SANTORAL-ONOMÁSTICA
Santos del
día 23 de Noviembre
Clemente I papa y mártir; Columbano, Lucrecia,
Felícitas y sus 7 hijos mártires; Sisinio y Gregorio obispos;
Guido abad; Anfiloquio, Asclepiodoro, Trudón, Heleno y beata Raquel confesores;
Faletro anacoreta; Agustín Pro jesuita
mártir.
CLEMENTE
Este nombre
tiene la virtud de entenderse su significado directamente en nuestra lengua,
por lo que induce a suponer que quien lo lleva goza de un carácter
bondadoso, comprensivo, amable; y uno espera encontrar en él las virtudes
que acompañan a la clemencia y que de ella derivan. No sólo eso, sino que
quien lo lleva consciente de su significado y del valor añadido que han
aportado al nombre los que antes que él lo han llevado, se siente inclinado
en mayor o menor grado a ser consecuente con lo que significa, de manera que
cada vez que se deje llevar por la ira, por la venganza o por otros
sentimientos que le desdicen de su nombre, tendrá la sensación de que esos
comportamientos son impropios de él.
San Clemente
I fue
el tercer Papa de la cristiandad. Le nombra San Pablo en su carta a los
cristianos de Filipo, y él mismo hubo de escribirles una carta
reconviniéndoles para que se comportaran conforme a las enseñanzas de
Cristo. Les recomienda enérgicamente que se dejen de envidias y celos, que
no son propios de cristianos, y practiquen la humildad, la sumisión y en
general todas las virtudes cristianas. Sufrió destierro y trabajos forzados
en el Quersoneso, en tiempos del emperador Trajano. Y fue tal su éxito entre
sus compañeros de condenados a las minas, que hizo entre ellos muchas
conversiones, por lo que, no pudiendo soportarlo más los romanos, le
condenaron a morir arrojándolo al mar con una áncora al cuello.
Dos Santos más
registra la Iglesia con este nombre: San Clemente de Irlanda, monje, cuya
fama de santidad fue tan grande que Carlomagno lo llamó junto a sí y la
confió la Escuela Superior de París. Y San Clemente María Hofbauer, nacido
en Moravia en 1751 y muerto en Viena en 1820. Su gran humanidad, su bondad
por encima de toda mesura, tenía cautivada a toda Europa.
En la importante
lista de los Clementes, se cuentan nada menos que catorce Papas (era éste un
nombre por el que sentían una especial predilección), varios escritores y
políticos, un famoso entrenador de fútbol y el escritor y filósofo Clemente
de Alejandría, que afrontó los problemas que le plantea la fe a la filosofía
y nos dejó numerosas obras.
Es éste un
nombre que no necesita elogios, porque se elogia a sí mismo, y que nos
induce a pensar que quien así se llama es en verdad clemente.