Andoni Luis
Aduriz, diálogo con la naturaleza
Enric Ribera Gabandé
Hierbas, flores, ramas, brotes: la naturaleza en su más puro
estado. Esta es una de las claves del universo culinario y
existencial atractivo de Andoni Luis Aduriz en el
restaurante Mugaritz, de Errenteria, considerado el mejor
establecimiento de la joven cocina española. En un diálogo
constante con los elementos naturales que le rodean en su
bastión de Mugaritz, Aduriz desarrolla platos derivados de
consideraciones intelectuales que expresan una marcada
personalidad, donde destaca una perfecta combinación de
influencias rurales y cosmopolitas en una granja vasca
tradicional (caserío) que contiene un pequeño y diseñado
comedor servido por un equipo muy profesional. En el jardín
crecen las hierbas, las flores y las verduras frescas que se
sirven a los comensales, donde toda la zona está envuelta en
un manto de silencio y aromas, ayudando a configurar el
escenario perfecto de un chef poco convencional.
La poesía, la filosofía, la ciencia, el conocimiento y la
naturaleza participan en la creación de un concepto muy
personal; se consigue una gran cocina cuando no hay nada y
si hay un equilibrio. Antes de abrir Mugaritz en 1998,
Andoni trabajó en varias de las cocinas más influyentes de
España. Primero estudió en el Hospitality School de Donostia-San
Sebastián, donde los profesores fueron: Ramón Roteta,
Hilario Arbelaitz, Jean Louis Neichel, Juan Mari Arzak,
Fermín Arrambide y Pedro Subijana. En 1993 fue a elBulli,
donde pasó dos años, terminando como segundo chef con Ferran
Adrià. En 1996 fue nombrado chef de Martín Berasategui en
Lasarte. A finales de 2008, Berasategui y Aduriz hicieron
diferentes caminos: Mugaritz continúa pero ya no forma parte
del grupo Berasategui.
Andoni estaba claro lo que quería. Agradeció todo lo que
había aprendido, pero estaba decidido a hacer algo nuevo en
su domicilio de Mugaritz. Una de sus características, al
principio, fue la creación de platos con sólo dos o tres
ingredientes. Lo que parecía excesivamente simple implicaba
un proceso de preparación complejo, añadiendo toques y
detalles intelectuales. La idea era, según las palabras del
chef, mantener despiertos y vivos los alimentos, por lo que
nunca sepan qué esperar del plato siguiente.
Andoni concibe que la cocina va más allá de las cuatro
paredes del restaurante. Los clientes deben disfrutar con
los cinco sentidos, y añadir otro: la evocación de la
imaginación. El chef vasco habla abiertamente sobre una de
sus aspiraciones. "Sueño con un restaurante con 25 mesas
individuales, donde nada, ni siquiera conversar, pueda
distraer las sensaciones que les ofrecemos". Mientras tanto,
además de dirigir el equipo de Mugaritz, Andoni viaja por el
mundo en respuesta a las invitaciones a reuniones y eventos
gastronómicos.
https://elalmanaque.com/Ene19/8-1-19.htm
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