SANTORAL-ONOMÁSTICA
Santos del
día 28 de Noviembre
Jaime de la Marca,
Honesto de Nimes, presbíteros; Gregorio III, papa; José Pignatelli,
religioso; Valeriano, Urbano, Crescente, Eustaquio, Creconio, Crescenciano,
Félix, Hortulano, Papiniano, Mansueto y Florenciano, obispos y mártires;
Santiago, confesor; Conancio, obispo; Sóstenes, Rufo, Esteban el Joven,
Basilio, Pedro y Andrés, mártires; Beato Gracia de Cátaro, religioso.
JULIO
Virgilio
se encargó de dar a los Julios el origen más noble que pudiera imaginar un
romano. Los hizo proceder de la misma epopeya de Troya, de la que salió el
piadoso Eneas, hijo de Afrodita y Anquises, con su hijo Ascanio, llamado
también Julus, del que procedería la Gens Julia a la que
pertenecía César, y por adopción Augusto. Es el nombre del séptimo mes del
año, que antes se llamaba quirinalis y era el quinto de los
instituidos por Rómulo. Marco Aurelio cambió este nombre por el de Julius en
honor de Julio César, reformador del calendario romano. El nombre de Julius, que
ya tenía una gran extensión por lo ramificada que estaba la Gens Julia, se
extendió más aún al adoptar el gentilicio del emperador muchos esclavos
imperiales al ser manumitidos.
San Julio I,
papa nació en Roma, hacia el 280. Su pontificado se extendió desde el 337 al
352. Habiendo salido de las persecuciones externas, tuvo que enfrentarse
este santo papa a las disensiones internas, sostenidas todas ellas en
doctrinas que intentaban minar la unidad del credo al tiempo que
cuestionaban la unidad jerárquica de la Iglesia. Acogió a san Atanasio,
patriarca de Alejandría y a otros obispos expulsados por los arrianos, e
hizo que el sínodo de Roma declarara las doctrinas de Atanasio conformes a
la ortodoxia. Envió como legado pontificio al obispo de Córdoba, Osio, a
presidir el concilio de Sárdica (Sofía), en Tracia, al que asistieron 170
obispos; en él se confirmó la ortodoxia de las doctrinas de Atanasio y se
reconoció para cualquier obispo expulsado de su sede, el derecho de
apelación a Roma. Como parte de las batallas doctrinales, se difundieron
bajo el nombre de este papa varios escritos heréticos, cuya falsedad se
detectó desde el momento de su aparición.
Los Julios
celebran su onomástica el 12 de abril, en que se conmemora a san
Julio Papa, o el 27 de mayo, en que se celebra la memoria de san julio
soldado y mártir, que fue decapitado por orden del emperador Máximo. Otros
santos de este mismo nombre se celebran el 19 y el 31 de enero, el 1 y el 23
de julio, el 19 de agosto, el 3, el 5 y el 20 de diciembre.
Otros dos papas,
Julio II y Julio III engrandecieron este nombre. Julio II fue un auténtico
príncipe renacentista. Además de librar numerosas batallas, fue un fastuoso
mecenas: Bramante, Miguel Ángel, Perugino, Pinturicchio, Signorelli, Rafael,
los más grandes artistas del Renacimiento trabajaron en la remodelación del
Vaticano. El papa Julio III clausuró el concilio de Trento, que reducía las
prerrogativas pontificias, pactó con Carlos V contra los protestantes, y dio
via libre a los jesuitas. Pero el más grande de los Julios fue Julio César,
que dio un vuelco a la estructura política interior y exterior de Roma. Dio
forma al imperio, al extender sus dominios por los cuatro puntos cardinales,
y dio forma a la dominación romana de la que es heredera nuestra
civilización. Es ciertamente el de Julio un nombre con solera, que ha dejado
en la historia un rastro profundo. Y para que no le falte nada, un julio es
también la unidad de trabajo y energía. ¡Felicidades!