ROSARIO
Un rosario de nombres
de mujer que quieren recordar a la reina de las flores, han salido del
nombre de la rosa, la flor que enamora por su belleza perfumada. Rosa,
Rosario(Charo), Rosalía, Rósula, Rosalina, Rosina, Rosamunda, Rosalba,
Rosana, todos hablan de la rosa,que la tenemos adornando nuestra cultura
desde su mismo nacimiento. Los griegos nos transmitieron no sólo el
nombre, (rodon
/ ródon), sino también la admiración y el culto a esta flor.
Ellos mismos tenían una cincuentena de palabras en las que estaba
presente el elemento "rosa", y ellos fueron los que fundaron la
ciudad con el evocador nombre de Rosas mirando al Mediterráneo y al Sol
naciente. Los romanos llamaban rosarium a la rosaleda, es decir a
un jardín todo él plantado de rosales. Rosarius era el vendedor
de rosas. Cuando se forjó en nuestra lengua esta palabra para denominar
lo que conocemos como el rosario, se pensaba exactamente en una secuencia
de rosas. Cada oración era una rosa, y las cuentas del rosario eran para
recordar el momento del rezo en que se estaba. Este concepto tan exquisito
de oración, es ya de por sí todo un hallazgo. Santo Domingo de Guzmán,
que fue el que introdujo en Europa esta práctica, no fue el primero en
pensar en este contador de rezos. Existe desde muy antiguo en todas las
culturas y religiones donde la oración es el principal comunicador
espiritual de los fieles entre sí y con la fuente común de sus
devociones. La innovación de santo Domingo fue convertir cada oración en
una flor consagrada a la divinidad. Fue la de dar sentido y sentimiento a
lo que antes eran rutinas sin alma. Fue dotar de las virtudes de la reina
de las flores a la oración dedicada a la reina de los cielos. Fue un
verdadero hallazgo. Fue una mejora tan importante respecto a lo que hasta
entonces había, que toda la cristiandad se adhirió con entusiasmo a esta
nueva forma de rezar y de entrar en comunión todos los cristianos entre
sí y con la Madre del cielo. Y como es inevitable que las bellezas que
con más fuerza nos atraen acaben convirtiéndose en nombre de mujer, no
pudo escapar el rosario a este feliz destino. Y es que el culto a la rosa
inunda nuestra cultura. En la mitología de Lituania la aurora es
representada per una guirnalda de rosas, un auténtico rosario que atrae
el amor del sol. En la Roma antigua la rosa era el gran símbolo floral,
especialmente en el culto de Júpiter, y en la región de Pangea se daba
el nombre de rosalias a las fiestas dionisíacas; en esta región
colocaba la leyenda los famosos jardines de rosas del rey Midas, aquel que
convertía en oro todo lo que tocaba. La rosa era para los griegos y
romanos el símbolo de la luz, del amor i del placer; en los grandes
banquetes los convidados se coronaban de rosas (de nuevo las tenemos
formando un rosario). Y también la geografía rinde tributo a este gran
nombre: una de las más bellas ciudades de Argentina se llama Rosario.
Las Rosarios y las Charos
celebran su onomástica el 7 de octubre, fiesta de la Virgen del
Rosario, sólidamente implantada en todo el mundo de habla hispana. He
ahí un nombre lleno de misterio, de perfume y de belleza que ha tenido
siempre a la humanidad embriagada. Por eso festejamos las rosas desde que
amanecieron los tiempos. Rosario es el conjunto infinito de las más
bellas rosas que le han nacido a la humanidad. ¡Felicidades, Rosario!
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