
JULIO ALFARO
Por MBRomero
LA NORMA Y LA FORMA
Hasta el más allá, conducir es
una responsabilidad para directivos y
empresarios de cualquier sector y su repercusión
en la Imagen Externa
Julio Alfaro Farelo nació
en la calle Sánchez Pastor nº 7, 2º piso de
Málaga, el día 15 de mayo de 1945. Dos siglos
atrás, el abuelo de su tatarabuelo abrió la
primera empresa funeraria en Granada y desde
entonces, el oficio de funerario fue pasando
durante varias generaciones de padres a hijos.
Su
abuelo puso en marcha Pompas Fúnebres Jesús del
Gran Poder en Málaga y su padre, la llamó Julio
Alfaro. Posteriormente él lo cambió por el de
Julio Alfaro Hijo.
Sus estudios en Granada y Málaga,
comenzaron en el Colegio de los Agustinos y el
bachillerato en los Escolapios y Maristas.
Estrena su vida profesional a los 18 años en la
empresa de su padre, del que aprendió todo
lo que sabe y todavía sigue repitiendo lo que le
decía:
El corazón llévatelo siempre y no lo dejes en lo
alto del piano. La humanidad, por delante. El
negocio es importante, pero la humanidad, por
delante…
Mientras se iba familiarizando
con la organización de la empresa familiar, diez
años después comienza a formarse a sí mismo
desde su cargo como Director de Relaciones
Públicas y entrando en contacto con el sector
funerario nacional e internacional, además de
reforzar sus conocimientos con seminarios y
congresos de publicidad o periodismo, hasta
llegar al Internacional de Pompas Fúnebres
(Barcelona 1975-Asociación nacional de
funerarios de Catalunya).
Cerró los 70’ con el Master de
Popularidad y fueron surgiendo entrevistas e
intervenciones en programas informativos del
sector.

En la siguiente década comienza
siendo Vocal de la Asociación Nnal. de
Empresarios de Pompas Fúnebres y ya como
Presidente, organiza el XVIII Congreso Nnal. en
el Hotel Alay de Benalmádena. Tras recibir la
ZIPA de Oro a la empresa y director del año en
1986, la empresa de seguros Mapfre le entrega el
Premio de Colaboración dos años después y cerró
el año 1988 con algo muy especial allende los
mares, concretamente en el Congreso Intercambio
Internacional de Información Funeraria en
México. Como Consejero, participa y pone en
marcha FUNERALIA, primer Salón de la Empresa
Funeraria (Fira-Girona) y colabora con el VII
Congreso de la Federación Española de Pompas
Fúnebres (Almería 1990-91).
Siguieron reconocimientos y
premios, como el Arco Europa-Estrella de Oro a
la Calidad o el Oso de Cristal otorgado por la
Asociación Noruega, dentro del Congreso de
empresarios de Pompas Fúnebres de ese país,
además de una singular presencia mediática
internacional.
Mientras iba enriqueciendo su
experiencia profesional y durante 14 años, fue
Presidente de la Asociación Provincial
Empresarios Pompas Fúnebres de Málaga (APEPFM),
además de ser miembro de la Federación Nacional
de Pompas Fúnebres y otras asociaciones como las
de: Funerarios Independientes (AFI); Nacional
Empresarios de Pompas Fúnebres (ANEPF);
Internacional de Funerarias (FIAT-IFTA);
Tanatoplasia y otras. Se podrían contar
un sinfín de anécdotas, dada su estrecha
colaboración con personal especializado
(Ministerio de Justicia/Médicos forenses-tanatólogos)
para la realización de todos los trámites de
cadáveres judiciales.
Si partiéramos de la definición
que nos da el diccionario acerca de PROTOCOLO
como “regla ceremonial, diplomática o palatina”,
muchos se quedarían expectantes, aunque si le
añadimos la palabra CEREMONIAL tendremos el
resumen de reglas entre NORMA y FORMA: además de
esto, si lo acompañamos con RELACIÓN PÚBLICA
como contraposición de lo privado, nos
encontraremos con una auténtica CONEXIÓN CON LO
PÚBLICO. Partiendo de esta matización, debemos
hacer una defensa seria de las RR.PP., algo que
Julio Alfaro siguió siempre. Los aspectos
sociológicos a la hora de ejercerlas como
profesión frente a sus protagonistas, que
siempre son los seres humanos -en vida y después
de muertos- y en el ámbito de la sociedad
correspondiente, llegan hasta las funciones
básicas para un Relaciones Públicas: Analizar,
Asesorar, Planificar, Controlar y Evaluar
Programas de Comunicación en general. En suma,
toda una manera de ser y actuar que sugiere
tener siempre los ojos atentos y que sean
“cámaras para no desperdiciar nada de lo que va
aconteciendo”. Además de recomendaciones como
esta, hecha por el Profesor Vilarrubias a
cuantos tuvimos el privilegio de tenerle como
Maestro, apuntaba también que a todo ello hay
que añadir Estética, Belleza y Ordenación, sin
lo cual no hay Protocolo. Hay que contar con: el
Ambiente o lo que es igual, el Color y el Calor
y sin olvidar por qué y para qué en cada
circunstancia o momento; razones de la historia;
el sentimiento o actitud ciudadana y tener así
lo que debería ser la única constante de los
negocioa de hoy “una mutación acelerada a las
continuas innovaciones” para comprobar que el
Protocolo está vivo y lo exige la sociedad.
Todo profesional de las RR.PP.
que tiene que asumir la responsabilidad del
Ceremonial y el Protocolo, tanto si es en una
empresa pública como privada del sector
funerario, además de todas las características
exigidas para su perfil humano, ha de tener un
equipo/complementos que le ayuden a ejercer eso
de “el tato” y que por lo general se toma a la
ligera. Pensar que cualquiera con “buen trato”
puede llevar a cabo la Dirección del Protocolo y
ser bueno, sin lugar a dudas será una
equivocación para el empresario. El “trato”
exige relación social como Forma y La Forma o
Ceremonial exige Norma o Protocolo Diplomático
que solo el Derecho Premiál es quien marca. El
ordenamiento del espacio es más que importante
cuando la disciplina, como hija del rigor de
Roma, nos impone actuar bien ante cualquier
premio. Reconocimiento o actitud determinada, al
sector funerario le incumben muy directamente
esos reconocimientos póstumos de las Ceremonias
Fúnebres, en las que hay que tener gran
conocimiento de la Heráldica para llegar a una
perfecta ordenación en los Honores, Banderas,
Distinciones o Tratamientos.
Una
empresa con signos que apuntan a su pasado, que
por herencia dejaron huella y hace posible dar
un significado de rebote siempre en el futuro
para proyectar una imagen marcada por alas de
feed-back, como ocurría en aquella empresa
malagueña, pasada de padres a hijos y en cuyo
logotipoo estaban representadas esas alas para
hacer volar su nombre alrededor del mundo.
Alfaro, padre e hijo, fueron conscientes del
lenguaje de la imagen que además de descriptiva
o cognitiva, a la par debe ser emotiva. Se
basaron en la creencia “mágica” de un lazo entre
el signo y el objeto. El resultado se tradujo
diariamnte en una auténtica calidad de los
servicios y entre los cuales nunca faltaron LA
NORMA y LA FORMA. Aunque cualquiera de los
miembros de la emblemática familia Alfaro
caminara por distintos senderos, todos tendrían
esa preciada profesionalidad heredada, que
siguió trasmitiendo Julio Alfaro Hijo que con
los años se convertiría en socio fundador de
FUNESPAÑA-Multinacional de Servicios Funerarios,
una multinacional con capital andaluz y la
primera funeraria cotizando en Bolsa.
En el momento de su jubilación,
había dedicado 45 años a su profesión y entonces
calculaba que había dado sepultura a casi 80.000
personas. A sus 77 años continúa citando lo que
un día yo le dije y le digo:
Siempre te gustó ser hasta
el muerto en el entierro…

2022.
MBRomero y Julio Alfaro mostrando su
caricatura, realizada por el artista Noé en 1991