SANTORAL-ONOMÁSTICA

Santos del día 25 de Octubre

Crisanto, Daría, Crispín, Crispiniano, Proto, Genaro, Teodosio, Lucio, Marcos, Claudio, Valentín y Engracia mártires; Cleto confesor; Bonifacio I papa; Frontón obispo, Frutos de Segovia ermitaño; Recaredo beato.


FRUTOS

Este nombre empezaron a usarlo los romanos en su forma adjetiva: Fructuosus, que traducimos como Fructuoso, nombre que tuvo un cierto desarrollo en España. Es evidente su origen y significado: se trataba en principio de un apodo con el que se designaba a la persona (se usó también en femenino) que se distinguía por la abundancia de sus frutos y por su generosidad. La evolución fonética de esta palabra nos dio frutoso, con lo que nos encontramos con dos formas para el mismo nombre:la culta, Fructuoso, prácticamente transcrita del latín, y la popular, Frutoso, que se simplificó en Frutos, manteniendo el mismo valor simbólico, y reduciendo de paso el nombre a una palabra más sencilla y agradable al oído. Este nombre tuvo sus momentos y lugares de esplendor. Lo prueba Segovia, la ciudad del acueducto, de la que es patrón san Frutos, y lo prueba también la huella que ha dejado este nombre en forma de apellido.

San Frutos fue un santo eremita segoviano, que con su hermano san Valentín y su hermana santa Engracia se retiró a la vida solitaria allá por los finales del siglo VII. Nacieron los tres hermanos en la segunda mitad del siglo, en medio de las turbulencias de los reinos cristianos que darían lugar finalmente a la intervención de los sarracenos en sus luchas intestinas y que acabarían abriéndoles de par en par las puertas de España. Si tenemos en cuenta que la muerte de san Frutos tuvo lugar en el 715, y que la entrada de los árabes en España se inició el 711 sin que apenas pusieran resistencia los reyes cristianos, enzarzados como estaban en sus guerras internas, entenderemos el papel importantísimo que tuvo este santo varón en la defensa de los cristianos que huían despavoridos de los moros. En el yermo que quedaba a 10 leguas de Segovia, en el lugar hoy llamado Nuestra Señora de la Hoz, se retiró san Frutos con sus hermanos Valentín y Engracia después de haber distribuido sus cuantiosos bienes entre los pobres. Cuenta la hagiografía del santo que habiendo ido los moros a por los cristianos que se habían retirado al yermo no sólo para huir de los moros, sino también para llevar una más santa vida, salió san Frutos a su encuentro, y después de intentar persuadirles de lo erróneo de sus creencias musulmanas y de la persecución que hacían de los cristianos, en vista de que los moros persistían en su actitud, hizo el sano una raya en el suelo sobre la peña desnuda, intimando a los moros que no la traspasasen, y que si se empeñaban en traspasarla, Dios se cuidaría de impedírselo. Y así ocurrió en efecto que al ir a traspasar los primeros moros la raya, se abrió la peña en una hendidura profundísima, a la vista de moros y cristianos, a la que bautizaron en honor del santo como Cuchillada de san Frutos. Desde entonces tuvieron los sarracenos un respeto reverencial por el santo segoviano, que murió de edad muy avanzada mientras se multiplicaba el número de mártires a manos de los infieles. Su fiesta se celebra, con romería y todo, el 25 de octubre.

Los pintores españoles Diego Frutos y Eduardo Frutos, del siglo XIX, con una extensa obra; el dramaturgo Luis Pascual Frutos y el poeta José Frutos Baeza se distinguieron también, como el santo, por sus abundantes frutos. ¡Felicidades!

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