SANTORAL-ONOMÁSTICA

Santos del día 1 de Octubre

Teresa del Niño Jesús virgen; Remigio, Tomás y Celsino obispos; Severo, Bayón  Adiosdado confesores; Prisco, crescente, Evagrio, Verísimo, Máxima y Julia mártires; Virila abadesa; Vulgisio ermitaño.


REMIGIO

Remigius significa "remero"; pero dudan la mayoría de etimologistas que éste sea el significado de Remigio. Es, evidentemente una forma latina, pero por su aspecto más bien parece un gentilicio formado a partir de Remi, que es como se llamaban los antiguos pobladores de la actual Champaña, con el río Rhenus como posible origen del nombre (como los iberos del Iber). La existencia del término latino remigius debió influir para que en el momento de formar el gentilicio de Remi (que es la ciudad que hoy se llama Reims, y los romanos llamaron en un principio Dorocortorum Remorum) se hiciese en esta forma. Los Remi fueron un pueblo galo o germánico que se alió con los romanos para luchar contra sus enemigos los belgas, por lo que obtuvieron la condición de cívitas foederata. La cultura romana entró, pues, en esta región, de un modo distinto que en los pueblos sometidos.

San Remigio fue aclamado a los 22 años, arzobispo de Reims, la ciudad de la que probablemente procede su nombre. Nació el año 436 en la ciudad de Laon, llamada entonces Castrum Laudunense. Fueron sus padres los señores de aquella tierra, una familia que se distinguió por su piedad religiosa (cinco miembros de su familia merecieron el honor de los altares). Remigio fue educado en la piedad y el estudio, y fueron tales sus progresos en ambas direcciones, que al morir el 458 el arzobispo Bennado, fue proclamado para ocupar la sede de Reims. Tuvo que someterse la cuestión a los padres del Concilio Tolosano, pues Remigio no estaba dispuesto a aceptar, por no cumplir la edad canónica para la consagración episcopal, que eran los 30 años. El Concilio dictaminó que la santidad, la prudencia y el vasto saber de Remigio, suplían sobradamente la falta de edad; por lo que aceptó el cargo. Sus hagiógrafos cuentan que fue un milagroso rayo de luz divina que se detuvo sobre su cabeza, lo que finalmente le convenció para aceptar. A partir de ahí creció su fama de taumaturgo. Pero fue la conversión de Clodoveo, al que bautizó Remigio la noche de Navidad del 496, el logro más importante del santo arzobispo. Fue a raíz de la victoria que obtuvo Clodoveo cerca de la actual Estrasburgo, cuando decidió abrazar la fe de su esposa Clotilde. Con él recibieron el bautismo esa misma noche 3.000 guerreros francos. Esta conversión cambió el rumbo de la historia, aunque no el duro carácter de Clodoveo, que no se detuvo ante nada en su ambición por convertirse en rey de todos los francos. Sus óptimas relaciones con el santo arzobispo que le convirtió, le adoctrinó y le bautizó, fueron decisivas para moderar su carácter y a veces su conducta y para que las relaciones del rey con la Iglesia fuesen excelentes. Murió el santo arzobispo de Reims el año 532. Los tres cuartos de siglo al frente de su obispado dejaron una huella profunda.

Los Remigios celebran su onomástica el 1 de octubre (en Reims lo celebran el 13 de enero); cinco santos más de este nombre ofrecen otras tantas oportunidades de celebrar esta onomástica. El primer Remigio le da al nombre un valor extraordinario: fue un hombre sabio, prudente y santo. Y hay que añadir a esto los valores léxicos del nombre. No está nada mal ser un esforzado remero en vez de dejarse llevar por la corriente, y estar emparentado con un pueblo antiquísimo. ¡Felicidades!

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