vacuno… Me gustaría tener delante a los técnicos del Ministerio de Agricultura,  o de la Consejería del ramo del gobierno autonómico castellano- leonés, para plantearles la pertinente pregunta al respecto.  En cambio, sí que empezaremos a ver con frecuencia  vacadas para engorde una vez entrados en la comunidad gallega,  especialmente durante el recorrido por la provincia de Ourense
 

 

Tal como esperábamos, apenas 2 km. después del cruce de Ferreras vemos a la derecha la bifurcación que lleva a Pumarejo; estamos en la buena senda pero aún nos queda lo más duro, porque son las 10.40 y nos vamos sintiendo agobiados por el calor…; el negro asfalto de la recién estrenada calzada ZA-105 empezará pronto a recalentarse con la insolación, y de él se empieza a levantar una flama de la que no podemos escapar. La carretera se empina ligeramente atravesando una dehesa poco arbolada, donde predominan inicialmente los robles de pequeño porte y luego las encinas. La tranquila belleza de este entorno nos ayuda a soportar las incomodidades de la jornada, haciéndonos olvidar el cansancio y el calor por momentos…

 

< img 3: (Tábara-Pumarejo de Tera) no son nidos de cigüeña, … sino ¡operarios instalando líneas A.T.! (km15, 5-11,05h)> 

Tras kilómetro y medio de ligero ascenso nos llevamos el gran chasco del día; al confundir una cuadrilla de electricistas, que trabajan encaramados en una enorme torre metálica de alta tensión, ¡con nidos de cigüeñas!... Ya los veníamos divisando casi desde nuestro desvío por esta calzada, pero solo descubriríamos nuestro error cuando a unos 300 metros me disponía a sacar unas fotos. En el preciso momento en que centraba la imagen veo a través de la lente que los supuestos nidos tienen extraños movimientos… Luego, tras bajar la cámara descubro que se trata de tres parejas de operarios, suspendidos con cables de acero de la estructura de la torre y portando abundantes aparejos. Los operarios están como a 40 metros del suelo, unos enganchados a las perchas aislantes y otros sentados en cunas metálicas que se accionan con polipastos. Nunca había visto nada igual. El cuadro parece sacado de alguno de esos programas de alto riesgo que nos ofrece la TV, como “Al Filo de lo Imposible” por ejemplo. Aquí tenemos otra de las imágenes “top ten” del viaje (triple img nº3)

Llevamos solo hora y cuarto  por la nueva carretera, cuando a las 12 decidimos parar para refugiarnos bajo una enorme encina que nos invita a gozar de su fresca sombra. Era un lugar idóneo para el descanso y había que aprovecharlo, porque igual no veríamos otro apropiado en el resto de la etapa…

Lo primero que hacemos tras sentarnos es descalzarnos,  poniendo los calcetines a secar en los matorrales, algo muy importante cuando el asfalto hace de las suyas. Es la manera de evitar ampollas. Durante los 15 minutos que permaneceremos a la sombra, nos hidrataríamos a fondo, porque nos esperan al menos un par de horas de órdago… Como yo necesito relativamente poca agua, le cedo uno de mis botellines a F., que ya está agotando sus reservas. 

 

< img 4: (Tábara-Pumarejo de Tera) descanso bajo una acogedora encina, 15 minutos de relax (km21-12h)> 

Pasamos todo el rato recostados en el tronco de la benefactora encina, donde tenemos tiempo para relajar las articulaciones y respirar profundamente el aire fresco en la umbría en esta inmejorable “área de descanso”, mientras pasamos revista a lo que resta de etapa (img nº4)

La ZA-105 está marcada en los mapas en color verde, es decir como carretera comarcal; aunque no deja de ser una buena pista forestal asfaltada. Hoy se nos está haciendo duro por concurrir desfavorables circunstancias de horario e insolación. Por ese motivo no podemos ir a ‘velocidad de crucero’, como quisiéramos. En otras circunstancias habríamos ganado bastante tiempo. Pese al agobio del calor, eso no nos impide admirar el primigenio paisaje por el que transitamos; con el que nos venimos recreando sin temor, porque el tráfico es prácticamente inexistente por aquí. En las casi dos horas del intervalo no veremos ni un solo vehículo... Se nota que por esta zona no pasaba antes nadie; es más, podría asegurar que el nuevo enlace viario se ha hecho sobre terreno virgen.  Me lo dice todo lo que vemos: los árboles, los matorrales y hasta las piedras. Noto que todo está como Dios lo creó, solo transformado por la erosión. Abunda en esta agreste zona el encinar, entreverado con grupos de robles, y entre el sotobosque predominan jaras y brezos. Comentamos todo esto con Francesc, coincidiendo ambos en lo acertado de la decisión al elegir esta ruta para la presente etapa. De este tramo nos ha gustado especialmente el aroma que desprenden los matorrales... Como apuntaba antes, en apariencia estamos en un terreno que jamás fue cultivado, aunque queda fuera de los lindes de la Reserva Regional de Caza.

 

< img 5: zona de bodegas ‘trogloditas’, a  2km de  Pumarejo de Tera (km21,5-12,18h)> 

El intervalo entre el desvío de la N-631 y Pumarejo viene a suponer unos 8 km. Tras el descanso lo finalizaremos de un tirón, llegando a ese lugar a las 12.35. Pero antes de entrar en el mismo logro sacar de lejos (como a 1km) la imagen de sus cuevas-bodega, excavadas en una colina que dista un par de kilómetros de la población. Visto en la distancia el emplazamiento tiene cierto parecido a un hormiguero, por los promontorios arcillosos que señalan la presencia de cada bodega “troglodita”. Logro sacar la imagen que se muestra mediante el zoom, soslayando en lo posible los árboles que flanquean la carretera (véase arriba imagen nº5).  

Ya en Pumarejo, giramos a la izquierda por la carretera  ZA-P-2547, que desde Santa Croya se dirige hacia Vega de Tera;  la cual pasa por Calzadilla, nuestra meta en esta 2ª etapa. Volvemos a estar agobiados por el calor, pero no nos detenemos en este lugar; aunque veo especialmente cansado a Francisco. Le he consultado y prefiere continuar para que se termine pronto el suplicio. Son las peores horas del día para circular por asfalto y vamos bastante fastidiados, pero descartado el descanso en Pumarejo no queda mejor opción que seguir haciendo mínimas interrupciones;  porque este ‘calorazo’ no desaparecerá hasta las 7 de la tarde, y solo faltan ya 4 km para que se acabe el martirio...          

Entre  Pumarejo y Calzadilla el escenario cambia radicalmente; estamos ahora en plena Vega del Tera, zona de agricultura intensiva de regadío. A izquierda y derecha de la estrecha carretera local, los feraces maizales se intercalan con algunas parcelas recién labradas, ofreciendo a nuestra vista un vistoso mosaico de verdes y marrones de variados tonos. Por lo que podemos apreciar a nuestro paso, las variedades de maíz cultivadas por aquí son las destinadas al forraje del ganado. 

Solo nos detendremos un par de veces en los cuatro km de este tramo final, para remojarnos un poco en las acequias que bordean la calzada. En ese intervalo no encontraremos ni un solo árbol que nos cobije unos momentos de la insolación.  Por fin, a las 13.35h se acaba nuestro suplicio, cuando logramos penetrar en el caserío de Calzadilla de Tera.  Como el resto de pueblos de la comarca, se trata de un lugar poco poblado (unos 400 habitantes) y sin embargo es relativamente extenso. 

< img 6: (Calzadilla de Tera) plaza y calle de las Eras, vistas desde el Albergue Municipal (imagen derecha),  (km28-13,50h)> 

El albergue público está en la zona de las eras, según nos indicaron no más entrar en el pueblo. Para localizarlo habrá que dar varias vueltas por el cogollo de Calzadilla, hasta dar con él en los límites de la población por su lado sur. Durante la búsqueda, observamos desde unos 40 metros la interesante ruina de una vieja iglesia; pero en ese momento me quedé con la gana de acercarme a verla mejor, algo que dejaríamos para la jornada de tarde… En cuanto a nuestro refugio de hoy,  es un edificio de dos plantas de reciente construcción que tiene dos utilidades: Hogar del Jubilado en su planta baja, y como Refugio de Peregrinos en el piso superior. Su aspecto y situación es inmejorable a primera vista (doble img nº6). 

Una vez dentro, pudimos comprobar que nuestro alojamiento no está nada mal, aunque solo se dispone de un único dormitorio, más el módulo de servicios anexo. En el dormitorio hay 6 camas, un par de mesas y 5 sillas. En cuanto a los servicios: tenemos ducha y un par de lavabos, aunque en caso de necesidad también se puede recurrir a los servicios del piso bajo, que permanecen abiertos. En cambio, el salón-bar destinado a Hogar del Jubilado estuvo cerrado toda la jornada.  

Estamos completamente solos en el refugio. Sin embargo, cuando hemos ingresado en él nadie tuvo que acudir para abrirnos la puerta, porque esta puede franquearse desde fuera. Un vecino que pintaba el portón metálico de su garaje, muy cerca de nuestro albergue, nos dijo que podríamos acceder al mismo sin problemas… Otra curiosidad, desde nuestro ingreso no se presentaría ninguna persona en la casa para sellar la credencial del peregrino. De hecho el sellado nos lo harían en una vivienda cercana, adonde el vecino de marras nos envió para cubrir este requisito… Está claro que el vecindario de Calzadilla es gente muy confiada, algo que se comprende si tenemos en cuenta que hasta hace muy poco (2007) el pueblo estaba aislado de otras localidades cercanas, algo más pobladas, todas ellas situadas en la orilla norte del río Tera y conectadas por la cra. nacional N-525. Eso cambió radicalmente hace solo 3 años, con la construcción del puente que une Calzadilla con Calzada de Tera, localidades colindantes separadas exclusivamente por el cauce fluvial…

El vecino de marras nos dijo que por la noche podíamos cerrar la puerta desde dentro, imposibilitando el acceso a cualquier extraño; aunque nos aseguró que en este albergue no se ha dado nunca un solo problema de robo o intrusión indeseada….  

De lo expuesto cabe deducir que, dada la escasa afluencia de peregrinos hasta el momento, no se ha considerado necesario por ahora tener asignado/a hospitalero fijo. De hecho, nosotros habríamos tenido que pernoctar hoy en Santa Croya o Santa Marta de Tera, si hubiéramos seguido el “plan de etapas standard” que se recomienda en las guías; unas localidades que como sabemos han quedado a unos 8 ó 10 km más atrás. Y de haber hecho eso, nuestro final de etapa en la jornada prevista para mañana tendría como final recomendado Rionegro del Puente, clásica población jacobea desde tiempos remotos. Consecuentemente, al dormir aquí rebasaremos Rionegro a media mañana de nuestra  3ª etapa, como ya adelanté al iniciar el relato de jornada de hoy; ahorrando previsiblemente un día en el plan de viaje

Una vez instalados en el refugio, decidimos buscar ya donde comer porque se nos haría tarde si lo demoramos. En una de las paredes del dormitorio hay un cartelito donde nos ofrecen dos posibilidades, que estudiaremos sobre la marcha. Tomamos nota y decidimos salir rápidamente para acercarnos a la primera de ellas tras un breve aseo, porque conviene posponer la ducha hasta nuestro regreso.

Nos encomendamos a la divina Providencia y dejamos nuestros bártulos junto a las camas, llevando únicamente encima la documentación, dineros y pequeños complementos de valor… Confiamos en los favorables antecedentes que nos han comunicado, aunque no tenemos alternativas. En el centro del pueblo descartamos la primera opción anotada para comer; relativa a un mini-bar, donde solo nos ofrecen algún bocata y el café. De manera que optamos por la otra posibilidad: salir del pueblo para hacernos 1,5 km hasta su vecino Calzada de Tera, cruzando  el río por el moderno puente recién construido.  

< img 7: Calzada y Calzadilla, poblaciones unidas y separadas por el río Tera(14,20h)> 

El paseo es de lo más agradable, pese a que hemos tenido una jornada durilla… El cruce sobre el Tera es verdaderamente espectacular por la amplitud del cauce en esta zona. No podíamos imaginarnos que un afluente del Esla (afluente a su vez del Duero) tuviese tanto caudal  (imagen nº7). A las 14.30 llegamos al Restaurante-bar Blanco, sito al inicio de Calzada en la calle carretera que viene del puente. Comemos allí aceptablemente bien, aunque no recuerdo el menú; probablemente una buena ensalada o gazpacho como 1er. plato y algún 2º con carne de ternera, es lo que solemos pedir si no hay nada especial.

 

< img 8: (Calzada de Tera) restaurante Blanco junto al ‘tostadero’(la calle Grande a las 16,23h)> 

Salimos de bar-restaurante Blanco a las 16.23h cuando el sol sigue cayendo a plomo sobre nuestras cabezas, algo que notamos de inmediato porque los sombreros se quedaron en el albergue. La imagen de arriba es bastante elocuente (foto nº8): la amplia calle Grande resulta ser una parrilla bajo nuestras débiles zapatillas de baño, porque el astro rey  lleva ya muchas horas calentándola; de manera que tenemos que correr en busca de la escasa sombre de la acera opuesta al restaurante. Deberemos apresurar en la posible el paso, para quitarnos de en medio cuanto antes, y regresaríamos al albergue sin tomar apenas respiro. Esos casi 2km se nos harían más duros que en la ida, por unirse a la calima la modorra causada por el ‘tinto de verano’ y la incipiente digestión…

Tras el retorno hacemos una pequeña siesta,  y luego de ducharnos pasamos a realizar el lavado de la muda de esta jornada.  No ha venido nadie al refugio ni llegaría nadie más, de manera que estaremos la mar de tranquilos. Luego, tras colgar la colada, Francesc opta por quedarse en la habitación, mientras yo decido ir a en busca del acostumbrado avituallamiento.  

Hacemos la merienda cena a las 8 de la tarde, junto al parque ajardinado de la parte trasera del albergue. El espacio está equipado con varias instalaciones de juegos infantiles, y en un extremo del mismo han montado bajo un par de rústicos cubiertos una oportuna área de descanso. Está dotada esta con sendas mesas y varios bancos de piedra, siendo sin duda una infraestructura de gran utilidad para los peregrinos; aunque debe estar pensada también para que sirva a los papás o abuelos de las criaturas mientras vigilan a los retoños, o incluso para darles la merienda… La cuestión es que a nosotros nos viene de perlas la instalación, y cenaríamos la mar de a gusto en una de las mesas, disfrutando con la tranquila vista del entorno (doble imagen nº 9 abajo). 


 

< img 9: (Calzadilla de Tera) parque infantil tras el Albergue // área de descanso anexa al mismo (20,01h)> 

Cenamos solos y, tras dar buena cuenta de mi revuelto de frutas, yo me pongo a preparar los almuerzos del día siguiente: un bollo con sardinas en aceite para quien suscribe, y otro con algo de queso y embutido para Francesc. Antes de finalizar esa tarea, sobre las 20.10h, han llegado varios de críos con sus abuelos; los cuales entran y salen de vez en cuando en la vivienda, pero no se acercan a donde estamos nosotros… 

Terminada la preparación de los bocatas,  me apetece dar un buen paseo por el pueblo, al que renuncia Francesc que prefiere esperarme en el dormitorio. En esta ocasión entiendo perfectamente a mi colega: el lugar no parece tener nada de especial interés que merezca ser visitado, pero a un servidor le despiertan la curiosidad todos los pueblos del Camino, y este no va a ser la excepción… 

Decido dirigirme hacia la encrucijada por donde hemos entrado a mediodía, para tener localizada la salida de la 2ª etapa hacia Olleros de Tera. En el citado cruce desembocan en la carretera ZA-P-2547, que nos ha traído hasta aquí, las tres calles principales de Calzadilla: c./ de La Iglesia, de las Eras y  de La Fuente. Una vez en él, veo en seguida que nuestra partida de mañana no tiene pérdida. Pero antes de estudiar el itinerario, una vez en el punto de salida decido acercarme a ver la vieja iglesia que habíamos divisado al entrar, a la que me encuentro prácticamente en ruinas... Al buscar su imagen en La Red, averiguo que estaba encomendada a las santas Justa y Rufina.
 

 

< img 10: (Calzadilla de Tera) antigua iglesia del pueblo, consagrada a las Santas Justa y Rufina (imagen de Internet)> 

La iglesia está emplazada al final de la calle de La Fuente, en el extremo norte del pueblo y como a unos 400m de la carretera. No se me ocurrió fotografiarla en mi visita, quizás por las prisas dado lo tardío del momento (20.30h),  pero luego obtendría de ella una buena imagen por Internet y la incluyo en el reportaje (imagen nº10).Viendo el esmero que ponen los lugareños en mejorar la imagen del pueblo (ya citaré algún ejemplo más adelante),  puede que veamos este templo recuperado algún día…

 

< img 11: (Calzadilla de Tera) típica casa de adobe en la carretera ZA-P-2547 , punto de partida hacia Olleros de Tera (20,42h)> 

A las 20.42h salía hacia Olleros por la propia carretera local ZA-P-2547, que prácticamente cruza la toda la comarca ribereña del río Tera. Esta calzada atraviesa Calzadilla por su centro urbano, y justamente en la encrucijada antes citada hay un par de carteles opuestos que señalan las direcciones de Pumarejo y Olleros de Tera respectivamente (img nº11).  Hace muy buena tarde, y una vez aquí se me ocurre hacer la excursión completa hasta Olleros, primer destino de nuestra siguiente etapa que dista de este punto neurálgico 2.5 km. Son ocurrencias que se me antojan cuando como hoy me encuentro en muy buena forma, y que en esta ocasión me permitirán obtener algunas imágenes del tramo imposibles de conseguir mañana entre dos luces, si como de costumbre nos volvemos a pegar el gran madrugón.

La carretera es recta como la palma de la mano, y el tiempo sumamente agradable. Alcanzo Olleros en 30 minutos sin caminar demasiado aprisa, e incluso realizando varias fotos… Luego sin llegar a penetrar del todo en el lugar me doy media vuelta para iniciar el retorno. Guardo un buen recuerdo de sus espléndidas huertas, reflejadas en una imagen puzle (triple img nº12 abajo).  

< img 12: (Olleros de Tera) rosas de primavera // exuberantes huertos // y embocadura de la calle de La Iglesia (21,08h) 

Olleros de Tera es un lugar pedáneo de Calzadilla, contando con la mitad de población que aquella (aprox. 170hh). Solo obtuve una imagen del lugar, la perspectiva lejana de su iglesia de San Miguel, tomada desde la embocadura de la calle de la Iglesia (img nº12derecha). Desde ese punto concreto inicié mi regreso al Albergue

A las 21.40 estoy de vuelta, y me encuentro a Francisco medio adormilado en la litera, aunque tiene puestos los auriculares del transistor. No hay mucho que decir, le deseo las buenas noches y me pongo en un rincón a pasar los apuntes de la jornada.  Finalizada la tarea de escritorio paso al lavabo, donde por cierto no tenemos papel higiénico; una deficiencia a la que por desgracia ya estamos acostumbrados, especialmente en albergues tan poco concurridos como este.  Suerte que llevo encima el acopio que suelo hacer en mesones y restaurantes, porque tampoco hallaría papel al acercarme a los lavabos del piso bajo… Es para enmarcar: llevamos dos albergues por el momento y ¡en ninguno de ellos hemos encontrado un correcto mantenimiento de los aseos!

A las 22.30 me dispongo a refugiarme en el catre.  La dotación de las camas es mínima: solo el cubre-colchón y una manta, que decido utilizar. En esta ocasión no me apetece desplegar el saco de dormir, de manera que como la nariz no detecta demasiada suciedad  opto por  acostarme vestido, naturalmente tras ponerme unos calcetines limpios y cubriendo la almohada con mi toalla de baño. Es un recurso que suelo adoptar en ocasiones.       

 

Antonio Garcia Marquez 

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GUIA DEL CAMINO DE SANTIAGO A PIE (En papel)
JOSE M. SOMAVILLA , TUTOR, 2009
Desde la primera edición de esta Guía del Camino de Santiago a pie han transcurrido más de diez años, y veinte desde que su autor, José Manuel Somavilla, descubriese la Ruta Jacobea en 1989 y quedase enamorado de ella. Desde entonces ha recorrido el Camino de Santiago a pie año tras año. Fruto de esa experiencia contrastada que muchos lectores y peregrinos han disfrutado en sus anteriores ediciones, ahora, para esta nueva edición actualizada en 2009 y ampliada, el autor ha elaborado nuevos y detallados mapas de cada una de las 26 etapas del Camino Francés que separan los 750 kilómetros que hay entre Roncesvalles y Santiago de Compostela. A esto ha añadido la variante del Camino Aragonés, con 5 nuevas etapas desde Somport hasta Puente la Reina, punto en el que se une con la otra vía del Camino Francés

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