SANTORAL-ONOMÁSTICA

Santos del día 25 de Septiembre

Nuestra Señora de la Fuencisla; Alberto de Jerusalén, Atanasio, Irene, Baldovino, Sergio, Aurelia y Neomisia confesores; Arnolfo, Fermín, Solemnio, Lupo y Cástor obispos; Antilia, Bardomiano, Eugenio, Eucarpo y Herculano mártires; Ermenfredo abad; Pafnucio monje; Cleofás discípulo de Jesús.


RAGÜEL

Tiene este nombre dos formas distintas: Raguel, sin diéresis en la u, y Ragüel (con diéresis), ambas igualmente válidas. Su significado está entre explorador (raguel) y enviado (ragu) del Señor (El; pl. Eloïm). La estructura de este nombre es similar a la de Rafa-el, Gabri-el, Migu-el, Isma-el, en la que el segundo elemento es siempre "el Señor" (El). Es un nombre muy singular, de escasa difusión antre nosotros; los apellidos derivados de él indican, sin embargo, que en otros tiempos tuvo mayor difusión: más notable, por supuesto, entre los judíos.

Raguel o Ragüel aparece en la Biblia en el libro de Tobías. Era éste un piadoso israelita de la tribu de Neftalí, primo de Tobías el Viejo, padre del joven Tobías, el protagonista del libro. Estaba casado con una buena mujer llamada Edna (nombre asimilado postriormente a Ana). Al matrimonio le había nacido una hija llamada Sara, a la que se le fueron muriendo uno tras otro los hombres con los que se casaba, hasta llegar a siete. Ragüel estaba sumamente preocupado por la desgracia que había caído sobre su hija. La interpretación popular de aquel fatídico encadenamiento de desgracias, era que Sara estaba poseída por algún mal espíritu que atraía la desgracia a cuantos se casaban con ella. Cuando el ángel san Rafael llegó con Tobías a Ecbatana, la ciudad donde vivía Ragüel con su esposa y con su hija, éste les dio hospedaje, y en premio de tan generosa obra, dispuso Dios que se acabase el maleficio que pesaba sobre su hija Sara. En efecto, Tobías se enamoró de la hija de su huésped, y se la pidió en matrimonio. Intentó rehusársela éste, por que no le ocurriese lo mismo que a los siete maridos anteriores. Se la concedió al fin Ragüel y se celebró la boda. Por la noche el buen hombre mandó a sus sirvientes cavar la tumba para Tobías, convencido de que al día siguiente tendría que enterrarlo como a los siete anteriores. Pero he aquí que el ángel san Rafael ("el sanador de Dios") había dado a Tobías las instrucciones y los remedios necesarios para que desapareciese el maleficio de Sara, y de este modo llenó de bendición la casa de Ragüel. Éste, agradecido, les dio a la nueva pareja la mitad de sus bienes para que pudieran gozar plenamente de su unión.

Otro Ragüel, más antiguo aún, es el suegro de Moisés, al que dio en matrimonio a su hija Séfora. Ragüel era un sacerdote de Madián que tenía siete hijas. Al huir Moisés después de matar al egipcio, se refugió en la tierra de Madián y allí fue muy bien recibido por el que sería su suegro. La Biblia llama a Ragüel también Jetró, nombre que algunos exégetas dudan de si corresponde al mismo o a otra persona. Y otro Ragüel tenemos, éste español, un religioso que se distinguió por su piedad, reflejada en su Historia de San Pelayo, mártir, fechada en el año 925. Esta obra fue publicada más tarde por Ambrosio de Morales y está incluida en la Colección de Escritores Españoles.

Cada nombre tiene su virtud y su encanto. El de Ragüel tiene su antigüedad por una parte, y la generosidad de los personajes que lo llevaron, y el afán de saber que por su significado es la característica dominante del nombre. ¡Felicidades!

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