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REPORTAJES |
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En el apartado
artístico, podemos encontrar una gran diversidad de expresiones
artísticas del pueblo vasco, siendo las más antiguas las
pinturas rupestres de las diferentes grutas vascas ( Santimamiñe,
Ekain, etc.), así como los diferentes dólmenes que pueblan la
geografía vasca. Las huellas dejadas por los romanos son escasas,
así como las visigodas ( San Pedro de Abrisqueta en Arrigorriaga,
Astigarribia, etc.). Del Románico, son más numerosas las
manifestaciones artísticas en Alava (iglesias de San Andrés de
Armentia y de Estíbaliz) y Navarra (Monasterio de Leire) que en
Vizcaya y Guipúzcoa, debido principalmente a que el camino de
Santiago pasaba por los primeros, y que en esta época, era muy
frecuente la utilización de la madera para las edificaciones. En
cuanto al Gótico, encontramos más variedad de manifestaciones,
tanto en Vizcaya (catedral de Bilbao, San Severino de Balmaseda) y
Guipúzcoa (iglesia de San Salvador de Getaria) como en Alava y
Navarra (Catedral de Pamplona, Colegiata de Roncesvalles). El
Renacimiento, tuvo una gran implantación en el País Vasco,
coincidiendo con el gran momento económico que se atravesaba. Un
claro exponente son la Universidad de Oñate o el Museo de San
Telmo, en San Sebastián. Del Barroco, lo más notable es la serie
monasterios que se levantan en todo el país como resultado de la
Reforma de Trento. En el siglo XX, es cuando el arte vasco muestra
sus rasgos más autóctonos; tanto la arquitectura como la
escultura adquiere una identidad vasca fulgurante. Son claros
exponentes de este siglo Oteiza (Arantzazu), Chillida (El peine
del Viento), Ibarrola o Néstor Basterrechea. |