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La catedral de Santiago

Es uno de los edificios más notables de Bilbao. La parte más antigua, su planta, data del siglo XIV, aunque se dice que probablemente hubiese antes una ermita dedicada al apóstol en Bilbao, debido a la devoción que se tiene al apóstol Santiago en nuestra Villa; de hecho Bilbao formaba parte del Camino de Santiago por la Costa, como por todos es sabido. Dentro de la Catedral se diferencian distintas etapas; en su conjunto es considerada como una catedral gótica, y lo más llamativo de ella es su reducido tamaño, puesto que siempre ha tenido que adaptarse al entorno medieval del Casco Viejo. Su planta tiene forma de cruz latina, con una nave central más alta que las laterales. Como iglesia de peregrinación tiene dos elementos arquitectónicos típicos: el triforio -pasillo que se puede recorrer sobre los arcos de las naves- y la girola -pasillo que rodea al altar mayor que les servía a los peregrinos para realizar una ceremonia cuando llegaban a estos puntos importantes de peregrinación en su camino hacia Santiago de Compostela-. La desnudez de la catedral llama la atención al visitante, que puede dilucidar cada elemento del arte gótico. En otras catedrales la perspectiva suele verse interrumpida bien por un retablo, o bien por un coro -normalmente barroco-, sin embargo en la Catedral de Santiago, aunque hay evidencias de que existió un retablo, éste desapareció. Por otra parte, las capillas que decoran la girola y el claustro son posteriores, de finales del siglo XV, y se consideran de estilo gótico flamígero, aunque siempre teniendo en cuenta que en el país Vasco las artes se ven simplificadas en sus formas. A este mismo período pertenece la Portada del Angel, puerta de acceso al Claustro que da a la calle Correo, que representa los rasgos característicos de este estilo en todo su esplendor. El pórtico, grandioso por su altura y su tamaño, es de estilo renacentista y data del siglo XVII. Fue construido para cubrir el antiguo cementerio de la Villa, que se encontraba allí. Estos pórticos siempre han sido un elemento fundamental en el País Vasco, puesto que cumplían una triple función: social, económica y política. Su puerta fue en otros tiempos la entrada principal de la Catedral, puesto que la fachada ha sufrido distintas remodelaciones a lo largo del tiempo.
La fachada del siglo XIX, de Severino de Achúcarro, combina perfectamente con el resto del conjunto. Realizada bajo los cánones del gótico francés, con portada ojival abocinada, y dos torres, de las cuales una no pudo construirse por problemas económicos, destacan dos conchas o veneras que recuerdan el espíritu jacobel de la Catedral.  

 

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