SANTORAL-ONOMÁSTICA

Santos del día 19 de marzo

San José patrono de la Iglesia Universal; Apolonio y Leoncio obispos; Juan abad; Landoaldo presbítero; Amancio diácono; Quinto, Quintila, Cuartila, Marcos, Pancario, Cándido y Alcmondo mártires.


JOSEMARÍA

Nombre compuesto de José y María, que presenta otras formas, como Josemari y Chema, y que se escribe junto o separado, entero o abreviado. La agregación del nombre de María a los nombres de varón data de muy antiguo, y se convirtió en norma en algunas órdenes religiosas al entrar en religión. En español el compuesto José María tiene un gran arraigo. Este nombre es muy apreciado, pues se juntan en uno solo dos de los nombres de la Sagrada Familia.

El nombre de José procede del hebreo y evoca precisamente abundancia. Es ese su significado. Raquel, la esposa preferida de Jacob, que tanto tiempo había estado deseando este hijo, exclamó: Yosefyah (que quedó en Yosef), que significa: "aumente Dios mis descendientes". Efectivamente, José fue el afortunado que gracias a la abundancia de que gozó como alto mandatario egipcio, salvó del hambre a sus hermanos y a su padre. Su historia fue muy azarosa, pero estaba marcado desde su nacimiento y desde su nombre por el signo de la abundancia. El segundo gran personaje bíblico que lleva este nombre es san José, en cuya memoria lo han llevado legión de españoles, hasta el punto de ser el más frecuente en España, sobre todo desde que el papa Pío IX designó a san José, esposo de la Virgen María, patrono de la Iglesia universal en el año 1870. Al ser frecuente el uso de este nombre en compuestos como José María, María José, José Ramón, José Antonio, Pedro José, José Luis, José Miguel, junto a las formas femeninas de Josefa, Josefina, Fina; e hipocorísticos como Pepe, Pepa, Pepito, Pepita, Chema, Pito, Jose, al lado de formas antiguas tales como Josef, Josefo, resulta ser omnipresente; de manera que raro es el que no tenga que felicitar a uno o más Josés el 19 de marzo. 

San José es uno de los pocos santos que no es preciso presentar. ¿Quién no ha tenido un San José en las manos? Es una de las tres figuras indispensables en un Belén, por lo que todos lo tenemos identificado como el anciano que se apoya en la vara. San José es una figura discreta pero imprescindible. Y cumple con su papel a la perfección. Nos dice el Evangelio que era carpintero. Proveía al sustento y a la seguridad de la que llamamos la Sagrada Familia, cuyo cabeza era él. Tenía su residencia en Nazaret, pero tuvo que trasladarse a Belén con María su esposa, para censarse. Pasó el pobre san José muchas fatigas teniendo que viajar con su esposa en tan avanzado estado de gestación. Y más fatigas al no poder ofrecerle un lugar digno donde descansar y dar a luz. Y más todavía cuando tuvo que huir a Egipto precipitadamente con la madre y el hijo, para escapar a la persecución de Herodes, que le tenía una aversión especial a la estirpe de David. Si gran personaje fue José, ¿qué se puede decir de María? Es en nuestra cultura y religión la Madre por excelencia, en la que confluyen la mayor dignificación de la Mujer y de la Madre que han conocido las culturas y las religiones. Llevar unidos en el nombre los más altos valores de nuestra cultura, llevar en ellos la evocación de la abundancia (José), del señorío y de la luz (María), es invocar sobre nosotros y los que nos rodean, las bendiciones de que está repleto nuestro nombre. ¡Felicidades!

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