PAZ
En nuestros nombres
mantenemos vivos los personajes que han tenido un peso importante en
nuestra historia grande o pequeña y damos vida a los valores y
tradiciones en que nos sustentamos colectivamente. No podía faltar entre
ellos la Paz, un don tan profundamente amado por los pueblos; un
don que nace del interior de cada uno para irradiarse en la paz con los
demás. Por eso resulta tan bello el nombre femenino de Paz. De
esta manera le añadimos belleza y vida a este don. Hacemos como hicieran
griegos y romanos, que sintieron la necesidad de darle a la paz cuerpo y
alma de mujer.
La palabra paz procede
directamente del latín pax (acusativo plural, paces,
igual que en español). Su significado es el mismo, aunque quizás
matizado de forma distinta por estar más cerca de su origen. A través de
sus derivados pacare (pacificar, someter a la paz, sujetar...) y pacificare,
y de sus afines paciscor / pactum, tiene un significado más
que contrario, complementario de la guerra.
Esto cambió
considerablemente con la Pax Augusta, el largo período de
paz que disfrutó el imperio romano cuando dio por concluidas sus
conquistas y descansó de sus guerras civiles.
Pax era en la mitología
romana una diosa hija de Júpiter y de Temis. Sus atributos eran el
caduceo, una rama de olivo y una antorcha invertida. A partir de la
batalla de Actium (31 a. C.) en que al retirar Cleopatra su ayuda a
Antonio, resultó vencedor Octavio, la diosa de la Paz fue utilizada
políticamente por Octavio, que erigió el Ara Pacis Augustae
(el altar de la Paz Augusta) y luego por Vespasiano, que construyó el
templo de la Paz y por otros emperadores que sembraron el imperio de
alegorías en su honor y acuñaron monedas con estas efigies.
La forma del nombre propio de
origen latino Paz tiene su correlativo de origen griego Irene,
Eirhnh
(Eiréne), que significa igualmente paz y que se corresponde
también con una divinidad.
Nuestra Señora de la Paz es
una advocación de la Virgen a la que en las letanías se la invoca como
"Reina de la Paz" (Regina Pacis). En el arzobispado de
Toledo se celebra una fiesta el 24 de enero para conmemorar la admirable
descensión de la Reina de los Ángeles a la santa iglesia Catedral de
esta ciudad con el fin de manifestar su agradecimiento a su devotísimo
siervo San Ildefonso, insigne arzobispo de esta archidiócesis a mediados
del siglo VII, honrándole con la dádiva de una casulla para que la usara
en sus festividades.
La Paz (su nombre completo es
"Nuestra Señora de la Paz") de Bolivia es la primera de una
larga serie de bellas poblaciones de Hispanoamérica que tienen este
nombre. Un nombre seductor. ¡Felicidades!