VÍCTOR
El nombre
procede del latín victor, es decir, victorioso y ha dado lugar
también a Víctores, Victorio, Victorino, Victorianio. Comparte la raíz con vincens, que
nos ha dado Vicente y Vicencio (adaptación del italiano Vincenzo).
Tienen ambas formas en común, que proceden del mismo verbo vincere (vencer).
Siendo la única diferencia entre ambos que, mientras vincens es la
forma del participio presente del verbo, víctor hace referencia a una
cualidad permanente. Fue un nombre muy popular durante los primeros siglos
del cristianismo, pues de este modo se quería honrar la victoria de Cristo.
Pero en la edad media disminuyó mucho su uso, para volver a experimentar un
gran auge y extenderse por toda Europa a partir de la Revolución francesa.
En el siglo XIX, con la exaltación del patriotismo, volvió a tener un
notable resurgimiento. En el siglo XX ha habido cierto retroceso, pero en
cambio su femenino Victoria, está en pleno vigor.
San
Víctor, mártir de
finales del siglo III, bajo el poder de Maximiano. Era Víctor oficial del
ejército romano, cuando llegó el emperador a Marsella y los cristianos de
esta ciudad, recordando el episodio de la Legión Tebana temían lo peor, por
lo que se encerraron en sus casas, para escapar a la furia anticristiana de
Maximiano. El joven oficial vio que sus hermanos cristianos necesitaban su
ayuda, por lo que se dedicó a socorrerlos y a reconfortarlos. Sorprendido en
esta actividad por los espías del emperador, fue conducido ante los
prefectos Asterio y Eutiquio, quienes se esforzaron en disuadirle de su
actitud y de su fe. Víctor no sólo no se arredró, sino que intentó convertir
a los prefectos, que le hicieron atar de pies y manos y pasearlo así por la
ciudad, para que fuese escarnecido por el populacho. Volvió Víctor de este
castigo cubierto de sangre por los golpes recibidos, y viendo los prefectos
que ni aún así renegaba de su fe, mandaron torturarlo lentamente, hasta que
cediese. Los tres soldados encargados de su vigilancia quedaron tan
admirados de la fe y la fortaleza de Víctor, que se convirtieron al
cristianismo y se hicieron bautizar. Irritado el emperador por este revés,
mandó conducir a los cuatro a la plaza pública, y después de incitar al
populacho para que los maltratara, hizo decapitar a los tres soldados,
reservándose a Víctor para reducirlo por el tormento. Fue sometido tres días
a crueles azotes; pero viendo que su fe se mantenía igual de firme, decidió
por fin hacerlo decapitar.
La Iglesia
ha elevado al honor de los altares a más de cuarenta santos con el nombre de
Víctor. Las principales fechas de celebración de esta onomástica son:
el 25 de febrero(S. Víctor, martirizado en Egipto el año 300, junto con
Sóstenes, que se convirtieron al oír a santa Eufemia cuando era
martirizada); el 12 de abril (san Víctor, mártir portugués); el 14 de
mayo(S. Víctor mártir, soldado de la legión romana. S.II) el 21(S. Víctor
oficial del ejército romano) y el 28 de julio (S. Víctor papa) y el 26 de
agosto (S. Víctor martirizado en Egipto junto con Victoriano, Nicéforo,
Claudio, Serapión). El estimulante significado del nombre y la multitud de
santos, papas, reyes y grandes personajes de todas las artes y saberes que
lo han llevado, son como para sentirse sumamente satisfecho del mismo.
¡Felicidades!