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				GRANDES MAESTROS del siglo XX para los del 
				XXI  : EL TANO
				
				
				
				
				Arte por los pelos y de los pies a la cabeza
				
				MB Romero
				
				
				Antonio Pedraja Cortés -TANO nació 
				en Tetuán-Marruecos el 20 de Diciembre de 1949. Mestizo porque 
				su madre era gitana y  oriunda de Málaga-Churriana. Su padre, 
				natural de Algeciras-Cádiz, era chofer de D. Juan Bellvedere, 
				Alto Comisario de Tetuán y allí nacieron, cuatro hermanos antes 
				que él. Entre los primeros recuerdos de su primera infancia, su 
				hermana mayor es la que tuvo más relevancia y así continuó 
				durante toda la vida. Un día la vio bailar encima de una mesa y 
				aunque la música era marroquí, aquellos acordes se quedaron en 
				su interior para siempre. Recuerda también el nacimiento de su 
				primera sobrina, a la que sigue teniendo cerca, aunque no 
				aquella hermana que tanto se preocupó de él ya fallecida. Anita 
				le marcó el compás, para que aún sin moverse, incitarle a bailar 
				hasta que lo hiciera de verdad, a los cinco años, con flamenco y 
				en una boda gitana, aunque las que de verdad le gustaban eran 
				las marroquíes, a las que siempre procuraba ir, aunque tuviera 
				que escaparse y solo fuera por escuchar aquella música. La luz 
				de aquella vida, junto a la de su madre, siempre le acompañará. 
				
				
				Su arte empezó por los pies, como 
				perfectos cimientos de su vida y poco a poco, se fue formando en 
				distintas facetas hasta llegar a la cabeza y cabezas… con arte 
				desde sus manos porque llegó a ser un afamado artista de la 
				Peluquería antes que lo fuera del Flamenco. El descubrimiento de 
				la Cultura, contribuiría a lograr que aquellos cimientos 
				siguieran firmes y dispuestos a soportar todos los avatares de 
				su vida, empezando por aquel profesor en el Colegio de los 
				Marianistas, al convertirse en su primer agresor. Don José Luís 
				le daba ‘anillazos’ si no se estaba quieto o seguía hablando sin 
				parar. Llegaba con su flamante anillo y no solo para presumir, 
				sino para darle un buen coscorrón, además de ‘reglazos’ cuando 
				se desesperaba. La Escuela Francesa le abrió otros horizontes y 
				afianzó sus principios. No solo le gustaba aprender el idioma, 
				sino que lo convirtió en el suyo, acorde a su ternura y 
				delicadeza. Tener sentido del ridículo, el respeto y una 
				elegancia innata, serían la tónica de su vida, a lo que 
				contribuyó aquel primer Velatorio, en donde Antonio descubrió el 
				significado de los colores mientras observaba el negro sobre 
				rojo, color del que se había vestido una de las dolientes… 
				
				
				Corría y corría, algo que le 
				provocó su primer accidente y la escayola frenó los brazos, pero 
				no las piernas porque no paraba de jugar al futbol, al igual que 
				ahora lo hace su nieto mayor. Desde niño tuvo prisa por vivir y 
				aprender, aunque recuerda se sentó tranquilo frente a una 
				pantalla para ver su primera película, Peter Pan. Pudo entrar en 
				el Cine cambiando la entrada por una funda del entonces famoso 
				jabón Roxi. Estaba claro que siempre sabría buscarse la vida. 
				Estrenando la segunda infancia, su madre fue la que primero hizo 
				se adentrara en el mundo artístico porque le llevaba al Teatro 
				Cervantes de Tánger, gracias a muchas anecdóticas situaciones 
				inventadas y con mucho arte, para lograr entrar gratis. Nunca 
				pudo olvidar cómo aparecía Lola Flores en medio de aquel 
				escenario y desde un sombrero gigante o Lilián de Celis y 
				también La Loba desde la garganta de Marifé, inundando cada 
				rincón de aquel ‘su’ primer Teatro. Las tres compartieron con él 
				momentos inolvidables en escenarios y en su Tano, allá por los 
				80’ y 90’.  
				
				
				Antes de abandonar Tánger, a donde 
				se habían trasladado desde Tetuán y de asentarse en España toda 
				la familia, nacieron sus dos hermanas pequeñas, Mariana y 
				Rosario, a la vez de enfermar uno de sus hermanos, lo cual 
				aceleró que se instalaran en Churriana. Su padre estuvo sin 
				trabajo durante meses, hasta que se convirtió en taxista de 
				Torremolinos, aun así el dinero no sobraba y su Primera Comunión 
				estaba cerca, a la que fue vestido de Almirante, con traje 
				prestado por un gitano que medía más de dos metros y los zapatos 
				‘fiaos’, eso sí, con la Catequesis hecha en toda regla. Aquel 
				día, tras haber hecho muchas visitas y con el dinero que le iban 
				regalando, unos treinta duros, su madre le llevó al cine, a ver 
				101 Dálmatas y tomar chocolate en el Café Central de Málaga: 
				“fue mi mejor regalo…”. También le gustaba mucho la Feria de su 
				pueblo, a la que no iba sin más porque él siempre le sacaba 
				partido a todo, como empujar los carricoches que le procuraba 
				montar en ellos  sin  pagar.  
				
				
				Su espíritu inquieto y trabajador 
				le hacía prestarse a todo tipo de encargos: “hacía mandaos a las 
				vecinas, a cambio de pan de higo…”. Destacaban su buena 
				disposición y afán por hacer felices a los que están a su lado, 
				algo que sigue manteniendo,  por lo que su Maestro, D. Manuel, 
				siempre le encargaba preparar la leche para todos los niños, en 
				polvo entonces y sin importarle el trabajo que costaba 
				disolverla. Cuando salía de la Escuela: “me iba a buscar papas… 
				hasta que pudiera ganar dinero y ayudar a mi familia”.
				
				
				Desde su llegada a Málaga, le 
				gustó conocer a su familia materna, a sus tíos que eran herreros 
				y en su taller, antes de los 14 años, fue en donde primero 
				trabajó, ayudando a dibujar los proyectos encargados. Sigue 
				dibujando muy bien. Sus primeros trabajos de verdad, pasaron 
				desde el Bar del Aeropuerto, en donde ganó su primer sueldo, 911 
				ptas. por un mes de trabajo y en Torremolinos, trabajó en: una 
				Tintorería; un Bar en el que trabajaba su madre de Cocinera, 
				Bullejo y en la construcción de la Plaza de la Costa del Sol, 
				repartiendo materiales y empezando a conocer personajes de la 
				época. De la Costa Occidental se fue a la Oriental, Almayate, en 
				donde unos tíos paternos tenían un negocio turístico, 
				Apartamentos Tánger, siendo su tercera experiencia en la Barra 
				de un Bar-Restaurante.  
				
				
				Un día los propietarios de El 
				Delfín en Fuengirola-Los Boliches fueron a buscarle a su casa 
				porque alguien les habló del Barman al que le llamaban 
				‘gitanillo’ y empezó a trabajar con ellos. Mientras servía copas 
				y también ponía la música, empezó a interesarle la Peluquería y 
				sus jefes le pagaron la matrícula de una Academia en Málaga, a 
				la que iba por la mañana y por la tarde e ir a continuación a su 
				trabajo nocturno. En un viaje a Benidorm, no se conformó con 
				hacer turismo y también como Barman, trabajó en un Pub de la 
				Calle Los Gatos y a su vuelta, cada vez tenía más deseos de 
				ejercer como Peluquero, aunque seguía alternando con la 
				hostelería y concretamente en aquel famoso Torremolinos, cuna de 
				la Costa del Sol. Pasó por La Carihuela-Plaza del Remo, con 
				Antonio Marques y allí, al unísono, atendía la Barra, el  
				Restaurante y también atendía a sus clientes famosos bailando, 
				como el Marqués de Urquijo, el Dr. Barnard, Julio Iglesias 
				acompañado de su novia entonces, Isabel Preysler y otros. Sin 
				duda lo más anecdótico entonces, se centraba en el famoso 
				‘Juanele’ situado en aquel piso de la plaza de Andalucía de 
				Torremolinos, sobre el Restaurante francés Chez Vous. 
				
				
				La gran profesionalidad y 
				elegancia en una Sala, se la trasmitió su hermano Joaquín, padre 
				de su sobrino Joaquín Cortés, cuando trabajaron juntos en El 
				Papagayo y su hermano era el Maître de aquel mítico rincón entre 
				rocas que se abrió en 1963, en el Bajondillo de Torremolinos. 
				Aquella experiencia le abrió las puertas de otros 
				establecimientos hoteleros y así no parar de trabajar. Antes de 
				cumplir los 18 años, entre bailes y copas, se fue a perfeccionar 
				seriamente la Peluquería y un día, al salir de su curso en Henry 
				Colomer, por la calle Cedaceros de Madrid, se encontró con su 
				amiga Amina que le propuso ir con ella de Palmero al Teatro 
				Calderón. Durante 38 días también tuvo la oportunidad de conocer 
				a Imperio de Triana, Enrique Montoya, Antonio Molina y a todos 
				les iba a ver Paco de Lucía, siempre en los camerinos. El éxito 
				de aquel espectáculo se prorrogó y en esa última etapa, 
				acompañando al Príncipe Gitano, incluso grabaron para TVE-Prado 
				del Rey, en donde estuvo a punto de quedarse como Peluquero, 
				junto a Román Calatayud.  
				
				
				Optó por seguir la gira con Amina, 
				otros artistas y por muchas ciudades, como Vitoria y las noches 
				madrileñas que no se apagaban y todos acababan en Patio de Reyes 
				y lugares de moda, mientras su afán por trabajar le seguía 
				llevando al pluriempleo. También recuerda su labor de Camarero 
				en Chotis, de la Cava Baja y El Púlpito, en donde tuvo como 
				cliente a Orson Welles, para el que improvisó un asiento acorde 
				a su gran tamaño, así que ni corto ni perezoso, juntó dos sillas 
				y el actor estuvo encantado.  
				
				
				Ya cansado, pensó en que podía 
				aspirar a un trabajo mejor, no quería pasarse la vida haciendo 
				de Palmero o sirviendo copas y mientras se iban forjando sus 
				sueños, a los 21 años finalmente pudo hacer realidad lo de ser 
				Peluquero. En el Hotel Skol de Marbella, tuvo clientas famosas a 
				las que recuerda, como Lola Flores y su hija Lolita, la Princesa 
				Jackie Lane o Cari Lapique, pero se acercaba el Servicio Militar 
				que comenzó en San Fernando y aunque pidió ir a Las Palmas, para 
				estar con su hermano Joaquín que vivía allí entonces, su destino 
				fue Villa Cisneros-África, ejerciendo durante cuatro meses como 
				Barbero, antes de volver a la Península. Primero fue Tarifa, más 
				tarde Málaga y aunque le habían guardado su plaza en la 
				Peluquería del Skol, no tardó mucho en seguir dando rienda 
				suelta a sus inquietudes y a los 23 años, abrió su primera 
				Peluquería en la Calle S. Miguel de Torremolinos y más tarde, 
				junto a El Dorado´.  
				
				
				Madrid le había dejado una 
				importante huella y quiso volver, lo que le proyectó  hasta la 
				Alta Peluquería, a la vez de tener reconocimiento por parte de 
				la sociedad madrileña de la época que al mismo tiempo, le dio la 
				oportunidad de conocer a grandes amigos y personalidades, sobre 
				todo del mundo artístico, como el gran Pintor Vicente Maeso que 
				le dedicó una de sus obras o su amigo el Cantante José Vélez, al 
				que conoció mientras trabajaba en Piccolo Mondo y sobre todo, no 
				olvida haber vuelto a ver a Camarón tras muchos años, al que 
				había admirado a partir de conocerlo en una Feria de Málaga. La 
				Boite del Pintor se inauguró siendo su primer propietario 
				Antonio el Bailarín y como invitado tuvo la oportunidad de 
				conocer y estar junto a ‘la mujer más guapa del mundo’, Gina 
				Lollobrigida, aunque se quedó con las ganas de conocer a la más 
				bella, Ava Gardner y tampoco pudo ver en directo, el ‘empaque’ 
				sobre un escenario de Juanita Reina. También admiraba a Antonio 
				Machín y logró verlo, pero le faltó tener un trato más cercano. 
				 
				
				
				A su vuelta desde Madrid, en el 
				avión coincidió con otra importante figura de la Peluquería, 
				José Luís que iba a buscar un Peluquero para el Hotel Tres 
				Carabelas, más tarde Meliá-Torremolinos que ya no existe y 
				naturalmente, le convenció para que ocupara él esa plaza. 
				Durante dos años, allí también peinó a otras famosas, aunque 
				recuerda mucho a Dolores Vargas y al cerrar el Hotel, de nuevo 
				tomó la decisión de ampliar sus horizontes. Sin que cesaran sus 
				ganas de trabajar y cada vez en un nivel más alto, se fue a 
				Barcelona y en el Paseo San Gervasio, otro grande de la 
				Peluquería, Paco Duffó, le abrió sus puertas y del que todavía 
				recuerda su magistral forma de cortar el pelo. Durante un año 
				alternó con otros trabajos en Pubs de la élite barcelonesa, 
				hasta que toma la decisión final de lo que sería el futuro de su 
				vida profesional como empresario.  
				
				
				Finalizando la década de los 70’, 
				todavía existía cierto rechazo hacía la etnia gitana, por lo que 
				de ahí, en aquel su primer Bar que tenía el nombre de ‘Gitano’, 
				en la Avenida Imperial de Torremolinos, un amigo fue quien, para 
				no repetir continuamente “gitano arráncate a bailar”, le bautizó 
				como Tano, en lugar de Gi-Tano. Durante dos años, se fue 
				gestando lo que sería durante mucho tiempo, el punto de 
				encuentro real de la sociedad con más nivel de Málaga y Costa 
				del Sol.  
				
				
				El Tano en Arroyo de la Miel se 
				inauguró en 1980, cuando Antonio tenía treinta años y 
				coincidiendo con el nacimiento de su primer hijo, al que le 
				siguieron, Jesús y su hija Mariana, en 1986-87. Era todo un 
				espectáculo ver cómo la gente se sentaba en el suelo para ver 
				los distintos pases cada noche y aquel Tano se iba quedando 
				pequeño. Por allí pasaban las grandes estrellas que vivían o 
				pasaban por la Costa del Sol, como: Rocío Jurado; Rocío Dúrcal y 
				su marido, Junior; Lolita y Juan y Medio; Marifé de Triana; 
				Manolo Santana, Carmen Flores; Amparo Larrañaga y su sobrino, 
				Joaquín Cortés o Paquita Rico. Marisol le invitó entonces a 
				comer un ‘puchero’ en su casa, algo que nunca se hizo realidad y 
				por lo que se siente en deuda con ella. A los artistas se unían 
				residentes, turistas, foráneos y posteriormente continuaron 
				siendo sus clientes en la Sala Flamenca, al que él llama siempre 
				Sala grande, frente al Pinillo de Torremolinos-Variante hacia la 
				Costa.  
				
				
				Entre todos sus viajes por Europa, 
				cuando conoció París, pensó que hubiera sido un sueño haber 
				podido trabajar allí como Peluquero y en Amsterdam, bailó en un 
				Club de Jazz, un género de música que también le apasiona. ‘Su 
				gente’ son todos aquellos artistas que le acompañaron en el 
				escenario a lo largo de los años: ‘Luisa’; ‘Mari Ángeles’;  
				‘Pepe Rubio’ o ‘Eusebio-Cantante’, pero recuerda especialmente a 
				‘La Trini’, su Pareja de Baile. El mismo problema que provocó 
				cerrara dos veces la Sala de Arroyo de la Miel, los ruidos, le 
				llevó hasta su último negocio, ya en el Nuevo Milenio, ‘La 
				Carreta’ de Torremolinos en Eurosol. Poco después se retiró, 
				para entregarse en cuerpo y alma a sus hijos y nietos, sobre 
				todo, a su hijo Jesús que es el que más le necesita.
				
				
				
				Nunca dejó ni olvidó una de sus pasiones, gracias 
				a su hermana Rosario que regenta una Peluquería en Arroyo de la 
				Miel hace muchos años y a la que ayuda de vez en cuando. Sus 
				manos nunca paran creando arte, pero unidas a los pies, nadie le 
				había vuelto a ver sobre un escenario y sorprendió a muchos en 
				el Concierto Benéfico ‘CHUCHO VALDÉS y Amigos’-Homenaje a BEBO 
				VALDÉS, celebrado el día 17 de Octubre 
				de 2014, en el Parque de Atracciones Tívoli-Arroyo de la 
				Miel-Benalmádena (Málaga),  además de otras estrellas de la 
				música e hicieron posible un espectáculo irrepetible para 
				homenajear a su padre, el gran BEBO VALDÉS, uno de los músicos 
				más completos como artista compositor, arreglista y pianista, 
				además de figura de relieve en la música contemporánea cubana, 
				jazz latino que se le recuerda como un ’Rey del Swing’ y ‘As del 
				feeling’. Tras una emotiva Presentación, a cargo del gran 
				Comunicador Domi del Postigo, estuvieron en escena, Chucho 
				Valdés al Piano y su Grupo The Afro-Cuban Messengers y las voces 
				de los ‘Amigos’ invitados fueron: Yanira, Genara Cortés, Celia 
				Flores, Javier Ojeda (Danza Invisible) y Estrella Morente. Como 
				un amigo más, durante aquel Concierto y en una Performance 
				Música&Pintura, el Escultor-Pintor NOÉ, también vecino de 
				Benalmádena, realizó una obra sobre lienzo de 1’30x1’00 m. 
				Uniéndose al fin de fiesta, el punto lo dio Antonio Pedraja, el 
				inolvidable TANO, al que muchos de los asistentes 
				reconocieron y celebraron volver a verle después de tantos años 
				y de forma inesperada.  
				
				
				Antonio siempre recuerda y con 
				mucho cariño, lo que Lola Flores le dijo un día al ver al 
				público ponerse de pie cuando aparecía en el escenario: “Eres un 
				‘Lolo Floro’, no sabes ni cantar ni bailar pero eres tú”…
				
				
				
				
				MBRomero con Antonio Pedraja en el 
				año 2015
				 
				
				