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NÓMINA RERUM por Mariano Arnal

GOBIERNO



 Ut si nautae certarent quis eorum potíssimum gubernaret.

Como si los marineros decidieran quién es entre ellos el más apto para pilotar.

Cicerón 

El examen de las etimologías, es decir del origen de las palabras (que respecto a los entes de razón es también el origen de las cosas) nos depara sorpresas a menudo aleccionadoras. Resulta que gobernar, gobierno, gobernación, etc. (entes de razón donde los haya), son términos marinos o más propiamente náuticos (nauta es el navegante); es decir que el latín al formar el extenso grupo léxico relativo al gobierno político, no creó los términos ex novo, sino que los tomó directamente de la marinería. Y como las palabras, cuando tienen fuerza, se abren paso con idéntica inexorabilidad que la vida, resulta que vuelve a aparecer la misma analogía en la cibernética, pero esta vez retrocediendo al origen griego de la gobernación. Es decir que al cerrarse y rejuvenecer el ciclo de esta palabra en la cibernética, nos recuerda las virtudes del gubernator: la capacidad de reflejos para conducir su nave siguiendo constantemente los comportamientos de la naturaleza en que ésta actúa. Sólo triunfa en las tormentas el gubernator (kubernhthV (kybernétes) en griego) capaz de gobernar así su nave. 

La frase de Cicerón que encabeza este artículo nos ilustra claramente sobre el significado del término en las dos acepciones: la política y la náutica. Compara ambas gobernaciones en efecto, a propósito del empeño de concertar toda acción de gobierno, tanto en el barco como en el estado. El gobierno de uno y otro, dice, es oficio y responsabilidad del gubernator, y el hecho de someter las decisiones a certamen o a concierto, para lo único que sirve es para eludir la responsabilidad de gobernar. ¡Hay que ver lo categóricas que son a veces las palabras! (Kathgorein (kategoréin) es proclamar las cosas en el ágora y por tanto otorgar categoría, pero también acusar cuando no se responde a ella.)   

Platón llama kubernhtikh (kybernetiké), es decir “cibernética” al arte de gobernar a los hombres, cuando el kubernhthV (kybernétes) griego es tan sólo timonel o piloto del barco: es por tanto el primero en trasladar metafóricamente el arte de gobernar una nave al arte de dirigir un estado. Es pues en Grecia donde crean el concepto de “gobernación” del estado como si de una nave se tratase. Hasta una fiesta tenían, las Kubernhsia (Kubernésia), instituida por Teseo para honrar a los pilotos. 

Del lexema griego deriva el latino; pero con el significado compartido ya entre la náutica y la dirección del estado. El gubernator lo es más de la nave que de la ciudad, por eso Cicerón emplea la expresión Gubernator civitatis en el sentido de “Piloto del Estado”. Y en el sentido llano de la palabra, Séneca dice: Tranquillo, quílibet gubernator est (con el mar en calma, cualquiera es piloto). La gubernatio y el gubernare son igualmente compartidos por la náutica y la dirección del estado. El gubernáculum en cambio (gobernalle, timón) es propio del barco, y sólo metafóricamente se aplica a la política y a otros ámbitos.