REPORTAJES 
DE VIAJES

VIAJE A EGIPTO,  RUMBO A EL CAIRO VÍA ITALIA 

UN PAPEL LLAMADO PAPIRO 

Siguiendo viaje, nos adentramos en la ciudad y paramos delante de una tienda de papiros. Ibrahim, a quien llaman ahí, "el profesor", nos presenta a uno de los responsables que nos explica con ejemplo práctico, la historia del papiro. El papiro es un poco lo que el pergamino, es decir un elemento para poder transmitir por escrito un mensaje. “El libro de los muertos” escrito en jeroglífico sobre papiro o “El escriba sentado” con un rollo de papiro sobre sus rodillas son dos pequeñas muestras de la importancia que tenia el papiro para los antiguos egipcios. Se empezó a utilizar a partir de fines del Imperio Antiguo (2500 a.J.C.). En Grecia el descubrimiento más antiguo de papiros, se hizo en 1752 en Herculano. Algunos hallazgos literarios han permitido conocer importantes obras perdidas como la Constitución de Atenas de Aristóteles. Entre los más antiguos de la literatura cristiana encontramos apócrifos, así como textos del Antiguo y Nuevo Testamento. 

El papiro es una planta que crece a orillas del Nilo pero sobre todo en los pantanos del delta. Hubo un periodo en que se creía que el papiro había desaparecido pero algunos tallos dispersos en los pantanos permitieron un repoblación. Antes de emplear el papiro como papel, los antiguos egipcios utilizaban la raíz como combustible y la médula de los tallos como alimento, cuando no, para hacer mechas de antorchas. Se trata de una planta de tallo trígono, liso que puede alcanzar los 3 metros de altura y 10 cm. de grueso, con la apariencia de una pequeña palmera aunque mucho más tupida. Ante la vista de un pequeño papiro de unos 70 cm. Ibrahim aprovecha para hacer una subjetiva y romántica exposición relacionada con la planta: el estrecho y fino tallo es la unión entre la tierra y el cielo. El núcleo, es decir desde donde salen una infinidad de hojas colgantes, es el todo poderoso Dios Amón-Ra, creador del cielo y de la tierra; en cuanto a las largas y finas hojas colgantes, representan los rayos de luz que caen sobre la tierra inundándolo todo.

Acto seguido el Sr. Said nos explica como se hacían antiguamente los papiros cogiendo un tallo y cortando la corteza en sentido longitudinal. A su vez, la pulpa también es cortada en finas láminas de unos 45 cm. de largo y aplanadas, primero con un martillo y luego con un rodillo de mano. Esas láminas se dejaban 6 días en agua, cambiando el agua todos los días, pero si se quería envejecer el lienzo, el tiempo de remojo podía llegar a dos o tres meses. Luego esas láminas de muy fuerte textura y muchísima flexibilidad se colocaban una muy cerca de la otra sobre una superficie lisa. Acto seguido se colocaba otra hilera perpendicular sobre la primera. Se ponía la hoja someramente confeccionada bajo prensa y al mes podía ser utilizada. Por lo general, estas hojas se pegaban unas a otras, hasta formar un rollo de veinte hojas, quedando en todos los casos las tiras horizontales en el interior del rollo ya que serían las utilizadas más adelante para escribir.

Como dato curioso, antes de salir, nos dijo como se confeccionaban los falsos papiros: con el mismo procedimiento pero con piel de plátano, mucho más frágil pero sobre todo menos duradero.    

INDICE - VISITA EL ESPECIAL VIAJES