EL ÁRBOL DE LA VIDA
 

La Semana Santa es un tiempo que se presta a reflexiones trascendentales: en ella nos enfrentamos de cara con el dolor y la muerte dentro del misterio cristiano (y también humano) de la REDENCIÓN, detrás de la que está la CULPA. 

¿Pero por qué los misterios de la REDENCIÓN han de tener una base antropofágica tan intensa?

Mi respuesta es: porque también la CULPA tuvo ese carácter, por la ley de la adecuación y de la proporcionalidad entre CULPA y REDENCIÓN, entre pecado y expiación. 

¿Y por qué habla la liturgia del ÁRBOL DE LA CRUZ y de su FRUTO DE REDENCIÓN?

Porque el pecado se cometió contra el ÁRBOL DE LA VIDA. Por eso, si le vino al hombre la MUERTE de un árbol, de un árbol tenía que venirle la VIDA. 

Y, oh paradoja, del que se llamaba ÁRBOL DE LA VIDA le vino la muerte a la humanidad, y del que se llamaba ÁRBOL DEL PATÍBULO, de la muerte más ignominiosa, le vino la vida. 

Y otra metáfora aún: la denominación de ÁRBOL DE LA VIDA no podía ser más que un eufemismo metafórico de la MADRE. Al fin y al cabo, madre y madera son la misma palabra. 

Y en el misterio de la Redención, ahí está el auténtico ÁRBOL DE LA VIDA, LA MADRE DOLOROSA; y junto a ella su sombra material, el MADERO DE LA CRUZ sosteniendo el FRUTO de su vientre, alimento de salvación para la humanidad. 

Ahí están palpitantes estas metáforas en el Crux fidelis, en el Stabat Mater, en el Exultet, en las Lamentaciones, en los Improperios, en los ritos, en los sacramentos, en los misterios, en la imaginería procesional, en el alma de la Semana Santa. 

Espero que mi meditación antropológica no choque contra la gravedad de los misterios religiosos, sino que por el contrario ayude a dimensionarlos y a respetarlos también desde fuera del sentimiento religioso. 

Índice  

DEL ÁRBOL DE LA VIDA AL ÁRBOL DE LA MUERTE 
Cuando se nos ofrece a la contemplación el ÁRBOL DE LA CRUZ, innegable ÁRBOL DE LA MUERTE, nuestra vista se fija en el fatídico ÁRBOL DE LA VIDA. 

LAS VÍCTIMAS QUE SE SACRIFICAN EN LUGAR DEL HOMBRE 
Los sacrificios tienen su propia lógica rigurosa y sus propias leyes. Estamos a tantos años luz del sistema cacrificial, que todo nos parece arbitrario, pero no lo es: la víctima más auténtica es el hombre; las demás son sucedáneos. 

LOS SACRIFICIOS DE COMUNIÓN 
La Comunión no es una innovación del cristianismo: era la forma de sacrificio más común porque con ella se proveía a la comida de cada día, que era en común y además sagrada. 

LA LEY DE LOS SACRIFICIOS DE COMUNIÓN 
No se podían matar fuera de los ritos sagrados animales de cría (las que sustituían en el altar a las criaturas humanas), porque era considerado y castigado como un delito de sangre. Comían todos de la víctima, pero conforme a la voluntad de Dios.

SÓLO SE SACRIFICAN CRIATURAS HUMANAS 
En nuestro entorno cultural y religioso las víctimas de los sacrificios nunca son animales cazados, porque la primera condición es matarla en el altar; y eso sólo se puede hacer con animales criados en casa, criaturas humanas al fin y al cabo, que Dios acepta como sucedáneos de la mejor de todas las criaturas que cría el hombre. 

¡OH FELIZ CULPA!  
En los ritos del Sábado Santo la iglesia, por boca de San Agustín, clama feliz en el “Exultet”: ¡Oh feliz culpa que nos mereció tal y tan gran Redentor! 

LA CULPA GENÉSICA 
Es el PECADO ORIGINAL, el que llevamos de nacimiento 

EL CHIVO EXPIATORIO 
Necesitamos quien cargue con nuestros pecados, y es, abracadabra, el macho de la cabra con el que se identifica al Demonio

CUAL ES LA VIDA, TALES SON LOS SACRIFICIOS Los sacrificios son la dimensión sagrada de la alimentación; por eso es preciso estudiarlos con el máximo rigor.

EL ÁRBOL DE LA VIDA EN EL PARAÍSO El relato bíblico del PECADO del hombre comiendo EL FRUTO PROHIBIDO, ha dado lugar a toda clase de interpretaciones sobre la naturaleza del fruto y sobre su prohibición.

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