SANTORAL - ONOMÁSTICA

Las claves léxicas de los nombres

APÓSTOL II

El Nuevo Testamento oscila entre el nombre de discípulos y el de apóstoles. El primer nombre, el más frecuente por cierto, lo hemos obtenido del griego maqetai (mazetái), discípulos, aprendices, de manqanw (manzáno), que significa aprender. Si en latín aprender es díscere, era necesario que se tradujese su derivado como discípulus; es decir discípulo. Por otra parte raramente en la Biblia aparecen los apóstoles solos; es decir que con ellos están los demás seguidores de Jesús, que en ocasiones llegan a ser grandes multitudes. 

Por eso los exégetas bíblicos distinguieron a los 12 apóstoles, a los que llamó Jesús de uno en uno, del resto de los discípulos. Ellos tienen de todos modos un protagonismo especial en la vida y predicación de Jesús y son considerados siempre como un todo inseparable. No obstante, la condición de apóstoles no la adquieren hasta el momento antes de la Ascensión, cuando los reúne Jesús y los “envía” a predicar por todo el mundo. No es ese el único momento en que se define esta alta misión, que ya la iba preparando el Maestro desde que constituyó a Simón Pedro como la piedra sobre la que edificaría su iglesia. Pero el acto de enviarlos por todo el mundo, que ese es el significado del verbo apostellein (apostél.lein), ese acto se produce antes de la Ascensión, y ese es el momento en que se convierten en apóstoles (apostoloi /apostolói). 

Los hechos de los Apóstoles (PraxeiV Apostolwn (Práxeis Apostolón)) explican con toda claridad quiénes son los apóstoles. “Y entrando en el cenáculo subieron donde estaban Pedro y Juan, Jacobo (Jaime) y Andrés, Felipe y Tomás, Bartolomé y Mateo, Jacobo de Alfeo (Santiago el menor) y Simón Zelotes, y Judas de Jacobo (Judas Tadeo). Todos ellos perseveraban unidos en la oración con las mujeres y con María madre de Jesús y con sus hermanos. En aquellos días levantándose Pedro en medio de los hermanos, dijo (estaban allí reunidos unos 120 hombres): Hermanos, conviene cumplir las escrituras que predijo el Espíritu Santo por boca de David acerca de Judas, que fue el cabecilla de los que prendieron a Jesús, que había sido del número de los nuestros y tuvo parte en nuestro ministerio… Conviene pues que de entre estos varones…uno de ellos sea testigo con nosotros de la resurrección… y orando dijeron: Tú, Señor, que conoces los corazones de todos, muestra a cuál de estos dos escoges para ocupar el lugar de este ministerio y el apostolado del que prevaricó Judas para ir en su lugar. Echaron suertes sobre ellos y la suerte cayó sobre Matías, que quedó agrupado a los once apóstoles. (Hechos 1 13-26). 

Es evidente el empeño en que fuesen 12. Todo un síntoma del valor simbólico de este número. En primer lugar porque representaba la totalidad del Pueblo Elegido, formado por 12 tribus. A partir de ahí se debió extender el valor de este número a cosas profanas como son los 12 signos del zodíaco con los 12 meses del año. Lo más singular es que estuvieron de moda durante bastantes siglos las Cucharas de los Apóstoles (en realidad de la Santa Cena, porque son 13). El mango de cada una terminaba en una efigie del respectivo apóstol, de Jesús o de María. Estuvieron en boga especialmente en Inglaterra, Alemania y Holanda. Eran regalo de boda muy preciado.