¿ Qué
es la Sábana Santa de Turín ?
Es una sábana de lino, tejida a espina de
pez, de 436 cm de largo y 110 cm de ancho incluida la lista
longitudinal de cerca de cm 8.
Sobre un solo lado de la tela son impresas las huellas
frontales y dorsales de un hombre muerto después de haber
sido crucificado
Museo
de la Sábana Santa
LA
PASIÓN DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO: SEGÚN LA SABANA SANTA
Trascribimos a
continuación el taller a cargo del P. Marcelo Cano, IVE
INTRODUCCIÓN
La
SS de Turín, es el lienzo que cubrió el Cuerpo de Cristo en
el Sepulcro.
Todas
las investigaciones que se han hecho sobre la SS, por ejemplo
de la Historia, de la Arqueología, de la Medicina, de la
Numismática, de la Palinología, todas las investigaciones
confirman su AUTENTICIDAD.
La
única nota discordante la dieron los analistas del C-14.
Que desde el primer
momento se sabe fue incorrecta. Hubo una retractación de
Michel Tite (Jefe del Departamento de Investigación del
Museo Británico y coordinador de los análisis del carbono 14
en la Sábana Santa) que nadie publicó, hecha el 14 de
septiembre de 1989, donde pide disculpas y reconoce que la Sábana
Santa no es falsa.
La
SS, para quien tiene fe, es una meditación maravillosa de la
Pasión. La SS nos dice como fue la Pasión de Cristo, nos
llevará a una imagen tan real de lo que pasó como si nos
encontráramos en ese mismo momento.
Nosotros,
junto con la SS, nos vamos a detener en un solo aspecto de la
sagrada Pasión: los dolores físicos de Cristo.
Ya
que la Pasión de Cristo es inabarcable e inagotable...
Antes
de entrar de lleno en el tema, haremos una breve introducción
general acerca de la SS.
1-
Catedral de Turín.
La
SS luego de un largo recorrido, desde Jerusalén, pasando por
Edessa, Constantinopla, Besançon, Lirey y Chambery, llegó a
la ciudad de Turín en el año 1578 donde se conserva hasta el
día de hoy.
2-
Capilla Guarini.
Dentro
de la Catedral se encontraba la capilla Guarini, de 22 metros
de diámetro y 75 metros de altura, construida en el año
1694, especialmente para custodiar la SS, pero la noche del 11
al 12 de abril de 1997 se desató un incendio impresionante,
todavía no se sabe si fue intencional (que es lo más
probable), que la destruyó por completo. Instantes antes de
que se derrumbara totalmente, un bombero Mario Trematore,
heroicamente entró para rescatarla, luego de dar más de 100
martillazos contra el blindaje que la protegía. Sigue
actualmente en la Catedral de Turín.
3-
Miniatura
atribuida a Clovio.
Los
detalles de esta pintura muestran cómo fue empleada la Sábana
para envolver el Cuerpo de Jesús. Por eso en la SS aparecen
las figuras frontal y dorsal yuxtapuestas por la cabeza.
4-
La Sábana
Santa tal como se puede ver.
La
SS es un lienzo de lino de 4,37 m de longitud y 1,11 de
anchura. En este tejido se han encontrado restos de mirra y áloe,
que como sabemos son las sustancias con que se embalsamó el
cuerpo de Jesús. La
SS nos dice cosas que no sabíamos, por eso se la llama el 5º
Evangelio. Por ejemplo, los Evangelios no nos dicen si
Cristo era gordo o flaco, alto o bajo, porque no era costumbre
describir a los personajes. Sin embargo la
imagen de Cristo en la SS, nos muestra las perfectas
proporciones de su Cuerpo. Según el Doctor Judica-Cordiglia:
está visto que se trata de un individuo de particular
belleza, y prestancia física no común. Perfecto en la masa
corpórea, se trata de un hombre de aproximadamente 1,80 m de
altura”, es un cuerpo perfecto de varón.
5-
Negativo fotográfico y foto tridimensional de la
SS.
La
imagen es un negativo fotográfico, por eso no es obra humana.
Hasta el extremo de que los científicos de la NASA Jackson y
Jumper con una computadora llamada V-P8, obtuvieron una
escultura o imagen tridimensional perfecta.
6-
El Rostro de Cristo en positivo y en negativo.
Es
la reliquia más estudiada científicamente que tiene la
Iglesia y la más emocionante, porque nos ofrece la auténtica
fotografía de Jesucristo que está autografiada con su
Sangre.
7-
Impresión frontal.
En
la SS los suplicios sufridos por Cristo han dejado unas
huellas tan claras que se puede leer sobre el tejido toda la
narración de la Pasión como si se tratara de un libro. Y ¿Para
qué nos deja Jesús esta fotografía? Para que, de alguna
manera, podamos medir sus sufrimientos, y por tanto
para que comprendamos el inmenso amor que nos tiene.
Por eso quien se dedica a estudiar la SS, si amaba a
Jesucristo en adelante lo amará más; si conocía algo de Jesús,
ahora se va a preocupar de conocer más su mensaje.
ENTRAMOS
EN LA PASIÓN DE CRISTO SEGÚN LA SÁBANA SANTA: DOLORES FÍSICOS
8-
Foto Tridimensional del Rostro
El
primer tormento o expresión de dolor intenso de la Pasión señalado
por los evangelistas, es la agonía en el Huerto de Getsemaní.
Jesús sudó sangre, es un fenómeno muy raro, pero
perfectamente documentado, conocido como “HEMATIDROSIS”.
Ocurre en condiciones excepcionales, escribe el Dr. Le Bec: un
agotamiento físico acompañado de un trastorno moral,
consecuencia de una emoción profunda y de un miedo atroz. Hay
que hacer notar que esta hemorragia microscópica tiene lugar
en toda la piel, la cual queda por lo mismo toda ella lesionada,
dolorida y muy sensible a los golpes. Esto es importante
tenerlo en cuenta, ya que es mucho lo que a Cristo le queda
por sufrir (corona de espinas, azotes, etc.). La SS también
nos habla de la HEMATIDROSIS. El Ingeniero Profesor Tamburelli,
con su procesador, ha detectado en la SS, sangre en la cara de
Cristo, sangre que se encuentra de una manera uniforme.
9-
Rostro de Cristo en negativo.
EL
GOLPE EN EL ROSTRO. Dice el Evangelio (Jn 18, 19-23): “
uno de los guardias que estaba cerca dio una bofetada a
Jesús...”. Golpazo mal llamado o mal traducido como
bofetada. Porque se trata de un “bastonazo” que
rompió el cartílago de la nariz y le deformó la mejilla
derecha a Cristo. Si bien los Evangelios actuales traducen
este golpe como bofetada, lo más preciso y correcto es lo que
afirma el Apóstol San Juan (testigo ocular, directo, del
episodio), San Juan usa la palabra rapisma, que
significa bastonazo. Rapis significa bastón y rapitzo
significa apalear. Según el estudio del Dr. Judica-Cordiglia
(quien estudió más de 40 años la SS y la pudo analizar
directamente). Esa ruptura del cartílago de la nariz y la
siguiente desviación se debe a un golpe infligido por un palo
corto de 4 a 5 cm. De diámetro. Y lo dio un hombre zurdo
situado a la derecha de Cristo. Este golpazo, capaz de romper
el cartílago de la nariz y desviarla de su plano normal, causó
una gran salida de sangre, de hecho la barba y los bigotes de
Cristo se encuentran impregnadas de sangre. Así lo confirma
la foto del Profesor Tamburelli donde se puede observar como
de la nariz salen dos reguerillos de sangre, que de las
narices bajan al bigote, saltan por encima de los labios y se
pierden en la barba.
10-
Rostro de Cristo en Positivo y Esquema de los golpes
del Rostro.
MALOS
TRATOS QUE RECIBIÓ CRISTO. Los Evangelistas mencionan que
después de las palabras: “reo es de muerte”, los
mismos del Sanedrín se abalanzaron contra Cristo: “lo
escupieron en el rostro, le dieron puñetazos, le cubrieron el
rostro y le golpeaban preguntando con burla: Profetiza,. Mesías
¿Quién te pegó?”. (Mt 26, 67-68; Lc 22, 63-64). Lo
mismo hicieron los soldados con Jesús después de flagelarlo
y coronarlo de espinas: “le daban bofetadas, se burlaban
de Él, y le escupían en el rostro, además de pegarle con la
caña en la cabeza coronada de espinas”. (Jn 19, 3; Mt
27, 29-30; Mc 15, 19).
En
el Rostro del Hombre de la SS podemos observar:
a) Contusiónes
y hematomas:
b)
Bastonazo y Rotura de nariz: aparece
desviada a la izquierda. Y Hemorragia nasal: fruto
del bastonazo. Dos regueros de sangre que salen de las
narices, remontan el bigote y saltan por encima de los
labios cerrados hasta perderse en la barba.
c)
Excoriaciones (lugares donde falta la piel a
causa de los golpes): un poco por todas partes de la cara,
d)
Barba maltrecha y mesada (arrancada): Este
tormento no lo mencionan los Evangelistas, pero lo vio el
Profeta Isaías: “mi espalda ofrecí a los que me herían
y mis mejillas a los que me arrancaban la barba. Y no escondí
el Rostro a las afrentas y salivazos” (Is 50, 6).
e)
Salivazos: un enorme gargajo, a lo largo de la
comisura de la nariz con el pómulo y la mejilla derecha.
Ciertamente no es de sangre por el color que tiene, ni se
trata de lágrimas por la posición que ocupa.
Tenemos,
pues, delante de nosotros un Rostro que ha sido fuertemente
maltratado con bastonazos, golpes, puñetazos, bofetadas,
escupidas, tirones de barba...
11-
La Flagelación.
CRISTO
FUE FLAGELADO, AZOTADO. Llama la atención lo breve de los
Evangelios cuando se refieren a la flagelación: “Entonces
tomó Pilatos a Jesús y le azotó” (Jn 19, 1). Más
explícita es la SS de Turín. Esta era una práctica de la
ley romana, y según ella se infligía a los condenados a
muerte. El Dr. Milklik cita el número de escritores romanos
que describen la inaudita crueldad del suplicio de la
flagelación. A veces dejaba al descubierto las entrañas.
Algunos morían en el lugar del suplicio. Otros quedaban
lisiados para toda la vida. Flavio Josefo y Filón, cuentan
casos de muerte después de ser flagelados.
Fue
azotado con método y precisión por gente que dominaba
perfectamente la técnica de su oficio, y estando el Hombre de
la SS inmovilizado con ataduras.
12-
Cristo fue azotado desnudo.
Cristo
estaba completamente desnudo, la SS nos demuestra como las
heridas de la flagelación en los glúteos y de la
cadera tienen la misma profundidad que el resto del cuerpo. Si
hubiera estado vestido las heridas tendrían que ser más
superficiales que en el resto del cuerpo.
13-
Imagen Frontal y Dorsal de Cristo.
Cristo
fue flagelado en todo el cuerpo: los golpes cubren todo su
cuerpo, espalda, región glútea, piernas, pecho,
vientre... sin dejar apenas espacio entre golpe y golpe,
pero sin caer casi nunca dos veces sobre el mismo lugar. Un
solo sitio ha sido perdonado: la parte del pecho que cae sobre
el corazón: se quería evitar la muerte del condenado. Dicen
los médicos que golpeando fuertemente esta parte puede ser
mortal.
Una
nota importante asombra el sadismo escalofriante de los
verdugos que golpearon con mayor intensidad en la parte
delantera superior interna de ambos muslos, junto a las
ingles.
14-
El Flagelo y las marcas dejadas por este
instrumento.
El
Flagelo Utilizado:
era lacerante, abría la piel del reo y provocaba la salida de
sangre a cada golpe. El empleado en el caso de Cristo, fue el
más cruel utilizado por los romanos: llamado “escorpión”,
por el daño que hacía. La longitud del azote solía ser
de 35 a 45 cm. Los látigos que se empleaban en la flagelación
solían ser de cuero, y tenían al final huesecitos o bolitas
de plomo unidos por una barrita de 3 cm., como pequeñas pesas
de gimnasia. Al descargar sobre el cuerpo se clavaban en la
carne. Por eso han quedado huellas de sangre en la SS.
15-
Los Verdugos.
Los
verdugos flagelantes, debieron ser dos, uno a cada lado de la
víctima, situados como a un metro de distancia y algo detrás
de ella. La duración de la flagelación pudo ser de
unos 45 minutos. Según algunos, Cristo estuvo atado a una
columna baja, de menos de un metro de altura, que hiciera que
estuviera en una posición curva y así presentara mejor su
espalda a los golpes.
16-
Reconstrucción del dorso azotado de Cristo.
Realmente
Cristo debió quedar bañado en sangre y hecho una llaga desde
la cabeza hasta los pies. Según el Patólogo norteamericano
Dr. Bucklim el número de golpes es de 120 impactos,
por lo tanto, los latigazos pudieron ser 40, suponiendo que
cada látigo tenía tres correas, cada cual golpeó con 6
bolitas de plomo o 6 huesecitos.
17-
Ultrajes y Burlas.
Los
soldados romanos, luego de la flagelación, quisieron
divertirse con su víctima. Encontraron una inspiración en la
acusación que los judíos presentaron a Pilatos para que
condenara a Cristo. Acusaron a Cristo de querer ser rey de los
judíos. Según el texto del Evangelio: “Trenzando una
corona de espinas se la pusieron sobre la cabeza”.
(Mateo 27,29).
18-
Sangre en la frente debido a la Corona de Espinas.
Dato
Histórico: es muy
sorprendente este dato: el Hombre de la SS fue “Coronado
de Espinas”. Sólo se conoce un caso semejante en
la historia (por los Evangelios): es el caso de “CRISTO”.
“Jamás en la historia se había dicho, sabido o escrito,
que a alguien se le hubiera puesto en la cabeza una corona de
espinas”. Esta Coronación de Espinas contribuye de manera
decisiva a la identificación de Cristo en la imagen de
la SS. Los romanos – se sabe por documentos históricos –
han flagelado y crucificado a gran cantidad de condenados,
pero no se conoce ni un solo ejemplo, a excepción de
Cristo, de que alguien fuera flagelado, crucificado y coronado
de espinas.
19-
La Corona de Espinas.
La
Corona de Espinas
estaba tejida (por el estudio del polen) con ramas de
“poterium spinosum”, un espino de duras y agudas espinas
que usaban como leña para encender fuego o alumbrarse. La
corona no tenía forma de anillo. Como suelen representar los
artistas, sino probablemente forma de casco, como una corona
oriental, cubriendo toda la cabeza, como si fuera un sombrero.
Rodeando la cabeza desde la nuca hasta la frente. Además las
espinas fueron Incadas por los golpes de caña (en
medio de burlas y otros tormentos) y también por las caídas
del Señor camino al Calvario.
20-
Imagen de las Heridas de la Corona de Espinas en la
Nuca.
El
Número: de heridas
no es fácil de establecerlo, recordemos que Cristo tenía una
mortaja, por lo que muchas marcas no se grabaron y por lo
tanto no se pueden contar y lo mismo en la parte posterior,
que como sabemos Cristo tenía pelo largo (una espesa
cabellera). Sobre toda la frente se pueden observar al
menos 13 perforaciones. En cuanto a la región occipital
se pueden contar al menos unas 20 perforaciones. Así
se han contado unas 33 heridas de perforación de las
espinas. Teniendo en cuenta las regiones donde no hay huellas
(mortaja y cabellera) el Dr. Rodante deduce que al
menos en TOTAL unas 50 espinas torturan la cabeza del
Crucificado. Coinciden con vasos sanguíneos importantes. La
corona, con sus agudas y punzantes espinas causó heridas
profundas.
21-
Representación de Monseñor Ricci.
Para
comprender algo del tormento (crueldad y dolor) de esta
tortura afirma el Dr. La Cava: basta considerar que la
frente, las sienes y en general todo el cuero cabelludo,
poseen una extraordinaria sensibilidad, que se deriva del trigémino
y en parte de los nervios cervicales, cuyas afecciones
son de las más dolorosas del cuerpo humano. Tenemos que
considerar además que las sienes y la frente son lugares cutáneos
donde la sensibilidad dolorosa es exquisita. A esto hay que
sumar la cantidad de sensaciones dolorosas producidas por
aproximadamente 50 espinas agudísimas que lastiman muchas
terminaciones nerviosas, no sólo de la piel, sino
también de los mismos huesos del cráneo (algunas
heridas eran muy profundas). Sólo teniendo en cuenta algunos
de estos elementos, junto con la sinuosidad y abundancia de
los surcos de sangre, tendremos aunque sea una idea, por
cierta aproximación, el dolor de la trágica coronación de
espinas. Pilatos: realmente debe haber quedado muy
impresionado, y pensó que la gente se iba a conmover de ver a
Jesús en ese estado, el “Ecce Homo” (“He aquí el
Hombre”). Pero no fue así.
22-
Cristo Carga con la Cruz.
Pronunció
Pilatos la condena: “Ibis ad crucem” (“Irás a la
Cruz”), y lo llevaron a crucificar. Es significativo que no
digan los Evangelios que le quitaron la corona de espinas.
Parece por lo tanto que Cristo la llevó todo el tiempo hasta
que murió en la Cruz. Entonces Cristo carga con el PATIBULUM
= palo horizontal cuyo peso serían unos 60 Kg. El STIPES =
palo vertical de la cruz estaba plantado en el lugar del
suplicio. Por eso Cristo en el Vía Crucis, es decir en el
camino hacia la Cruz, llevó atado sobre sus espaldas el Patíbulo.
23-
Imagen del Dorso especialmente dañado.
Por
la SS sabemos que el Patíbulo fue atado a la espalda, esta se
ve muy maltratada.
24-
Vía Crucis.
El
modo de llevar la Cruz era el siguiente: al condenado le
ataban sobre las espaldas el Patíbulo (palo horizontal) que
además, era unido por una cuerda a la pierna izquierda de Jesús.
En la SS aparece en el tobillo izquierdo anillos
ensangrentados, dejados allí por esta cuerda movediza. Esto
hacía que el caminar fuese mucho más fatigoso y su
equilibrio más inestable. La distancia que tuvo que
recorrer se calcula fueron cerca de 600 metros. Desde la
Fortaleza Antonia (Palacio donde estaba Pilatos) hasta el
Calvario o Gólgota donde fue Crucificado.
25-
Caídas de Jesús.
De
las caídas de Jesús los Evangelios no dicen nada, pero la SS
las constata perfectamente. En la SS se puede ver claramente
como Cristo presenta las dos rodillas abiertas, con
excoriaciones, por violentas caídas sobre terreno
pedregoso, especialmente la izquierda, que además está sucia
de tierra mezclada con sangre. También la nariz presenta
excoriaciones que están sucias de tierra, esto es señal de
que la cara de Jesús dio violentamente contra el suelo. Además
varias de las heridas que presenta en la cara (pómulos
fuertemente excoriados) y en la frente, no pueden ser de
bofetadas y bastonazos. Requieren de golpes más fuertes como
lo fueron las caídas de Jesús.
26-
Consecuencia de las caídas.
Estas
caídas causan horror. Como Jesús no podía frenar la caída,
porque llevaba las manos atadas al Patíbulo, la cabeza se
golpeaba con fuerza contra el suelo pedregoso, además el Patíbulo
se correría hacia la cabeza golpeando fuertemente la nuca
cubierta con las espinas. Por eso la nuca aparece en la SS
horriblemente maltratada. Tan fatales fueron las caídas y tan
malo era el estado físico de Cristo que temen por su muerte,
por eso buscan un ayudante llamado Simón de Cirene.
27-
Imagen de las Heridas de la Espalda.
Llegados
al Calvario, le daban a beber vino mezclado con hiel, o vino
mirrado. Un narcótico (bebida que mitiga a suprime el dolor
produciendo adormecimiento general o local) para los
condenados a muerte. Jesús NO lo quiso beber. La entereza con
que Jesús va a soportar la Pasión no tenía que ser efecto
de un narcótico, sino fruto de su fortaleza y amor a los
hombres.
Luego
lo despojaron violentamente de sus vestiduras. La túnica
estaba pegada a las llagas por la sangre coagulada. El dolor
por lo tanto fue atroz. Arrancar una venda que está aplicada
a una gran herida golpeada y desecada requiere a veces la
anestesia total. Escuchemos la descripción que hace el Dr.
Barbet que advierte: “cada hilo de lana se ha pegado
a la superficie desnuda, y cuando se lo arranca, arrastra
consigo una de las innumerables terminaciones nerviosas
puestas al descubierto con la llaga. Estos millares de choques
- continúa Barbet - se suman y se multiplican,
aumentando cada uno, en consecuencia, la sensibilidad del
sistema nervioso... Aquí no se trata de una lesión local,
sino de casi la totalidad de la superficie del cuerpo,
especialmente del dorso (espalda) tan maltratado... Los
verdugos tenían prisa... tal vez fuera mejor así... con todo
¿Cómo explicar este dolor tan agudo y atroz, sin síncope (desmayo)?”.
28-
Esquema de la mano perforada.
Luego
los verdugos recuestan a Cristo sobre el patíbulo, toman
medidas, taladran el leño, para facilitar la entrada de los
clavos, extienden sus brazos, con las palmas al aire. Otro
toma un clavo de hierro: agudo, largo, grueso y cuadrado, y lo
coloca sobre la muñeca. Ubica el llamado “Espacio de
Destot”. Un solo martillazo basta para que el clavo
penetre en el madero, dos o tres golpes más y ya queda sólidamente
sujeto al patíbulo.
Observemos
en el dibujo el recorrido del clavo y su localización entre
los huesecillos del carpo. Los experimentos hechos han
demostrado la facilidad de introducir un clavo en el lugar
indicado. El punto de suspensión es, además, muy sólido,
pues en dicho lugar tienen origen los tendones y músculos de
la mano. Está completamente descartado que el clavo haya sido
introducido en la palma de la mano. Se hubiera desgarrado,
pues los tejidos de la palma no habrían podido sostener peso
del cuerpo.
29-
Herida del clavo en
la mano.
El
dedo pulgar con un movimiento violento se ha doblado hacia la
palma de la mano. Es que ha sido herido su “Nervio
Mediano”. Un dolor indecible, fulgurante - dice el Dr.
Barbet – se ha apoderado de sus dedos, ha saltado como
un dardo de fuego hasta su espalda y ha estallado en su
cerebro. Se trata del dolor más insoportable que un hombre
pueda experimentar: la lesión de un tronco nervioso, en este
caso el NERVIO MEDIANO. Casi siempre va acompañado de un síncope
(=desmayo), lo que es en el fondo una suerte. Para las
personas que han sufrido la lesión de un tronco nervioso, lo
mejor es desmayarse. Pero Jesús no quiso perder nunca
el conocimiento... La herida del tronco nervioso queda en
contacto con el clavo, y pronto cuando el cuerpo de Cristo sea
suspendido en la Cruz, quedará el nervio fuertemente tenso
sobre el clavo. Como una cuerda de violín que queda tensa
sobre su puente. Y vibrará a cada sacudida, despertando el
horrible dolor.
30-
Hilos de sangre en los antebrazos.
Los
brazos se presentan en la posición más natural, con la mano
izquierda cruzada sobre la derecha, a la altura de las muñecas.
En los antebrazos se observan los hilos de sangre que brotaron
de las heridas de las manos. Obsérvese que la herida está en
la muñeca y no en la palma de la mano, como vulgarmente se
cree. El pulgar está doblado sobre la palma de la mano,
porque así reacciona el nervio mediano cuando ha sido
lesionado, como demostró el Dr. Barbet con experimentos
hechos en París.
31-
Clavo Romano.
Según
los estudios el grosor del clavo debió ser de unos 7 mm y de
unos 15 cm de largo aproximadamente. El orificio del clavo no
es redondo, sino cuadrado, y tiene según los técnicos, igual
perímetro que los dos clavos que se hallan en Roma, en la
Iglesia de la Santa Cruz de Jerusalén y que se han
considerado desde siempre como los clavos de la Pasión de
Cristo”.
32-
Sangre del clavo en las manos.
Estos
dos surcos divergentes de la sangre que brotó del clavo de
las manos, hablan de las dos posturas de Cristo en su agonía,
cuando se empinaba para tomar aire, y luego se desplomaba al
sentir el dolor de apoyarse en el clavo de los pies.
33-
Movimiento de Cristo en la Cruz.
Cristo
se empinaba sobre el clavo de los pies para tomar aire, porque
se asfixiaba, pero al no poder soportar el dolor del clavo de
los pies, volvía a desplomarse. De esta manera, la mano
giraba sobre el clavo del carpo, destrozando el nervio mediano
y produciendo un dolor de paroxismo, como decía el Dr. Barbet:
“la naturaleza se inhibe, sobreviene un síncope y se muere
de dolor.”
Por
eso la mano derecha aparece más maltratada, debido a que con
este brazo derecho Jesús hizo más esfuerzo para no
asfixiarse.
Además
al empinarse y al desplomarse, su espalda llagada por la
flagelación se raspaba contra el áspero y rugoso madero
vertical.
34-
La herida de los pies.
En
esta foto, se observan las huellas de los pies. El que está
reproducido más claramente es el derecho. En la parte central
de la planta se ve un punto más oscuro, que corresponde a la
salida del clavo. El pie izquierdo ha dejado sólo la marca
del talón. En opinión del Dr. norteamericano Bucklin,
los dos pies estuvieron clavados en la cruz con un solo clavo.
Al estar el pie izquierdo sobre el derecho quedó curvado, y
también la pierna. Al sobrevenir la rigidez cadavérica,
conservaron la misma forma en el sepulcro.
35-
Esqueleto del pie.
Antes
de ser clavados los pies, el dolor fue horrible, ya que todo
el peso del cuerpo se apoyaba sobre un nervio sensitivo,
herido y tensionado. Jesús quedó colgado de las muñecas y
con los pies en el aire. Luego clavarían los dos pies al
Stipes (palo vertical), atravesándolos en el “segundo
espacio metatarsiano”, cerca de la “Línea de
Linsfranc”, con solo dos o tres golpes. La cruz indica
el punto de perforación.
36-
Un solo clavo para los dos pies.
Con
los experimentos hechos, se ha constatado que no es difícil
poner los pies uno sobre otro, y clavarlos con un solo clavo.
La posición del clavo permite que los pies se apoyen en él
firmemente.
En
esta imagen que es una reproducción, se pueden observar
distintas heridas:
¨
Cerca del tobillo: marcas de la soga que iba atada
junto al patíbulo.
¨
Excoriaciones en la rodilla (lugares donde falta la
piel).
¨
Marcas de la Flagelación (por todo el cuerpo).
37-
Agonía de Cristo en la Cruz.
Allí
comenzó una terrible agonía. Fueron “TRES HORAS”.
Tener que sostener su cuerpo de las manos clavadas, era la
tortura más atroz de la crucifixión. Y a todos estos
tormentos se suma la “Asfixia”. Cristo debía
sentir la sensación de un ahogo progresivo, una falta de
respiración de lo más desagradable. El corazón trabaja más,
sus latidos se aceleran y se debilitan. De ahí se sigue
cierto estancamiento de la sangre en los vasos sanguíneos de
todo el cuerpo. Y como la oxigenación se realiza mal en los
pulmones porque funcionan insuficientemente, se produce una
sobre carga de ácido carbónico que provoca una
excitación de las fibras musculares y en consecuencia, se
produce una suerte de tétano en todo el cuerpo
(calambres y tirantez de los músculos...) El Dr. Hynek
afirmaba al respecto: “Es la muerte más horrible y
espantosa que puede encontrarse”.
38-
La Herida del Costado
Como
narra el Evangelista San Juan: “uno de los soldados le
atravesó con su lanza el costado, y al instante salió sangre
y agua” (Jn 19, 33-34). Las dimensiones de la herida del
costado coinciden con las dimensiones de la punta de la lanza
romana. Tiene forma elíptica y mide 4, 4 por 1,4 centímetros.
La mancha de sangre, cubierta en parte por un remiendo, no es
tan oscura como la de otras heridas: nuca, frente, brazos,
etc. porque la sangre que brotó del costado, estaba mezclada
con suero. La lanza atravesó el quinto espacio intercostal,
penetró por el pulmón derecho, y tras un recorrido de unos
diez centímetros alcanzó la aurícula derecha, la cual suele
contener sangre líquida en los cadáveres recientes.
39-
Brotó Sangre y Agua.
El
agua que brotó de la herida, dicen los médicos, pudo deberse
a una pleuritis traumática o pericarditis serosa. Dice el Dr.
Marino Molina, que en agonías excepcionalmente dolorosas,
el agua del pericardio es abundante. El Dr. Judica-Cordiglia,
Profesor de Medicina Legal en la Universidad de Milán, ha
demostrado que todas las heridas reflejadas en el Lienzo
fueron producidas en vida del sujeto, a excepción de la del
costado derecho que fue producida después de la muerte. Esto
se nota por el modo de coagular la sangre.
40-
El Rostro de Cristo
Este
rostro a pesar de estar desfigurado por las huellas de tantos
sufrimientos y tremenda agonía, tiene un especial encanto y
fascinación. Nuestros ojos no se cansan de contemplarlo y
admirar esa fisonomía apacible, fuerte y majestuosa, a la vez
que humilde y resignada. Algo verdaderamente impresionante. Así
debió ser el rostro de Jesús: con esa incomparable grandeza
y esa emocionante belleza. Llena a la vez de majestad y
dulzura, de armonía y de paz, de nobleza y humildad, de
serenidad y de unción, de bondad y vida interior. Como dice
el Padre José Luis Carreño: “Jamás se vio tan transido de
vida el rostro de un muerto. Quizás porque su muerte era la
fuente de nuestra vida”.
Es
el Cristo triunfador de la muerte. El Cristo del amor, de la
misericordia, de la vida eterna: es Dios hecho Hombre”.
Porque no todo termina en la cruz. CRISTO RESUCITÓ.
CRISTO NOS ABRIÓ LAS PUERAS DEL CIELO, TENEMOS UNA ETERNIDAD
POR DELANTE.
Por
eso Miremos a Cristo y hablemos con Él. Miremos esta dulce
figura y acostumbrémonos a leer esos ojos cerrados. Miremos
esa sangre sobre la frente, que ni a su Madre se le concedió
quitar, para que nosotros la viésemos. Miremos esos ojos,
que, aunque cerrados, nos miran y nos penetran. Miremos esa
boca, cerrada por la muerte: nos dice lo que nadie sabe
decirnos. Miremos a Jesús.
41-
Piedad de Miguel Angel.
Miremos
a Cristo y como nos enseña San Ignacio de Loyola:
también mirándonos a nosotros mismos, con una mirada MAGNÁNIMA,
no sólo mirando al pasado, sino sobre todo al futuro, porque
lo principal es el futuro que tenemos por delante. Mientras
nos hacemos esas tres preguntas:
·
¿Qué hice por Cristo?
·
¿Qué hago por Cristo?
·
Pero sobre todo ¿QUÉ HE DE HACER POR CRISTO?
Cristo
murió por mis pecados. Tengo que estar convencido del poder
de Cristo, del poder de su Sangre. Tengo una esperanza. Y
aunque haya sido y sea ahora un pecador, con la GRACIA de
Dios, con su AYUDA, HARÉ COSAS GRANDES POR CRISTO, porque
como dice San Pablo: (Gal 2, 20) “Cristo me amó y murió
por mí en la cruz”.
42-
La Virgen Dolorosa Macarena.
No
podemos dejar de recordar a la SVM, Ella que también sufrió
de manera especial la Pasión junto a su Hijo Jesucristo. A
Ella que estuvo de pie al pie de la Cruz le pedimos que
siempre llevemos en nuestros corazones la Pasión de Cristo,
Si hay un tema importante en la vida, ese tema es el misterio
de Cristo. Y en la vida de Cristo su Pasión, Muerte y
Resurrección.
Siempre
es de gran provecho la Pasión de Cristo. Pasión que se
renueva en cada Santa Misa.
Pidamos
a Ella como rezan hermosamente los versos del Himno a la
Virgen de los Dolores:
¡Madre!...
madre del amor,
hazme
sentir tu dolor,
haz
que me asocie a tu duelo
para
que mi amor se encienda
y
esa tal sea la ofrenda
que
te ofrezca mi consuelo.
Santa
Madre, esto te pido:
Que
se imprima en mi sentido
La
dolorosa pasión,
Que
conmigo dividida
La
lleve toda la vida
Dentro
de mi corazón.
Que
con sus llagas me llague,
Que
con su sangre me embriague
Para
alejarme del vicio,
Y
me libre de las llamas
Por
ti, por lo que tu clamas,
En
el gran día del juicio.
Cortesía
de https://www.iveargentina.org/
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