SANTOS DEL DIA
16 DE ENERO
Fulgencio
doctor; Marcelo I papa; Berardo, Pedro, Acursio,
Adiuto, Otón, Julio y Tolomeo mártires; Honorato,
Ticiano, Melas y Valerio obispos; Rolando abad;
Priscila virgen;
Frisio confesor.
FULGENCIO
Del latín
fulgentem, significa "resplandeciente". Es un nombre que
nace en el cristianismo. Se ha prodigado muy poco, pese a su
gran belleza y a los dos grandes santos que dieron más
resplandor todavía a este luminoso nombre.
San Fulgencio
de Écija es un obispo español del tiempo de los visigodos,
hermano de San Leandro, San Isidoro y Santa Florentina. Hijo
de nobles, fueron desterrados sus padres a Sevilla, a causa
de su fe y allí nació Fulgencio. Lo encomendaron sus padres
al obispo Eterio, benedictino, para que le educase en la fe
cristiana. El resultado fue que Fulgencio abrazó la vida
monástica en la orden de San Benito, en Sevilla. Se dedica
allí al estudio de las Sagradas Escrituras con sumo
provecho: escribe comentarios sobre el Pentateuco, los
libros de los reyes, los doce Profetas menores, Isaías, los
Salmos y los Evangelios. Escribe también un tratado sobre la
fe (De fide), el libro De las mitologías ó
ficciones y uno más de Sermones. Además de
propagar la fe mediante sus escritos, tomó parte activa en
la gran batalla dialéctica contra los arrianos. En la guerra
que estalló entre el rey Leovigildo y su hijo San
Ermenegildo, Fulgencio tomó partido por este último, por lo
que fue desterrado a Cartagena. A la muerte del obispo de
esta ciudad, Fulgencio ocupó la silla episcopal a instancias
del rey. Ocho años estuvo al frente de esa diócesis, hasta
que el rey volvió a acordarse de él para resolver los graves
conflictos y disensiones que había en Écija. Tan pronto como
llegó Fulgencio a ocupar la sede episcopal de Écija, su
natural dulce, indulgente y compasivo obró el milagro de
disolver los odios enconados de Écija. Puso orden en las
costumbres de los clérigos y en los monasterios, hasta
convertir a Écija en un remanso de paz. Reclamado de nuevo a
cartagena, allí acabó sus días el año 658. Su fiesta se
celebra el 16 de enero.
San Fulgencio
de
Ruspe era descendiente de una famosa familia senatorial de
Cartagp, donde nació hacia el 463. Recibió una educación
esmerada. Dominaba el griego como si fuese su propia lengua,
y profundizó en el estudio del latín bajo la dirección de
los más ilustres maestros de aquel tiempo. Pero no le
atraían tanto las letras (a pesar de las numerosas obras que
llegó a escribir), sino la vida monástica, por lo que
ingresó en el monasterio que fundó el obispo Fausto, uno de
los perseguidos y expulsados de su diócesis por el
arrianismo; pero la misma persecución les alcanzó allí, por
lo que tuvieron que huir a otro monasterio. El 508 lo
consagraron obispo de Ruspe (Túnez), pero no pudo llegar a
ocupar la sede acausa de la persecución arriana que, junto
con otros 58 obispos, lo mandó al destierro.. Le llamó a
palacio el rey Thrasimundo, y por su mediación pudo residir
en Cartago como obispo. Y una vez entrado en años, se retiró
en secreto a un monasterio para morir allí en paz. Fue el 1
de enero del 533.
Motivos
sobrados tienen los Fulgencios para estar ufanos de llevar
este espléndido nombre. ¡Felicidades! |