ESPECIAL XACOBEO 2004
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HISTORIA Y LEYENDA :
¿Quién fue el apóstol Santiago?
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Hay varios Santiagos en el Nuevo Testamento, por ello es preciso
identificar bien a nuestro Santiago al que se le añade el apelativo:
"Santiago, el Hijo de Zebedeo o el Mayor". Era el hermano mayor
de Juan, el Apóstol, y originarios de Betsaida habitaban en la cercana
Cafarnaún, trabajando en el negocio familiar de pesca en las riberas del
Lago de Genesaret; pertenecían, pues, a una familia de modestos
propietarios con su padre Zebedeo.
Estaban asociados con otra pareja de
hermanos, Pedro y Andrés en la industria de la pesca del lago para cuyo
trabajo contaban con empleados ocasionales. De este círculo de pescadores
Jesús se llevó sus cuatro primeros discípulos: Pedro y su hermano Andrés,
Santiago y su hermano Juan. Santiago, pues, gozaba de especial confianza y
relación con Jesús, como uno de los discípulos básicos, destacándose
con Pedro y Juan del resto de los discípulos, obteniendo el puesto de
testigo privilegiado en los momentos más importantes.
El mismo Jesús
apodó a Santiago y a Juan con el sobrenombre de "hijos del
trueno" seguramente por su arrojo y decisión. Santiago aparece como
una persona apasionada, capaz de ponerlo todo en juego; como una persona
que arrasa por su empuje y que no se para en echar cálculos y medir
consecuencias. Una vez muerto Jesús, Santiago forma parte del grupo
inicial de la Iglesia Primitiva de Jerusalén.
Herodes Antipas I lo
escoge, igual que a Pedro, como figuras representativas para dar un
escarmiento a la comunidad cristiana y contentar a los judíos. Murió
entre los años 41 y 44 en Palestina, decapitado, por orden de Herodes
Agripa I, cuando el rey nominale de los judíos intensificó la persecución
de las primeras comunidades cristianas para ganarse el favor de Roma.
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Las
leyendas xacobeas recogen dos versiones acerca de la presencia del Apóstol
Mártir en la península: La primera dice que, a la muerte de Jesús, los
apóstoles se repartieron los lugares en que debían predicar, correspondiéndole
a Santiago Hispania y las regiones más occidentales del imperio romano.
El Apóstol habría recorrido Asturias, Galicia, Castilla y Aragón
predicando la palabra de Dios con escaso éxito. Relata además que
durante esta misión se le apareció la Virgen junto al Ebro, sobre una
columna, y allí se le ordenó construir una iglesia. La segunda versión
sostiene que tras el martirio, su cuerpo fue llevado en barco por sus discípulos
desde Jerusalén hasta Iria Flavia, en el Finisterre. Aquí la historia y
la leyenda se funden para crear un relato colorista. Una vez decapitado en
Palestina, su cuerpo fue arrojado fuera de la ciudad como pasto de perros
y fieras, pero sus discípulos al caer la noche, lo recogieron y lo
llevaron al puerto de Jope, donde providencialmente apareció una
embarcación aparejada y sin tripulación. Al séptimo día de navegación
arribaron a la desembocadura del río Ulla, en Galicia. Tras diversos
incidentes con la mítica «Raiña Lupa», lograron permiso para enterrar
a Santiago. Al depositar el cuerpo del maestro sobre una gruesa roca, ésta
cedió como si fuera de cera hasta convertirse en el sarcófago del santo.
Hallazgo del sepulcro
El hallazgo del sepulcro del Apóstol tiene lugar en el siglo IX, en
una fecha indeterminada alrededor del año 820. En una península ibérica
dominada por el emirato omeya de Córdoba, los pequeños núcleos de poder
cristianos se concentran en el norte. Uno de los más fuertes era el Reino
de Asturias y Galicia. Es en este contexto histórico cuando tiene lugar
el hallazgo del sepulcro de Santiago. Según la leyenda, un ermitaño, que
vivía en el lugar de Solovio, en el bosque Libredón, contempló durante
varias noches una lluvia de estrellas sobre un montículo. Impresionado
por las visiones, el ermitaño se presentó ante el obispo Teodomiro de
Iria Flavia, para comunicarle el hallazgo. El prelado se dirigió a Libredón
y constató el fenómeno. Bajo el fuerte resplandor encontraron un
sepulcro de piedra en el que reposaban tres cuerpos. Los identificaron
como el de Santiago el Mayor y dos de sus discípulos. Teodomiro hizo
llegar la noticia al rey Alfonso II que, consciente de la importancia
religiosa y política del descubrimiento, acudió lo más rápido que pudo
desde Oviedo para visitar el lugar y prometer la construcción de una
catedral. Aquél fue el origen de Compostela. Había nacido un mito del
cristianismo y un símbolo de occidente.
Comienzan las peregrinaciones
El rey Alfonso II manda edificar sobre el sepulcro una sencilla
iglesia y comienzan a llegar visitantes a la tumba del Apóstol. En el año
844, otro fenómeno sobrenatural daría el definitivo espaldarazo a la
figura de Santiago como encarnación de la Reconquista. El 23 de mayo en
Clavijo, cerca de Logroño, el rey Ramiro I de Asturias se enfrenta a las
tropas musulmanas de Abderramán II en clara desventaja numérica. En
pleno fragor de la batalla el apóstol Santiago aparece espada en mano a
lomos de su famoso caballo blanco repartiendo tajos entre los infieles.
Los cristianos vencen contra pronóstico y el mito jacobeo traspasa
definitivamente los Pirineos. Nace el apelativo de Santiago Matamoros. A
partir de ahí se desarrolla el culto que motiva la peregrinación. El
Camino de Santiago, fue, junto a una vía de manifestación religiosa, una
ruta de comercio internacional, que además puso en contacto dos ámbitos
económicos diferentes: El Hispano-musulmán y el cristiano-feudal. Supuso
la entrada de corrientes nuevas de pensamiento y manifestaciones artísticas,
pero también la difusión más allá de los Pirineos de elementos ibéricos.
La peregrinación a Santiago podía ser voluntaria, pero también
obligatoria, impuesta como penitencia, desde un punto de vista religioso,
o penal, desde el punto de vista civil. El peregrino era de toda condición
social, incluyendo desde reyes y obispos a gente del pueblo llano. El
fortalecimiento de la ruta se produce a partir del año 1000; este hecho
se sitúa en un marco general de expansión en Europa. Es en los siglos XI
y XII cuando las peregrinaciones se convierten en un alud de personas
procedentes de todos los puntos. En 1122 se establece el Año Santo
Compostelano. El auge del Camino se va a basar en 2 pilares: Por un lado
la amplia red de hospitales que se fundan a lo largo de él y por otro, la
protección jurídica de que goza el peregrino por lo que se toman una
serie de medidas entre ellas la exención de portazgos. En los siglos de
auge, la ciudad compostelana vive momentos de pujanza, se convierte en
sede metropolitana, en detrimento de Mérida, y se construye la catedral
que será consagrada en 1211. En los siglos XI y XII los peregrinos
ilustres son abundantes; Guillermo X Duque de Aquitania, Luis VII de
Francia, San Francisco de Asís, y muchos otros. El Camino va a ejercer
una gran importancia económica, el movimiento de gentes alentará a
artesanos y mercaderes, en su mayor parte extranjeros, a asentarse en
distintos lugares del camino, de manera que van naciendo los burgos. Los
reyes les concederán fueros para favorecer su desarrollo. En las ciudades
que ya existían se van a formar barrios de francos que dinamizan y darán
un carácter más urbano a la ciudad. En éstas va a nacer una nueva clase
social: La Burguesía y con ella nuevos problemas sociales, plasmados en
los enfrentamientos contra los señores feudales. La orden de Cluny va a
jugar un papel esencial en la peregrinación, ya que a lo largo de la ruta
crea monasterios y hospitales. También los reyes favorecerán al
peregrino, destacando entre ellos Alfonso VI. En los siglos XIV y XV se
experimenta un retroceso en las peregrinaciones. Por un lado la catástrofe
del XIV, peste negra y frecuentes guerras, por otro el cisma se produce en
la cristiandad en 1378 y también la recesión económica que se localiza
en la ruta jacobea. En el XVI la aparición del protestantismo supone un
duro golpe, viviendo la ruta sus horas más bajas. En el XVII y XVIII
parece existir una cierta recuperación del Camino, éste se plasma en el
desarrollo del arte barroco en la capital compostelana. En el XIX la
crisis llega al punto de que el 25 de julio de 1867 apenas había 40
peregrinos en Santiago. El descubrimiento de los restos del Apóstol en
1879, escondidos cuando Francis Drake atacó La Coruña, dio nuevos bríos
a la peregrinación. En 1884 el papa León XIII declaró como auténticos
los restos descubiertos. En la actualidad el Camino vive una época de
auge. El Consejo de Europa declaró el Camino de Santiago como Itinerario
Cultural Europeo, en 1987, señalando el valor trascendental de la
peregrinación en la formación de una civilización común a todos los
pueblos europeos. El renacimiento de la peregrinación coincide con la
formación de una nueva Europa.
Otra historia del Camino
El Camino es el fin, y la tierra, polvorienta y de asfalto, es el
medio de transitar por él. El Finis Terrae romano y anteriormente celta
es el destino de miles de personas durante estos años de comienzo del
milenio. Parece ser que antes de la aparición del cuerpo del apóstol
Santiago ya se iba a Finis Terrae, y allí miles de hombres sintieron
aquel "religioso horror" al ver apagarse el sol en las aguas del
océano. El resurgimiento peregrinal, sobre todo desde el Año Jacobeo
-1993- es un hecho que los estudiosos sociales tendrán que analizar. La
mezcla de reto deportivo con religiosidad, con búsqueda de lo auténtico
y de uno mismo, todo ello escoltado por estilos románicos y góticos,
entre caballeros templarios y monjes benedictinos, entre hayas y trigos,
entre castaños y carvallos, entre leyendas y milagros hacen del Camino de
Santiago una experiencia singular. El marketing de las diferentes
Comunidades Autónomas ha hecho el resto. Para muchos el recorrido del
Camino de Santiago se convierte en peregrinaje cuando se encuentran con
las raíces religiosas e históricas de Europa, cuando renuevan un camino
de transformación interior, y cuando caminan al ritmo de otros siglos.
Desde el descubrimiento de la tumba del Apóstol Santiago en Compostela,
en el siglo IX, el Camino de Santiago se convirtió en la más importante
ruta de peregrinación de la Europa medieval. El paso de los innumerables
peregrinos que, movidos por su fe, se dirigían a Compostela desde todos
los países europeos, sirvió como punto de partida de todo un desarrollo
artístico, social y económico que dejó sus huellas a todo lo largo del
Camino de Santiago. El meollo central de la tradición jacobea se sitúa
en la creencia de que el cuerpo de Santiago está enterrado en el sepulcro
de Compostela. Corría el año 813 después de Cristo cuando el obispo de
Iria Flavia, Teodomiro, avisado por el eremita Pelayo de la existencia de
unas luces misteriosas, informó al rey asturiano Alfonso II del
descubrimiento milagroso de una tumba que contenía los restos mortales
del apóstol Santiago. Según la leyenda los discípulos de Santiago en el
año 42 robaron el cuerpo de Palestina, donde le habían decapitado, y le
embarcaron en una nave que con una tripulación angelical llegó a Iria,
en la confluencia del Sar y el Ulla (actualmente la ría de Arousa). En
cuanto atracaron el cuerpo del apóstol fue llevado por los aires 12
millas hasta el lugar donde hoy se le venera. En la catedral de Santiago
se conserva la roca donde dicen que fue atada la barca que trajo el cuerpo
del santo. Con la "aparición" del cuerpo del apóstol se inició
lo que hoy conocemos como la ruta compostelana: "El camino de las
estrellas".
Albor, esplendor y decadencia de la peregrinación
El rey Alfonso II manda edificar sobre el sepulcro una sencilla
iglesia y comienzan a llegar visitantes a la tumba del Apóstol. En el año
844, otro fenómeno sobrenatural daría el definitivo espaldarazo a la
figura de Santiago como encarnación de la Reconquista. El 23 de mayo en
Clavijo, cerca de Logroño, el rey Ramiro I de Asturias se enfrenta a las
tropas musulmanas de Abderramán II en clara desventaja numérica. En
pleno fragor de la batalla el apóstol Santiago aparece espada en mano a
lomos de su famoso caballo blanco repartiendo tajos entre los infieles.
Los cristianos vencen contra pronóstico y el mito jacobeo traspasa
definitivamente los Pirineos. Nace el apelativo de Santiago Matamoros. En
el siglo X la peregrinación a Compostela es un hecho consolidado en la
cristiandad. Es la época del camino de la costa, más seguro que los del
interior, expuestos a las correrías árabes. Será a partir del año 1000
cuando se popularizan las peregrinaciones a Santiago, como antes lo
hicieran los romeros con Roma o los palmeros con Jerusalén. Los monarcas
comprendieron que mantener el Camino libre y expedito era asegurarse una vía
de vital importancia económica, comercial y militar para controlar su
territorio. Dos son lo reyes que más apoyarán la ruta jacobea: el
navarro Sancho III el Mayor y el castellano Alfonso VI. El Camino se dota
de una serie de infraestructuras (calzadas y puentes) y de lugares
asistenciales para el peregrino. Fundamentales en este campo han sido las
ordenes religiosas hospitalarias, entre las que destaca la de Cluny. La
primera eclosión en las peregrinaciones a Santiago se produce en los
siglos XI y XII, coincidiendo con el esplendor del arte románico. En 1122
el Papa Calixto II proclama Año Santo Jacobeo aquel en el que el 25 de
julio coincida en domingo. Multitudes de gentes comienzan a llegar de
todas partes de Europa dando un toque cosmopolita a las ciudades por las
que pasa el camino. El Camino Francés es el más utilizado y por
Roncesvalles se constatan miles y miles de peregrinos en estos años, más
tarde con la conquista de Zaragoza se habilitaría el ramal de Somport a
Puente La Reina. Las antiguas calzadas romanas de Burdeos a Astorga
pasando por Vitoria y Briviesca y de Astorga a Iria Flavia sirven de base
a la ruta jacobea y surgen gran cantidad de burgos y ciudades que acogen
una nueva clase urbana de artesanos y comerciantes, la mayoría francos. A
partir del siglo XIV el Camino entra en declive, la peste negra ha
diezmado la población europea, la cristiandad comienza a dividirse (los
protestantes consideraban las peregrinaciones como actos populacheros), el
mundo comienza a ensancharse y los monarcas dedican sus esfuerzos a
conquistar nuevos mundos. En los siglos XVII y XVIII se mejoran las
comunicaciones y el Camino recobra parte del prestigio y recibe peregrinos
ilustres, sin embargo en el XIX los librepensadores, los descubrimientos
científicos, la revolución industrial y el desarrollo urbano no se
llevan bien con un modo de vida con reminiscencias medievales. Fue tan
aguda la crisis que en 1884 el papa León XIII tuvo que declarar
verdaderos los restos del Apóstol reaparecidos en unas excavaciones (se
habían escondido en el siglo XVI ante las amenazas de las incursiones
inglesas comandadas por el pirata Francis Drake). Hoy en día la
peregrinación a Santiago parece recobrar el esplendor de antaño, en 1985
la UNESCO declara la ruta jacobea como Patrimonio Universal de la
Humanidad.
La Compostela, certificado Peregrino ISO 9000
La actual credencial del peregrino, que se entrega exclusivamente a
los que hacen todo o parte del Camino de Santiago a pie, en bicicleta o
caballo, tiene sus orígenes en las cartas de presentación que desde los
albores de la historia jacobea concedían los reyes, infantes, clérigos,
papas y otras autoridades como documento de recomendación o salvoconducto
a los que peregrinaban a Compostela. La historia relata multitud de
documentos en los que se concedía por mediación de dicha carta todo tipo
de privilegios y gracias para que el portador y sus acompañantes
obtuviesen protección y también la exención del pago de tributos
(montazgos, portazgos, peajes, etc..) cuyo montante podía llegar a
ocasionar graves problemas a los que peregrinaban a Compostela. La
credencial se entrega en Asociaciones, Parroquias, Cofradías, etc. o en
el lugar donde se inicia el Camino, siendo siempre aconsejable la
presentación de una carta o documento que acredite e identifique al
solicitante. Con la credencial, para aquellos que han hecho al menos 100
kilómetros a pie y 200 en bicicleta, la Catedral de Santiago concede la
llamada "COMPOSTELA" que no es otra cosa que un documento por el
que reconoce que el peregrino ha llegado a la meta y que lo ha hecho por
"pietis causa". La Compostela es un documento que se expide
desde hace muchos años. Al principio se hacía en un pergamino pero desde
hace ya tiempo, las credenciales se imprimen sólo en papel con orla
característica de hojas de roble y vieiras jacobeas en el que se hace
constar en latín el nombre del peregrino, y es firmada en la actualidad
por el Secretario Capitular de la Iglesia Compostelana. Del auge del
Camino en este final de siglo es testigo la Compostela. En 1985 la
solicitaron 2.491 personas, en 1991, son 7.274 las que la consiguen. En
1993, Año Santo, la Xunta pone en marcha un tremendo plan de promoción
turística y son 100.000 personas las que consiguen la Compostela. En el año
1999 se superaron los 250.000 peregrinos a pie, caballo o bicicleta y más
de nueve millones las personas que visitaron Santiago.
INDICE CRONOLÓGICO
La historia de Santiago y la peregrinación año a año
Año 44 Santiago el Mayor, hijo de
Zebedeo, es decapitado en Palestina por orden de Herodes Agripa. Sus díscipulos
se llevan el cuerpo por mar.
Año 813 El monje Pelayo descubre el sepulcro del Apóstol y lo
comunica al obispo de Iria Flavia, Teodomiro. Poco después el rey astur
Alfonso II el Casto, ordena levantar en ese lugar la iglesia de
Antealtares, una basílica de ladrillo de una sola nave, consagrada en 834
Año 840 El primer grupo de peregrinos, procedente de Asturias,
llega al sepulcro.
Año 844 Batalla de Clavijo. El 23 de mayo Ramiro I derrota a
Abderramán II, Santiago acude en auxilio de los cristianos sobre un
corcel blanco.
Año 899 Alfonso III el Magno y el obispo Sisnando, mejoran y
amplian la basílica original que alberga el sepulcro.
Año 915 El obispo de Le Puy, Gotescalco, se convierte en el primer
peregrino famoso.
Año 983 Peregrina el eremita Simeón de Armenia.
Año 997 Almanzor saquea y destruye el templo. Se lleva las
campanas de la catedral como botín a la mezquita de Córdoba.
Año 1065 Gran peregrinación de gentes de Lieja, dirigidos por
Roberto, monje de Santiago de Lieja.
Año 1075 El obispo Diego Peláez y el rey Afonso VI acometen la
construcción de la tercera basílica, actual catedral, sobre el lugar
santo.
Año 1095 En el Concilio de Clermont se reconoce el traslado de la
sede episcopal de Iria Flavia a Santiago.
Año 1100 El obispo Gelmírez se hace cargo de la diócesis.
Año 1120 El papa Calixto II erige sede metropolitana a Compostela,
en sustitución de la de Mérida.
Año 1122 El papa Calixto II proclama elAño Santo Jacobeo.
Año 1139 Aymeric Picaud escribe el Codex Calixtinus.
Año 1133 Las autoridades de Compostela amonestan a los
comerciantes por cobrar más a los peregrinos que a los residentes.
Año 1179 Bula Regis Aeterna. El papa Alejandro III ratifica la
concesión de Año Santo, estableciendo que serán Años Santos aquellos
en que el 25 de julio coincida en domingo y otorga indulgencia plenaria a
quien peregrine en Año Santo.
Año 1188 El Maestro Mateo firma el Pórtico de la Gloria, acceso a
la catedral de Santiago.
Año 1211 Consagración de la capital compostelana.
Año 1213 Peregrinación de San Francisco de Asís.
Año 1325 Peregrinación de Santa Isabel de Portugal.
Año 1394 Primer permiso de un monarca inglés para fletar una nave
con peregrinos a Compostela; estos permisos se repitieron hasta el año
1456.
Año 1430 Peregrina el pintor Van Eyck.
Año 1434 Año Santo. Enrique VI de Inglaterra concede licencia
para viajar a 2.310 peregrinos ingleses.
Año 1488 Peregrinación de los Reyes Católicos.
Año 1589 El arzobispo Clemente esconde los restos del Apóstol
ante el temor a un ataque inglés. Francis Drake ataca La Coruña. Estarían
300 años perdidos.
Año 1643 Felipe IV instituye la Ofrenda Nacional del Apóstol.
Año 1670 El sacerdote boloñés Domenico Laffi escribe su guía
"Viaje al Occidente, a Santiago y a Finisterre".
Año 1668 Cosme de Médicis, principe italiano, llega a la catedral
con séquito de 40 personas.
Año 1867 El 25 de julio, día de Santiago, apenas hay 40
peregrinos en la catedral.
Año 1879 Siendo cardenal en Compostela Payá y Rico unas obras en
el altar mayor dejan al descubierto un sepulcro con tres cuerpos.
Año 1884 Bula Deus Omnipotens. El papa León XIII confirma que
esos restos son los del Apóstol y sus dos díscipulos.
Año 1965 Elías Valiña, cura de O Cebreiro, lee su tesis
doctoral: "El Camino de Santiago. Estudio histórico-jurídico",
y comienza una labor de divulgación sobre la Ruta jacobea.
Año 1980 Andrés Muñoz, de la Asociación de Amigos del
Camino de Navarra, y el cura Elías Valiña, comienzan por separado a señalizar
con flechas amarillas el Camino Francés.
Año 1982 Juan Pablo II se convierte en el primer papa que visita
Santiago.
Año 1989 En Agosto, el papa Juan Pablo II reúne en Compostela a más
de 400.000 jóvenes en la IV Jornada Mundial de la Juventud.
Año 1992 La Xunta de Galicia reforma las viejas escuelas rurales
en refugios para peregrinos.
Año 1993 Año Santo. 100.000 peregrinos obtienen la Compostela.
Varios millones más visitan la catedral durante este año.
Año 1999 Último Año Santo del siglo XX, 154.613 peregrinos
obtienen la Compostela
SANTIAGO
Yago fue
la forma que tenía en la Edad Media el nombre bíblico "Jacob",
ilustre porque lo llevó el patriarca que arrebató la primogenitura a su
hermano Esaú, y que a partir de sus doce hijos fundó el pueblo de Israel
organizado en las doce tribus; pero mucho más ilustre entre nosotros
porque éste es el nombre del apóstol al que llamamos Santiago (Sant +
Yago) el Mayor, que según la tradición vino a predicar el
Evangelio a España. El nombre hebreo del que procede Yago es Yakob
y suele interpretarse como "el que anda a la sombra de Dios". En
español tenemos también la forma "Jaime", evolucionada a
partir de la forma latina Jacobus, que en francés dio Jacques
y en italiano Giáccomo. A partir de estas transformaciones es más
fácil adivinar la transformación de Jacobus en Jaime. La
universalidad de este nombre es extraordinaria. A ello contribuyeron en
especial las peregrinaciones al sepulcro del Apóstol en Santiago de
Compostela, desde todos los rincones de la cristiandad. Santiago fue, con
Roma y Jerusalén, uno de los tres grandes lugares de peregrinación de la
cristiandad. Tal era la multitud de peregrinos que en los tres siglos de
esplendor pululaban por los caminos que llevaban a Santiago, que los
devotos empezaron a llamar a la ruta luminosa de la Vía Láctea , Camino
de Santiago, por la semejanza entre las innumerables estrellas de ésta
con las riadas de peregrinos al sepulcro del Apóstol.
Santiago
el Mayor, apóstol, es hermano mayor de san Juan Evangelista,
llamados ambos los hijos del Zebedeo. Estos eran, junto con san Pedro, los
tres apóstoles preferidos, a los que Jesús concede un mayor protagonismo
en su vida. Son los tres privilegiados que asisten a la resurrección de
la hija de Jairo, los que gozan de la Transfiguración y los que están más
cerca de Jesús en el Huerto de los Olivos. Los Hijos del Trueno
les puso Jesús de sobrenombre a los dos hrmanos por su fogosidad. Según
narran los Hechos de los Apóstoles, Santiago fue el primero que sufrió
martirio. Fue decapitado en Jerusalén por orden del rey de Judea, Herodes
Agripa. De sus largos viajes, su predicación en España y el traslado de
su cuerpo desde Jerusalén, nos informan las tradiciones, algunas de ellas
muy antiguas.
Santiago de Compostela
es la madre de la multitud de ciudades que llevan este nombre. Esta ciudad
se fundó sobre el sepulcro del Apóstol. Campus Stellae (campo de
la estrella) llamaron al lugar en que fue descubierto. Hay que partir del
importantísimo hecho cultural de que los pueblos, las ciudades, los
monasterios, se tenían que edificar sobre las reliquias lo más
importantes posible (Rómulo edificó las murallas de Roma sobre el cadáver
de su hermano Remo) para entender que se trasladasen restos funerarios
desde tan lejos (Santiago murió en Jerusalén) y que luego estos grandes
sepulcros moviesen a millones de peregrinos. Sobre el sepulcro de
Santiago, pues, se edificó la imponente basílica, y en torno a ella
creció toda la bellísima y rica ciudad. Y sigiendo su onda expansiva se
fundaron Santiago de Cuba, Santiago de Chile, y centenares de ciudades y
lugares de la geografía española e hispanoamericana con este nombre. Se
pueden inundar los ojos y saciar el alma con la belleza y la grandeza que
ha hecho surgir este nombre.
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