SANTORAL-ONOMÁSTICA

Santos del día 19 de Octubre

Pedro de Alcántara confesor; Juan de Brebeuf, Isaac Yogues y Renato mártires canadienses (S.J.); Pablo de la Cruz presbítero; Berónico, Tolomeo, Lucio y Varo mártires; Etbino, Aquilino y Zósimo obispos; Pelagia virgen; Fredeswinda abadesa; Laura viuda.


ODÍN

Si hubiese que valorar al mismo tiempo la fuerza, la belleza y la originalidad en los nombres, el de Odín se llevaría la palma. Es la gran divinidad escandinava, origen del mundo, de los dioses y de los hombres. De bellísima sonoridad (en las lenguas latinas suena a oda, canto solemne de alabanza), sus orígenes se pierden en las brumas nórdicas del tiempo. Dicen los que saben, que procede de la raíz od del verbo vada, en que se encierra la idea de "espíritu del mundo en que todo flota, y que engendra con su acción la vida universal". Es una especie de dios total. El ideal panteísta llevado a su más alta perfección. Es nuevo este nombre en la onomástica occidental, pero se está abriendo paso gracias a su gran belleza y a su espléndido significado.

Odín es el dios que organiza el mundo sacándolo del caos (como el Dios de Israel) y crea al primer hombre y a la primera mujer y los dota de alma, de su propia alma. Es el dios de la guerra, pero también el de la poesía, de las ciencias y de las artes. Con su espíritu todo lo inunda, y gobierna todo lo que existe, incluidos los demás dioses, que le rinden obediencia. Él asiste a los héroes, les enseña el arte de las armas, la sabiduría y la prudencia. Él les acompaña en el combate y les protege del enemigo. Y si llegan a la vejez, les concede la última gracia de no morir en cama, sino luchando. Protege la organización social, venga el asesinato, vela por el cumplimiento de los juramentos y de los pactos; ahuyenta el odio, los malos pensamientos y el aburrimiento. Odín es representado como un venerable anciano de barba frondosa, con un solo ojo, cubierto con un sombrero que representa la bóveda del cielo y un manto que simboliza la atmósfera con que se viste. Le asisten dos cuervos que representan la reflexión (Huqui) y la memoria (Munin) y que le tienen al corriente de cuanto ocurre en el mundo. El anillo de Odín simboliza la bendición de la tierra y su fecundidad para felicidad de los hombres, además de representar la fecundidad del espíritu, la potencia creadora del poeta, la evolución del pensamiento y la maravillosa cadena de las ideas. La lanza de Odín simboliza la fuerza y el vigor; su caballo, semejante al Pegaso griego, los vientos cardinales.

Todo un mundo de simbologías. El día central de la semana, el miércoles, estaba consagrado a Odín. Se llamaba Odinsday, que por evolución se convirtió en Wednesday. Las mujeres de Odín son los tres estados de la Tierra: deshabitada en un principio (Jord), habitada y cultivada por el hombre (Frigg), y cubierta de nieve (Rind).

El nombre de Odín lo encontramos en la geografía de los Estados Unidos (una población en Illinois y otra en Minnesota. Y es también el apellido de un célebre misionero francés. Fue obispo de Nueva Orleáns. Celebran su onomástica los Odín el 19 de octubre, en que se conmemora a san Odín Abad. Todo lo que tiene de modesta la representación de este nombre en el cielo cristiano, lo tiene de grande en el cielo escandinavo. Decír Odín es evocar un mundo, unos valores y unas virtudes que nos retrotraen a un mundo mágico en el que la fuerza del espíritu era tan admirada y cultivada como la fuerza física. ¡Felicidades, Odín!

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