CAMINO DE SANTIAGO: --Ruta MOZÁRABE--

SEVILLA—SANTIAGO por la VÍA DE LA PLATA y la Variante Sanabresa


por Antonio García Márquez

Indice : Capítulos I - II- III - IV - V - VI - VII - VIII - IX - X - XI - XII- XIII - XIV - XV

XVI
- XVII  - XVIII - IXX - XX - XXI - XXII - XXIII


 
Cap.XXIII/(20ªEt.=32,7Km)BAÑOS Montemayor-FUENTERROBLE de Salvatierra (2Oct., Domingo) 

      A las 7.30 ya he terminado mi aseo y enciendo las luces del sótano, planta donde están ubicados la cocina y el salón comedor del Albergue,  cuya instalación a partir de una antigua casa solariega del pueblo vale la pena describir en nota aparte (ver Nota 7 al final del capítulo anterior). Bajo pues a la cocina por una escalerita de servicio que parte del recibidor y, a medida que voy encendiendo luces, descubro la parte de la casa que no me habían mostrado los anfitriones...  En primer lugar su moderna cocina, equipada con impecables instalaciones donde brilla por doquier el acero inoxidable; y conectada con ella una amplia barra de bar. Tras esta un enorme salón, que voy descubriendo a medida que se intensifica la iluminación del mismo. En esta gran sala hay en su zona central numerosas mesas y sillas de madera, mientras que en su periferia distingo también algunas cómodas butacas...Termino de abrir el resto de interruptores y puedo distinguir finalmente la totalidad de la sala y su contenido: junto al largo muro lateral y los dos testeros hay en efecto cómodos sofás, con mesitas intercaladas, y cerca de uno de las ángulos una magnífica chimenea con signos de haberse encendido recientemente. Me imagino que aquí se deben dar otros usos sociales de la ciudad, cuyo alcance ignoro, pero en cualquier caso durante la jornada diurna hasta es posible que tengan acceso a este local los peregrinos. 

<foto 1: (Baños de Montemayor) salón multiusos en semisótano (a la derecha se ve un extremo de la barra del bar (7.50h)>    

      En los frigoríficos de la cocina, que como antes apuntaba parece bastante moderna, me encuentro  con todo lo necesario para prepararme un completo desayuno… Pero hoy ya no prescindiré de mi habitual desayuno, dando buena cuenta del pan (en buen estado aún) y la sardinillascomprados al empezar mi viaje,enGalisteo y Carcabosorespectivamente.... Al faltar el vino, perfecto ‘compañero de viaje’ de las sardinas, decido servirme un par de vasos con zumos, con lo que podré tragar mejor mi tradicional ágape matinal. Finalmente caliento el café, que nuestro hospitalero ha dejado preparado en la nevera, al que acompaño con unos “sobaos”. No se presenta mal el abastecimiento matinal  en este viaje, por segundo día consecutivo arrancaremos la jornada con un gran desayuno…. 

   No acaba de despuntar el día, cuando al salir del albergue pregunto a un vecino madrugador por dónde se puede llegar a la calzada romana… El buen hombre me da un montón de explicaciones, que por desgracia no sirven más que para complicarme la vida. Una vez más, debo lamentarme por la nula (o invisible) señalización que hay en las inmediaciones de algunosalbergues. Me ha sucedido en incontables ocasiones, tanto en esta Ruta mozárabe como en el  Camino francés. Pero además, en esta ocasión me enfado especialmente conmigo mismo, ya que durante el paseo vespertino de ayer me dirigí  a la calzada más o menos desde esta zona, y solo tardé 5 minutos en llegar a ella…

    El error en la salida me costará hoy perder un cuarto de hora, invertido en un “tour” turístico que se inicia con el durísimo ascenso de un cerro por la denominada “Cuesta del Cerezo”. Al final de esta calle hay una tortuosa pista que circunvala el pueblo por su lado Este. No tardaré mucho en percatarme de que estoy subiendo demasiado, pero prefiero no dar marcha atrás. Tras la inútil ascensión, y aún sin ver la incipiente melena del astro rey, la pista inicia su descenso girando a poniente en la inmediaciones de un bonito puente, por el que cruzaremos,  para ir a desembocar en el punto de partida del tramo original de la viaromana recientemente recuperado, justamente el lugar donde estuve haciendo unas fotos la tarde anterior… 

    A las 8.24 inicio el ascenso de nuestra vieja conocidavia XXIV, de la que apenas nos hemos apartado en las 9 etapas precedentes; concretamente desde nuestra partida en Méridaal inicio de la 11ªetapa. Ascendemos por la ladera izquierda de una  montaña, prosiguiendo una pendiente prácticamente recta y constante de unos 20º. El “pavimentum” de esta via romana fue reconstruido de una forma más que discutible en los años 70. Lo constituyen en un 95% unas losas de granito cuyo acabado no ha sido bien resuelto en mi opinión: 1) las losas tienen unas medidas excesivamente uniformes, 2) están cortadas en ángulo recto cuya arista carece de radio,  y 3)  por si fuera poco,  la excesiva rugosidad de la superficie vista no da la apariencia de las técnicas de corte romanas. Supongo que los responsables de la obra buscaron con ese acabado un mayor agarre, pero teniendo en cuenta que la recuperación del este tramo de 1200 se supone que debía intentar mostrarlo como ejemplo de lo que era una auténtica calzada romana, podían haberlo hecho bastante mejor. Esas losas deberían tener medidas irregulares, con aristas y esquinas redondeadas y superficie alisada. Por otro lado, para su uso como paseo de caminantes locales o excursionistas, incluidos los peregrinos, esos acabados no serían un problema tampoco…  Pese a estas discrepancias, la imagen del tramo recuperado es satisfactoria, ya que se ha realizado la obra sobre el trazado original. Algo que evidencia claramente ese bien visible5 % de losas originales conservadas “in situ”; y muy especialmente las grandes piedras laterales, que delimitan los bordes de lasvias romanas; las cualesno fueron objeto preferente de los depredadores del monumento a lo largo de siglos, a causa de su mayor tamaño y forma alargada.

 <foto 2: área de descanso y crucero en la  via XXIV(al fondoBaños de Montemayor y embalse -8.32h-) 

Durante el recorrido hay pocas incidencias que rompan la monotonía del ascenso. Tras 8 minutos de subida paro unos momentos en una pequeña explanada rectangular, que probablemente ya existía en la versión originalromanade esta calzada. Ahora vemos allí un moderno crucero sobre base escalonada, que seguramente fue colocado durante la restauración del tramo que estoy pisando. Las buenas vistas y las características del muro que circunvala la explanada, así como las gradas en la base del crucero, nospermiten suponer que probablementefue diseñada la instalación como área de descanso y mirador; probablemente para facilitar el paso de  los peregrinos y otros viandantes … Desde este lugar hay una excelente panorámica del angosto valle donde se asienta Baños, con el pequeño lago homónimo a sus espaldas. Intento conseguir alguna foto válida de esa perspectiva, pero lamentablemente la iluminación es insuficiente para ello a estas horas, porque estamos en una ladera oriental y es demasiado temprano; la que se adjunta en esta memoria la he conseguido víaInternet.

 


 

<foto 3:  (Baños de Montemayor –Puerto de Béjar): miliario CXXX (8.41h) 

Algo más arriba de la explanadapueden verse, si se mira atentamente a izquierda y derecha de la calzada, un par de alcantarillas romanas, y a 2/3 del recorrido del tramo restaurado el miliario nº CXXX, que es evidentemente una réplica del original. Finalmente, un poco antes de terminarse eltrozo de via romana, topamos conuna fuente instalada en las postrimerías de la dictadura franquista, donde se identifica el lugar gracias a una lápida colocada por el ICONA (Instituto de Conservación de la Naturaleza). Bajo su único caño hay un rústico pilón-abrevadero, y a varios metros un banco de piedra. El conjunto está construido con el mismo granito utilizado en la restauración de la calzada. La leyenda, que ha sido labrada en un paneldel mismo material, está fijada en el muro de contención de la fuente. Contiene la datación de la obra y el nombre de la cañada ganaderaque pasa por aquí: Cañada Real Aliste-Zamorana ó de la Plata” -1973-. Esta importantísima vía pecuaria es conocida de ordinario como “Cañada de La Vizana”, por alcanzar y cruzar 250Km más al norte el puente homónimo sobre el río Órbigo, muy cerca de Álija del Infantado (prov. de León). Esta cañada realsuele coincidir con  la vía XXIV en su trayecto por Extremadura y las provincias leonesas. 

      A las 8.55 desemboca este interesante tramo en la carretera N-630, por la que solo andaré 1,7 Km. hasta desviarme poco antes de Puerto de Béjar por una pista que se abre a la izquierda. La coronación del puerto homónimo dentro de este pequeño municipio (10,5 km2) la he realizado sobre las 9.15, un kilómetro antes de llegar a la altura del centro urbano de la población, que no llegaré a ver aunque si pasaré por una urbanización cercana en el entorno de la citada carretera nacional. Superada la cima del puerto, empiezo a notar cambios claros en la naturaleza; que primero percibo por los olores y enseguida por las especies arbóreas que voy encontrando. La vegetación denota claramente el paso del ecosistema mediterráneo al atlántico. A izquierda y derecha de la pista se empiezan a ver grandes castaños, robles y nogales; claros ejemplares de este cambio, de los cuales no recordaba haber visto ninguna muestra desde Sevilla (a 426 km).

 
 

<foto 4: puerto de Béjar,descendiendo hacia LaCalzada(9.58h)> 

    La bajada del Puerto de Béjar por su vertiente norte es uno de los más hermosos tramos de la ruta mozárabe. Son  unos 4,5 km que se me hacen cortos, tras poco menos de una hora de camino, rodeado por la magia de un entorno aparentemente inmutable durante 20 siglos. La pista, que en todo este recorrido calca a la antigua vía XXIV, es muy amplia. A intervalos vuelvo a ver afloramientos de piedra de la antigua calzada imperial, a los que seguramente habría que añadir también,como manufactura aparentemente romana, largos trechos de muro protector; ya que estos actúan como contención de tierras por el margen izquierdo de la vía imperial. También paso ante un par de miliarios, modernamente restaurados (nºs CXXXI y CXXXII). Pero lo mejor de todo es la belleza del entorno y las grandes panorámicas que se divisan hacia el norte en ocasiones. A la derecha se abren ante mi vista vertiginosas laderas, cubiertas fundamentalmente por castaños y robles, y más raramente fresnos. En medio de algunas vaguadas, en el centro de pequeños prados desforestados, cabañas-refugiosemiderruidas de los antiguos pastores trashumantes confirman que estamos en un punto clave de la cañada ganadera de La Vizana, de la que hablábamos con anterioridad.
 

    Este puerto, que en el pasado era lugar obligado de paso de inmenso rebaños ovinos, sirve en la actualidad para el engorde de la cabaña vacuna y porcina. Por el lado izquierdo se ven en ocasiones escuetos cercados, de una o dos hectáreas como máximo, donde pacen los cerdos ibéricos o terneros para el engorde. Pese a este cambio, todo lo que voy viendo lo encuentro armonioso; de ahí la expresada impresión de inmutabilidad a lo largo de los tiempos. Quizás haya hoy en día una mayor superficie deforestada, a ambos lados de la pista, destinada al cultivo de forrajes para el ganado, o simplemente para pastos; pero no detecto apenas en estos espacios naturales la introducción de especies vegetales foráneas, o en todo caso debe haber tan pocos ejemplares de esa naturaleza que no logro verlos. Por ejemplo, no logro detectar por aquí  boscajes de eucaliptusniconíferas, especies habitualmente importadas de otras latitudes por su rápido crecimiento; algo que suele darse en las comarcas zamoranas y gallegas...


 

<foto 5: vega del río “Cuerpo de Hombre, en la proximidad del puente de “la Malena”(10.10h)>

 

Termina el descenso del puerto en  la umbrosa y apacible vega del río Cuerpo de Hombre,cuyo curso debo superar por un antiguo puente romano (reconstruido el s.XVIII). Pasado este puente, denominado de La MalenaLa Magdalena), el camino gira a la derecha, en una campiña donde abundan jugosos  prados frecuentados por el ganado vacuno. Entran ganas de tomarse un descanso para disfrutar del entorno, pero hay que continuar,  para afrontar muy pronto un desnivel de 150 metros hasta la localidad de Calzada de Béjar, distante unos 4Km. Pasado el puente, he comprobado que sonlas 10.14 h,  y por el momento marcho perfectamente... Teniendo en cuenta que solo me debe faltar una hora para llegar al citado pueblo, tomo ya la decisión de continuar la etapa de hoy hasta Fuenterroble de Salvatierra.

 

En mitad de la pronunciada curvalocalizo otro miliarioy un aprisco de pastores, ambos situados en las inmediaciones de una gran casa rural. Este miliario no está identificado, por estar truncado por su mitad y faltar las inscripciones, pero aparentemente se conserva en su emplazamiento original.

 

Según avanzamos, queda a nuestra derecha la vieja casa rural, cuyos muros se alinean con la fachada junto al camino. Su imagen me recuerda las antiguasventas para refugio de pastores; algo que encaja perfectamente con este lugar, a los pies del puerto bejarano. Se supone que en el cercano aprisco tendría su cobijo el ganado que llevaban…; y digo ‘llevaban’ porque en la actualidadno me parece que circule la trashumancia por este lugar; al menos yo no me he topado con ningún rebaño de relativa importancia desde que iniciamos esta gran ruta mozárabe en Sevilla.

 

 

<foto 6:(vega del río “cuerpo de Hombre”), estas vacas impasibles me cierran el paso… (10.25h)>

 

     La pista discurre ahora recta y plana durante un par de kilómetros, momento en que iniciaremos el progresivo ascenso que no cesará hasta alcanzar Calzada de Béjar… Pasado ½ Km. desde la ‘venta’ me cruzo con un grupo de calmosas vacas, coloreadas entre el blanco y el azafrán, que no se mueven de la pista y me miran descaradas mientras me acerco… Doy un pequeño rodeo por si acaso, y les saco unas fotos.

 Poco después presencio desde lejos otra película, esta más movida y sonora que lo que antecede: oigo repentinamente los estridentes ladridos de varios perros, y diez segundos después el estallido de varios tiros de escopeta… A continuaciónun breve silencio y  nuevos ladridos, que progresivamente se convierten en una fortísimo ‘crescendo’ de toda la jauría a coro… Afino la vista, mirando curioso hacia el punto de donde procede la ruidosa algarabía; una zona cubierta de espeso matorral sita a media ladera del áspero cerro que se eleva a la izquierda de la pista….Finalmente logro distinguir algunos de los protagonistas de la función: dos o tres cazadores entre los escasos arbustos de un calvero, alrededor de los cuales saltan como enloquecidos varios canes… Todo parece indicar que la partida de caza  acaba de abatir un jabalí

 

 

<foto 7:(puente de ‘La Malena’-Calzada de Béjar) vistas vega  del río “Cuerpo de Hombre” y laderas del puerto de Béjar (10.40h)>

 

    A las 10.40hh empieza a empinarse la pista de forma progresiva... A medida que voy subiendo, el paisaje va siendo más y más profundo a mi derecha, desvelando magníficas vistas del valle del río Cuerpo de Hombre. El ascenso hasta Calzada de Béjar supone unos 2,5 km de atractiva subida, aunque con algunas rampas empinadas. No me canso, porque mi imaginación vuela a lomos de unos paisajes que te hacen soñar... Sigo teniendo las sensación de que el tiempo se ha detenido por aquí, de que estoy contemplando el mismo panorama que vieron los constructores y usuarios de la calzada romananº XXIV hace veinte siglos… A media ascensión me detengo unos momentos en un altozano, impresionado ahora por la magnífica perspectiva de la vertiente Norte del puerto de Béjar; divisando desde fuera las mismas laderas, cubiertas de castaños y robles, por donde he venido bajando hace más o menos una hora….

 

    Entro en Calzada  las 11.26h., y lo primero que encuentro es el albergue Alba Soraya, una blanca casa de una sola planta situada a la izquierda sobre un pequeño altozano. Es unalbergue privadoque tiene buena fama, con la particularidad de ofrecer la posibilidad de comer en él por un precio asequible; si llego a saber que unos minutos después me iba a quedar “compuesto y sin café”, en el único bar de este lugar, lo habría intentado aquí…

 

 

<foto 8: Calzada de Béjar, calle-camino mostrando las típicas galerías-balcón  leonesas (12.41h)>

 

    El pueblo tiene en la actualidad un censo de un centenar de habitantes, los cuales me imagino que deben vivir, en su mayoría, en la calle-camino coincidente con la calzada. Esta calle la miman evidentemente los vecinos, según salta a la vista; por lo bien cuidadas que lucen las viejas balconadas corridas y algunos de sus antiguos soportales, que aún conservan las columnas de madera o piedra.

 

   En mitad de la calle-camino se abre hacia el lado izquierdo una amplia plaza, donde destaca la iglesia, templo completamente aislado en la actualidad, al que no me acerco por suponer cerrado a estas horas y no ofrecer desde lejos ningún detalle arquitectónico de especial interés. Pero si me dirijo presto a un bar cercano, que veo abierto justo enfrente. Delante del bar hay un vecino sentado en un banco al que saludo al pasar, el cual me dice textualmente, sin mediar pregunta por mi parte -“la muchacha está dentro”-…. Pero al entrar no veo a nadie en el local, por lo que vuelvo a salir a la calle. El vecino, que sigue sentadito en el banco muy sonriente y cachazudo, con su mediana boina encasquetada y agarrando con ambas manos un sarmentoso bastón, insiste sin inmutarse: –“llámala, que la chiquilla está dentro…,¡ ya te lo digo yo!, debe estar limpiando”— Entro de nuevo y efectivamente, la muchacha está dentro… pero por desgracia para mí no parece tener demasiada afición por la escoba y el mocho…, o no le apetece mucho pasar tras el mostrador a preparar el añorado café a este peregrino solitario… La chica, que ha debido verme venir antes, surge ahora por la puerta del fondo ‘remando’ a diestro y siniestro con la escoba:

 

     -- Perdone pero hasta dentro de media hora no se abre el bar…, y ahora mismo no le puedo atender porque estoy limpiando --...  La verdad es que me pilla desprevenido la niña, pero tengo suficientes reflejos y contesto raudo:

 

     -- Dentro de media hora serán las 12.00, ‘hora del ángelus’ en el mundo católico ‘nena’, porque en estos momentos el reloj de la iglesia está tocando las campanadas de las 11.30… -- Le he dicho eso sin acritud, aunque bastante decepcionado, para añadir a bote-pronto  --… y a esa hora ¡ podría estar yo en la plaza Mayor de Salamanca! --

 

     Salgo del bar sin esperar respuesta, y me limito a devolver la sonrisa que me lanza el abuelo del bastón. El cachazudo paisano debía esperarse seguramente el final de la “función”, y ahora me hacía esa mueca socarrona, encogiéndose de hombros. Evidentemente lo había oído todo…, pero bueno ¡qué le vamos a hacer!... Me recupero del chasco enseguida, se me pasa el mosqueo y salgo raudo para recuperar esos 5 minutillos perdidos…; a fin de cuentas tampoco son horas de tomar el café. Al menos le habrá servido de distracción al abuelo, que en Calzada no debe tener demasiadas opciones a estas horas de la mañana…En cuanto a mis opciones, lo tengo muy clarito: pararemos un  poco más adelante a beber agua; por el momento me encuentro perfectamente, con ganas de quitarle algunos kilómetros más a la etapa…

 

 

<foto 9: (Calzada de Béjar-Valverde de Valdelacasa) pareja de fresnos (FraxinusExcelsior) (13.48h)>

 

    Entre Calzada de Béjar y Valverde de Valdelacasahay8,6 km, los cuales transcurren íntegramente por terreno llano y buena pista. He salido de Calzada a las 11.40h y alcanzaré Valverde a las 13.50, haciendo una única paradita para descansar a mitad del recorrido. Se trata de un magnífico tramo para aquellos que quieran dar un tranquilo paseo por el campo. Está flanqueado el Camino a izquierda y derecha por una sucesión de poco arboladas dehesas; donde predominan las encinas, pero también abundan los fresnos y algunos robles junto a la pista.  Llama especialmente mi atención la abundancia de fresnos por esta zona; ya que es una especie poco corriente en el arco mediterráneo, espacio natural en el que me he criado y vivo actualmente. Por eso me entretengo en sacar algunas fotos a los mejores ejemplares que encuentro junto al Camino. Examinando sus características con la ayuda de Internet, puedo confirmar que se trata de la subespecie FraxinusExcelsior, típicamente europea. Su nombre usual en español: fresno Común, fr. Norteño o fr. Grande. También aprendo en la red que se empleó mucho tradicionalmente en la construcción de arcos, y posteriormente para fabricar empuñaduras de herramientas y escaleras, etc.;  todo ello debido a su extraordinaria dureza y resistencia. Más modernamente ha sido usada su excelente madera para fabricar raquetas de tenis.

 

    En las dehesas diviso de vez en cuando alguna manada de vacas, pastando el agostado herbazal de sus grandes espacios abiertos, carentes de arbolado. Por lo que se ve ha llovido poco  por aquí últimamente... Hoy sin ir más lejos luce un sol radiante, sin rastros de nubosidad, aunque el calor no nos agobia.

   También logro ver alguna punta de ganado en las zonas donde predominan los fresnos; cosa que no me extraña ahora, tras leer que las hojas y frutos de este árbol son muy apropiados para la ganadería.

 

    A las 13.17 se altera la monotonía del paisaje al cruzarse mi camino con el seco cauce del río Sangusín, donde tropiezo con un pastor de ovejas y su ganado. Este me confirma lo que es harto evidente, que no han llegado todavía las acostumbradas tormentas otoñales, las cuales suelen ser muy madrugadoras, según dice…

Precisamente junto al pastor distingo un miliario semienterrado en la ladera del cauce, y otro en el lado opuesto del mismo, en cuyo tramo superior hay marcada una bien visible letra “V”. Ambos tienen traza de ser originales, y así está confirmado por los expertos según leería posteriormente en la red. Al parecer, cuando se hacían reparaciones en las calzadas, no siempre se retiraban los miliarios deteriorados… Los restauradores colocaban en ocasiones alguna pieza nueva en las cercanías de la antigua, grabando aquella con la inscripción y honores correspondientes a las nuevas autoridades de la fecha (emperador, cónsul, etc.). Este es el caso que se da precisamente aquí. Poco antes, como  1.5 Km. atrás, había encontrado otro miliario muy bien conservado. Pues bien, en ninguna de estas tres piezas he logrado distinguir textos inscritos legibles… En cuanto a la “V” del que está en la orilla sur de este  río Sangusín, se supone que es una inscripción moderna que identifica probablemente el límite del antiguo municipio de Valdelacasa

 

 

<foto10: (Calzada de Béjar-Valverde de Valdelacasa),familia ciclistaal completo(13.08h)>

 

     Poco más queda por contar del grato paseo por la depresión del Sangusín,si acaso la irrupción en plenoCamino de una simpática familia ciclista. Los había visto desde lejos, cuando bajaban de dos coches a la salida de Calzada, y unos minutos después me sobrepasaban viniendo desde atrás. Una hora y media más tarde, poco antes de alcanzar el cauce seco del río, los veo venir de frente… Yo los pondría como ejemplo a seguir por las familias  modernas. En esta pedalean juntas tres generaciones: en cabeza el abuelo, siguiendo a  un bonito perro que abre camino (un huskie ); tras el abuelo un mozalbete de unos 14 años, encabezando al revoltoso pelotón de tres críos escalonados entre los 3 y 5 añitos; y cerrando la comitiva los jóvenes papás del trío infantil, que deben andar por la treintena …  Lograría sacar algrupo una afortunada instantánea cuando me llegaban de vuelta, como a 20 metros, y otra justo al rebasarme… Esta última foto es sin duda la mejor imagen de este tramo, y probablemente una de las mejores de la etapa (ver fotos).

 

Valverde de Valdelacasa es otro pueblo pequeño, que tiene la particularidad de haber sido muy probablemente el emplazamiento de la  mansioAd Lipposde la vía romana. También ha debido ser punto importante en la peregrinación, como evidencian sus cinco cruceros y la consagración de su iglesia al apóstol Santiago.

    No tendría que pensarlo mucho al entrar en la localidad, porque encuentro pronto unas indicaciones que me encaminan al barEl Portugués”, seguramente el único establecimiento culinario del pueblo. Por lo que me comenta uno de sus vecinos, el local es propiedad de la comunidad, aunque han cedido su explotación a un particular procedente del país vecino, cuya frontera se encuentra a escasos kilómetros de este lugar. Al penetrar en él, lo encuentro bastante concurrido, algo que me sorprende dada la pequeñez del pueblo. Pese a ello, en la barra me atiende pronto el arrendatario del establecimiento, que habla perfectamente nuestra lengua por estar asentado en el pueblo desde hace años, sintiéndose como un vecino más.

 

José “el portugués” me atiende muy bien, sirviéndome con diligencia un par de apetitosas raciones de bacalao, que consumo ávidamente con una gran jarra de cerveza. A mi alrededor se percibe gran animación, aunque entre los concurrentes hay un bocazas que anda molestando a José, y este acaba dándose por aludido enfureciéndose; hasta el punto que acaba dando un gran repaso verbal al patoso, enseñándole los dientes…“El Portugués” le ha mostrado oportunamente su carácter y conocimiento del oficio, y el patoso ha tenido que retirarse con el “rabo entre piernas”, como suele decirse… Al final la cosa no pasa de ahí, y el bromista sale corrido, retirándose acompañado por un señor con pinta de terrateniente, que luego resultaría ser… el alcalde de Valverde.

 

Mientras a un par de metros acontecía elcitado incidente, un amable vecino se vuelca conmigo, poniéndome al corriente de las características del lugar y su gente. También me explica que ha sido peregrino en España e Italia, de la que destaca su recorrido por el itinerario franciscano…. Pero no termina aquí la cosa, porque se empeña en que me incorpore a la comida que hacen todos los vecinos en un salón anexo al bar, en honor a la virgen del Rosario

     Mi interlocutor me insiste y hasta me coge de un brazo para presentarme al Sr. Alcalde…; y ante su insistencia, no me queda otro remedio que aceptar, aunque ya tenía pedido el café para seguir mi camino.

 

 

<foto 11:Valverde de Valdelacasa, vecinos acogedores con los peregrinos; mi lugar en la mesa entre dos simpáticos ‘calvos’(15.03h)>

 

   La comunidad de vecinos de Valverde celebra todas sus reuniones y eventos en una gran estancia del inmueble,  colindante con el salón-bar. En esa gran sala de juntas, que suele ser el punto de encuentro más socorrido del vecindario, se celebran todas comidas, que organizan  con cualquier pretexto. Por lo visto la celebración por las Fiestas del Rosario, patrona de la localidad, se había celebrado con una cena en la víspera, y hoy Domingo se volvían a reunirmuchos “valverdeños” para consumir las viandas sobrantes…

En el local social han preparado, colocadas en paralelo, dos largas mesaspara servir la comida. Echando un vistazo cuento un par de docenas de vecinos, entre adultos y niños; es decir, más de un tercio de la población censada actualmente, que no pasa de los 70 habitantes...  Me acomodo junto a mi cicerone y, haciendo de tripas corazón, por haber saciado el hambre poco antes con las tapas del “portugués”, probé todo lo que me pusieron por delante: ensalada, sopa y unos trozos de ternera guisada.

 

     Tras los postres renuncié al café, pero no quise despedirme en seco y esperé hasta hacer el brindis con ellos con un vasito de brandy... Luego no me dejarían marchar así como así...; algunos se lanzaron a contar los últimos chistes del repertorio y a mí “me obligaron” a cantarles algo, ya que supieron de mi naturaleza andaluza. Un poquito animado por ‘pasarme un poco’ con el vino y el coñac, no me tuve que esforzar demasiado para arrancarme por bulerías, aunque mi garganta no está ya para estos trotes; ellos, tan ‘achispados’ o más que yo, lo premiaron con un generoso aplauso...

 

Ya fuera del local a las 15.48, respiro hondo para espabilarme. Me siento algo aturdido por el jaleo del imprevisto banquete, y la animadasobremesa; pero crucé Valverde apretando el paso, para coger el tono físico. Los peregrinos no estamos acostumbrados a estos excesos, y necesitaba recuperar pronto las sensaciones del Camino, procurando anticiparme y/o  sobreponerme a la modorra de la digestión. A las 15.52 salía de Valverde de Valdelacasa, pueblo chico con el corazón grande... Me esperaba un tramo de 3,7 Km. hasta Valdelacasa, por una carretera local siempre en subida, ascendiendo un desnivel de casi 100 metros. No me detendría en ese pueblo que, aun  siendo algo mayor que Valverde, no ofrece a los visitantes ningún punto de especial interés.

 

    Pasado este lugar, la pista asfaltada, por la que continuaré en dirección a Fuenterroble de Salvatierra, es ahora algo más estrecha que la carretera por la que he llegado desde Valverde. En este punto considero útil aclarar la diferencia entre los dos términos subrayados: lapista asfaltada se diferencia de una carretera local por la ausencia de las rayas blancas que delimitan la calzada en los arcenes, y la medianera que separa ambas direcciones. Esta pista en concreto está algo bacheada, pero pese a ello la prefiero a las irregulares pistas de tierra, especialmente por no estar ahora su asfalto demasiado caliente... Y pensando en ello precisamente, pasados un par de kilómetros se me ofrece la posibilidad de continuar mi camino por una pista de tierra lateral, para cubrir los 6 km restantes, opción que descarto... Consultando un pequeño el mapa de la etapa, siguiendo esa pista está señalizada una pequeña elevación y la presencia de dos miliarios; pero teniendo en cuenta que estamos en otra etapa larga, y ya en horas vespertinas, no encuentro suficiente atractivo como para desviarme por un itinerario más largo y duro. Además, el entorno de la carretera es lo suficientemente agradable, de manera que no me aburriría en este tramo final de la etapa…

 

 

<foto 12: (Valdelacasa - Fuenterroble de Salvatierra) finca pecuaria en la sierra(17.15h)>

 

 Entre Valdelacasa y Fuenterroble apenas hay 50 metros de desnivel, algo irrelevante a lo largo de 8 km. Es un paraje serrano, con suaves ondulaciones, típicas de las últimas estribaciones de la sierra de Béjar, que con seguridad serían mucho más evidentes si hubiese elegido continuar la etapa por la pista recomendada por las marcas. El boscaje de jóvenes robles a ambos lados de la cinta asfaltada va dando paso progresivamente a numerosos castaños, estos de mayor porte que aquellos. Probablemente tanto unos como otros han debido ser talados hace pocos años, o bien el bosque natural de la comarca es sometido a talas sistemáticas, para facilitar los usos pecuarios. El resultado es muy agradable a la vista: veo extensos prados, delimitados en parcelas no muy grandes por viejos muretes de piedra, los cuales exhiben una renegrida  capa de musgo y líquenes.

   Como el de la mañana, vuelve a ser este un tramo hermoso para pasear gozando de la naturaleza; aunque a estas horas de la tarde y con casi 30 Km en el cuerpo, el que suscribe no está ya para demasiadas elucubraciones estéticas, sino para darse cuanto antes una buena ducha… 

 

    Diviso el caserío de Fuenterroble desde un par de Km de distancia, cuando desaparece la hilada de castaños que lindan con el margen derecho de la calzada.  Alrededor del pueblo hay una amplia llanada carente de arbolado. Visto desde lejos gracias a ser un tramo en descenso, nuestro Camino dibuja una abierta curva hacia la derecha para entrar totalmente recto en la población. La pista asfaltada no dejará de descender paulatinamente desde el límite de la dehesa hasta el pueblo, facilitándome el acelerón final para llegar cuanto antes. Al fondo, en la dirección Norte por la que deberé proseguir en la próxima etapa, se divisan a lo lejos otras dehesas.  La gran extensión de terreno despejado que rodea este pueblo ha estado al parecer dedicada a cultivos de secano hasta no hace mucho tiempo; aunque en la actualidad se trata de un terreno evidentemente baldío, con algunos matorrales dispersos bastante crecidos… Esto lo he averiguado consultando datos en Internet. Las últimas generaciones de ‘fuenterrobleños’ han apostado por emigrar a Salamanca o al cercano Guijuelo, el cual se ha desarrollado notablemente en los últimos tiempos; especializándose en la industria de transformación cárnica, particularmente la derivada del cerdo ibérico. En cualquier caso, estamos ante un pueblo relativamente grande, si lo comparamos con los que hemos visto en el Camino durante esta jornada; cuenta en la actualidad con unos 300 habitantes.

 

    Entro en Fuenterroble de Salvatierra a las 18.54hh, encontrándome que está su gente en fiestas patronales. Tal como se divisaba desde un par de kilómetros atrás, la calle principal es precisamente la continuación de la calzada. Me indican no más llegar que el buen albergue de esta localidad está hacia el final de la calle, y no tiene pérdida su localización. Un poco más adelante, mediada la travesía de la calle-camino paso junto a un mesón en cuya puerta hay algunos vecinos sentados en un par de mesas, que me invitan con cierta insistencia a celebrar la fiesta con ellos... Pero veo demasiado “alegre” al vecindario y, tras lo de Valverde, me curo en salud y sigo adelante sin parar; ya he tenido suficiente movida festera en esta jornada.

 

 

<foto 13:Albergue parroquial de Fuenterroble de Salvatierra>

 

     El Albergue parroquial de Fuenterrobletiene justa fama por su acogedor ambiente, propiciado por el cura Blas Rodríguez, el cual se hizo cargo del mismo hace diez o doce años (ver Nota 8 al final del capítulo) Al penetrar en la casa  me atienden dos hospitaleras catalanas, las cuales realizan los acostumbrados trámites de recepción. En este albergue no se exige ni se sugiere una determinada cuota económica por la admisión, dejando a criterio del visitante la opción de contribuir con un donativo a su mantenimiento. Normalmente suele ser así en otros refugios parroquiales. Una de las chicas me propone que si quiero comprar algo en la única tienda de comestibles del pueblo podría acompañarla, ya que ella se dispone a salir de inmediato por estar apunto de cerrarse. Sigo su consejo y salgo sin ni siquiera elegir mi plaza de alojamiento, para hacer mi acostumbrado acopio de viandas.

 

     Ocupo luego una litera al fondo del gran dormitorio que tienen abierto. No parece que pernocte hoy mucha gente en este albergue; apenas veo dos o tres plazas ocupadas en la larga sala, y decido equivocadamente reservarme una de las literas más alejadas de la única puerta de acceso. Al hacerlo pienso en que de esta manera nadie me molestará al pasar; pero como veremos másadelante, me arrepentiría de esa elección.  Muy poco después, tras la ducha, salgo un ratito a dar una somera vuelta por el pueblo. Será breve el paseo, porque encuentro en este pequeño lugar muy poco que ver tras recorrer dos calles paralelas, a lado y lado de la calle-camino. Vuelvo por tanto al albergue, y opto por seguir 40 metrosmás adelante hasta la puerta de la iglesia de Sta. María la Blanca(gótica s. XV), único monumento relevante de la localidad. Pero la iglesia está cerrada y decido retirarme definitivamente a nuestro albergue; he llegado un poco tarde para ver cosas, consecuencia lógica tras hacerme 33 Km en esta interesante etapa...

 

 

<foto 14: (Fuenterroble de Salvatierra) iglesia de Santa María ‘La Blanca’(19.42h)>

 

   Recojo mi fruta y, tras lavarla, me acerco al porche para cenar; pero solo encuentro un bordillo de piedra donde sentarme, porque la única mesita que hay afuera es pequeña y ya la han ocupado cuatro colegas. Al pasar junto a ellos los saludo, deseándoles un buen provecho. Luego me siento en un rincón, junto a la puerta, no muy lejos del grupo. No puedo afirmarlo con rotundidad pero, aunque hablan correctamente inglés, deduzco por su acento que tres de ellos son alemanes; el mayor aparentando mi edad, rondando los dos restantes los 45 años. Este trío comparte mesa con una peregrina canadiense según las trazas, porque hay una bandera de ese país cosida en su mochila.

 

    Cuando estoy terminando la fruta se me acerca una de las hospitaleras; trae una gran jarra y me pregunta si querría cenar zumo de melón con lonchitas de jamón serrano… Le respondo que sí, naturalmente. ¿Quién puede hacer ascos a una oferta como esa? Recojo pues el resto de mi fruta (me han sobrado tres piezas), y entro a la sala comedor tras ella. Allí conozco por fin al cura Blas, que acaba de llegar…

 

 

<foto 15: (Fuenterroble de Salvatierra) Blas Rodríguez ante la sala de estar/recepción/comedordel Albergue (imagen de Internet)

 

Sentado en la mesa destinada a ‘comedor’, que comparto con Blas y las hospitaleras, degusto el rico batido y sus tropezones; luego les ofrezco la fruta que me ha sobrado, que aceptan.  La conversación se alarga un buen rato, pero cuando el famoso cura engancha la directa la charla se transforma prácticamente en un monólogo. Veo claro entonces que esta reunión  no tiene visos de terminarse pronto, y yo no tengo más remedio que retirarme a dormir, porque obviamente hoy estoy cansado; de manera que sin pensarlo demasiado pido disculpas al grupo y paso a despedirme; además, y por si fuera poco,  mañana deberé madrugar de nuevo para acometer mi tercera etapa larga consecutiva…

Tras aceptar el equipo de hospitaleros mis disculpas, Blas me hace entrega de un video, con la filmación de la romería que hacen por tierras salmantinas cada mes de Julio, y yo le prometo divulgarlo entre mi familia y amigos. Luego me encamino hacia el dormitorio, cruzando el enrevesado laberinto de pasillos y patios de este albergue. Por suerte llevo mi linternita, que en esta ocasión resulta esencial. Estoy contento por la decisión tomada de retirarme a dormir. He hecho muy bien en abreviar la sobremesa, porque aunque la compañía era muy grata y la conversación harto interesante, me siento más cansado de lo habitual, con unas ganas locas de coger el catre.

 

      Son las 22.00 cuando entro en el profundo dormitorio para prepararme el nido. Como estamos pocos, y por tanto sobran complementos, lo haré rápidamente con una nueva fórmula: utilizando un  par de mantas y mi toalla sintética. Hoy más que nunca me da pereza desplegar el saco de dormir, de manera que coloco una de las mantas debajo y utilizo la otra para abrigarme. La toalla me servirá para envolver el cabezal como si fuese una croqueta. Es una buena solución para cuando, como en este refugio, no se dispone de sábanas limpias. De esta forma podré acostarme vestido, incluidos un par de calcetines limpios. En cuanto a las mantas no suele fallarme mi olfato, las huelo y detecto con bastante seguridad si puedo fiarme de ellas. No sería capaz de utilizarlas con la piel desnuda, pero sí con camisa de manga larga y pantalón de batalla. La fórmula tiene la gran ventaja de que para ir al lavabo no tengo que hacer ninguna maniobra rara a altas horas de la madrugada, solo ponerme las chanclas y salir corriendo…

 

Ya tapadito bajo mi improvisada ‘yacija’ tengo un último pensamiento para el cura Blas... Es un tipo simpático que engancha a la gente y muy emprendedor, con grandes ideas que siempre acaba poniendo en marcha…. En Internet hay cantidad de información de su vida y obras..., y visto de cerca tengo bien consolidado mi concepto sobre el personaje... Tiene un cierto magnetismo, y no le faltan seguidores para respaldar sus iniciativas evangelizadoras y culturales. Se trata en definitiva de un personaje al que habrá que tener en cuenta en el futuro, a corto y medio plazo, porque continuará haciendo cosas notables que incrementarán su ya considerable fama. Esto le hará ganar aún más adeptos, algunos de ellos con peso específico en la sociedad civil que respaldarán sus iniciativas; lo que se traducirá en su carrera eclesiástica, que apunta alto; no lo perderemos de vista(ver Nota 8 abajo).

 

    Me quedo roque a las 22.15h.

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<foto 16: (Fuenterroble de Salvatierra) dormitorio principal del Albergue (imagen obtenida en Internet)

  

-Nota 8.- El albergue de Fuenterroble de Salvatierra y su hospitalero Blas Rodriguez:Sería una pérdida de tiempo pretender glosar a estas alturas la obra del actual cura párroco de Fuenterroble. Hace tiempo que su perfil humano, realizaciones y proyectos están en las guíasdelCamino, y en Internet.  Me limitaré pues a reiterar lo que he dicho más arriba: he conocido al personaje y puedo confirmar que tiene muchas cosas que decir y que hacer todavía. Blas es un sacerdote con ideas nuevas, y con empuje suficiente para abrir otros caminos por los que inculcar  el ideario cristiano.  Vale la pena darse una vuelta por su casa, el  albergue de este pueblo, y conocer a este cura innovador. 

     Ciñéndonos al magnífico refugio de peregrinos, que figura entre los mejores de la Vía de La Plata, puedo asegurar que en esa casase respira el auténtico espíritu de la peregrinación jacobea. Es un lugar de encuentro, donde todos somos importantes por igual; con un ambientazo cálido, acogedor. El edifico en sí se asemeja mucho por fuera a una antigua venta de arrieros y pastores, como algún otro hallado por el camino en la presente etapa. Por algo este albergue, a la par que sobre la antiquísimaruta mozárabe, está también en una cañada ganadera…Al ingresar algo tarde ya en la casa no la pude recorrer con calma, como suelo hacer habitualmente; aunque su descripción sería algo complicada, por el largo “intríngulis” de pasillos y patios que tuve que atravesarentrela recepciónymi alojamiento en el dormitorioprincipal. De mi visita solo recuerdo bien estas dos estancias: la sala multiusos de la entrada (recepción-estar-comedor) y el amplio dormitorio que tenían abierto, profusamente decorado en sus paredes con tablas pintadas al óleo.  

     En todo caso, creo que en esta ocasión es más importante el contenido espiritual del albergue que su humilde condición arquitectónica. Lástima que mi estancia haya sido demasiado breve, por el motivo señalado más arriba y tener los días tasados para finalizar mi viaje. Hubiera valido la pena prolongar la estancia en este refugio durante al menos un par de días… Quizás lo haga a no tardar mucho, con ocasión de ese interesante Vía Lucis que convoca y organiza nuestro protagonista cada mes de Julio, en el que concurren infinidad de entusiastas seguidores, de todas las edades y todos los confines, incluidos numerosos extranjeros. Lanzo la idea  para quién lea esta crónica. A quién le pueda interesar le recuerdo que se ha publicado un video, donde puede verse con detalle el recorrido de esta interesantísima  “romería”. Ver información al respecto en la red.
 

 

  Antonio Garcia Marquez 

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GUIA DEL CAMINO DE SANTIAGO A PIE (En papel)
JOSE M. SOMAVILLA , TUTOR, 2009
Desde la primera edición de esta Guía del Camino de Santiago a pie han transcurrido más de diez años, y veinte desde que su autor, José Manuel Somavilla, descubriese la Ruta Jacobea en 1989 y quedase enamorado de ella. Desde entonces ha recorrido el Camino de Santiago a pie año tras año. Fruto de esa experiencia contrastada que muchos lectores y peregrinos han disfrutado en sus anteriores ediciones, ahora, para esta nueva edición actualizada en 2009 y ampliada, el autor ha elaborado nuevos y detallados mapas de cada una de las 26 etapas del Camino Francés que separan los 750 kilómetros que hay entre Roncesvalles y Santiago de Compostela. A esto ha añadido la variante del Camino Aragonés, con 5 nuevas etapas desde Somport hasta Puente la Reina, punto en el que se une con la otra vía del Camino Francés

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