SANTOS DEL DIA
31 DE ENERO
Juan Bosco
patrono de la Formación Profesional y de los aprendices de
cinematografía e ilusionismo; fundador de los salesianos;
Geminiano obispo, Ciro y Juan, Tarsicio, Saturnino,
Tirso y Víctor, Zótico, Ciríaco, Trifena y sergio
mártires; Julio presbítero; Marcela y Luisa
Albertonia viudas; Francisco Javier Bianchi,
confesor.
MARCELA
Marte fue una
fuente de valor para los belicosos romanos, por eso
derivaron de este dios bastantes nombres que, además,
gozaron de gran predicamento: Marco, Marcos, Marcial, Marcio,
Marción, Marciano (más de 25 santos hay con este nombre),
Marcelo, Marcelino, Martín... Y en femenino, Marcia,
Marciana (dos santas Marcianas menciona el santoral),
Martina, Marcelina, Marcela.
Santa Marcela
fue
una noble matrona romana del siglo IV. Su mayor gloria es
haber sido la iniciadora de la vida monástica femenina en la
Iglesia de Occidente. Perdió a su padre cuando era joven.
Contrajo matrimonio con un noble romano, pero a los siete
meses enfermó y murió su marido, quedando ella viuda. Su
madre, Albina, procuró concertarle un nuevo matrimonio; pero
Martina había concebido ya el propósito de consagrar su vida
al servicio de Dios, por lo que rechazó cuantos
pretendientes intentaron cortejarla. Creció en ella tal
interés por conocer las sagradas escrituras, que no pudo
resistir el deseo de ser instruida por el gran experto en
esta materia, San Jerónimo, cuando éste estuvo en Roma. El
conocimiento profundo de las Escrituras encendió aún más en
ella el deseo de perfección cristiana, por lo que decidió
retirarse a vivir en soledad en una casa de campo que poseía
cerca de Roma. Conocedora, por San Atanasio, del género de
vida que instituyera San Antonio Abad en el desierto de
Tebaida, y del monasterio de vírgenes y viudas que allí
había fundado y regía San Pacomio, se puso a imitar el traje
y el género de vida de estas monjas, siendo ella la primera
que abrazó en Roma esta nueva forma de vida, que pronto fue
seguida por muchas otras mujeres especialmente viudas. Murió
en su monasterio el 30 de enero del 410, en plena desolación
por el saqueo con que castigaron la ciudad los bárbaros que
entraron en ella con Alarico. San Jerónimo menciona varias
veces a Marcela en sus obras, y hace de ella un justo
elogio. Su fiesta se celebra el 31 de enero.
Otras cuatro
santas con este nombre menciona el santoral romano, que
vivieron entre el siglo I y el IX. Los Marcelos que
merecieron el honor de los altares llegan a 30. Algunas
Marcelas por tradición familiar, y otras por desconocimiento
de la importante figura de Santa Marcela, prefieren celebrar
su santo por algún San Marcelo.
La comedia en
verso "Marcela, o ¿cuál de los tres?" de Bretón de
los Herreros, ha contribuido a popularizar aún más este
nombre. Se trata de una joven viuda rica y hermosa, amable y
simpática, pretendida por tres galanes que se sienten
seguros cada uno de ser el elegido. Les da calabazas a los
tres con tal galanura, que no se sienten molestados.
Es una fortuna
tener un nombre singular, no demasiado corriente, que tiene
belleza por sí mismo, y que teniendo el correlativo
masculino, puede llevarse y celebrarse independientemente de
éste. Santa Marcela es un modelo de audacia femenina en un
momento en que eso tenía muchísimo mérito. ¡Felicidades! |