De la raíz
latina caecus , en su forma diminutiva caéculus, proceden los
nombres romanos Cecilio y Cecilia, que pasaron luego al cristianismo.
Mientras fue un nombre exclusivamente romano, se usó más en masculino que en
femenino; pero al pasar a nombre cristiano, fue tal el prestigio de la
mártir Santa Cecilia, que se convirtió éste en nombre muy valorado, quedando
en un segundo plano el masculino.
San
Cecilio fue el
primer obispo de Granada cuando, bajo la dominación romana, se llamaba
todavía Illíberis. Fue uno de los que la tradición llama "varones
apostólicos" enviados a España por San Pedro y San Pablo a predicar el
evangelio. Los otros seis son: Torcuato, Segundo, Indalecio, Tesifonte,
Eufrasio y Hesiquio. La vida de todos ellos está oculta tras los velos de la
leyenda transmitida oralmente. Se sabe a ciencia cierta que San Cecilio fue
obispo de Illíberis, que escribió algunos tratados para instrucción
de los fieles y que sufrió martirio bajo la dominación de Nerón,
supuestamente quemado en el monte Illipulitano. Pero la larga dominación
árabe destruyó todos los rastros de cristianismo. Granada estuvo bajo los
sarracenos casi ochocientos años; no los suficientes para perderse la
memoria y la tradición, pero sí para no quedar ni rastro de documentos ni
reliquias. San Cecilio es patrón de Granada, y su fiesta se celebra el 1 de
febrero.
Otros dos
santos con este nombre conmemora la Iglesia: San Cecilio obispo de Elvira,
que murió el año 65 y cuya fiesta se celebra también el 1 de febrero, y San
Cecilio presbítero de Cartago. Su fiesta se celebra el 3 de junio. La divina
Providencia puso en sus manos la conversión del gran San Cipriano. Su
bautizo tuvo lugar el 18 de abril del año 246. Poco después, al morir el
obispo Donato, fue elegido Cipriano, el discípulo de Cecilio, para ocupar la
sede episcopal, llegando a ser uno de los más grandes obispos que tuvo la
diócesis de Cartago.
Entre los
Cecilios famosos no podemos olvidar al gran Cecilio Metelo, jefe
militar y político romano, cónsul en 251 y 247, jefe de la caballería,
soberano pontífice del 243 hasta su muerte, dictador en 224. Venció a los
cartagineses en Sicilia y quedó ciego al salvar al Pal.ladium de un incendio
(de aquí, probablemente, el nombre de Cecilio) el 241. Se le erigió una
estatua en el Capitolio. Tras él toda una dinastía de Cecilios Metelos. Su
hijo Quinto (m. 175 a. C.); su nieto Quinto Cecilio Metelo, llamado el
Macedónico (m. 105 a. C.), que sofocó varias sublevaciones en Hispania;
los dos sobrinos de éste: Lucio, llamado el Dalmático (m. 104 a. C.)
y Quinto, el Numídico, que derrotó a Yugurta en África; el hijo de
éste, Quinto Cecilio Metelo Pío (130-64 a, C.), que fue cónsul y gobernador
de Bética. Y alcanza la dinastía hasta Pío Escipión (m. 46 a. C.)
Un nombre
antiguo, el de Cecilio, cargado de historia como pocos, con patronos
de gran valía tanto en el cielo como en la historia. ¡Felicidades!