CA LA
MARIA, PARA DORMIR, DESAYUNAR Y VIVIR COMO EN CASA
Por Ferran Martínez
No es un cumplido afirmar que en Ca La Maria (Còrcega,284) se duerme, se desayuna y se vive como en tu propia casa. Su patrona, Maria Inglada Figueras, compartía con su hermana Neus el céntrico piso del Eixample barcelonés, reconvertido desde hace tres años en un hotel de cuatro habitaciones. Maria se inclinó por arquitectura siguiendo los pasos de su progenitor. Roser, su madre, también le inculcó el buen gusto por los decorados interiores. Sin embargo, al año de trabajar en la inmobiliaria de Calafell, Maria optó por abandonar el negocio familiar y labrarse su propio camino.
A ella le seduce la hostelería, le encanta viajar y siente pasión por la cocina. Sus pasteles, sus variadas tartas saladas y sus mermeladas caseras hacen las delicias de sus huéspedes a primeras horas de la mañana. “Nunca habíamos disfrutado de la primera comida del dia como en tu casa”, piropean la mayoría de clientes. Les faltan ojos para deleitarse con el espléndido buffet que Maria les ha preparado como si fuera para su familia. Todo casero. Pan recién comprado. Embutidos de la tierra. Un pastel diferente cada día de la semana. Además, se pueden tomar un café o un refresco a cualquier hora del día. Hay una cajita donde voluntariamente dejan una propina que irá a parar al Banco de Alimentos.
El sol penetra con intensidad en Ca La Maria. Las amplias habitaciones, todas con nombres que son historia de Barcelona, se iluminan con todo su esplendor. Recorriendo las estancias la sopresa salta a la vista cuando se contemplan los cuadros que visten las paredes, como la habitación Liceu con una obra del 2000 de Perejaume. Del mismo año, en la Expo 1929 el huésped descubre otra joya como el Dpb 01 de Thomas Ruff. En la habitación Eixample deslumbra un Bcn Eye Trip (2008) de Francesc Ruiz. En Canaletes, un impresionante Meeting Piece (2007) de Jonathan Mok cautiva a sus moradores y en la que Maria, ha bautizado como Montjuïc, está inmortalizado un Barcelona (Institut de Cultura 2003) de Spencer Tunik.
Todas las habitaciones, algunas con altillo incluido para leer o gozar de más intimidad, son diferentes como los baños, equipados hasta con cepillo de dientes.
El confort se traslada hasta la sala-biblioteca con cientos de libros en diferentes idiomas y música catalana para hacer patria como defiende la patrona.
Al tiempo que elabora una deliciosa mermelada de fresas que ella misma cultiva en la terraza o le da el último toque al apetitoso yogourt de frutas naturales, Maria aconseja a sus clientes distintas rutas por la ciudad. Sus preferencias se sitúan en la torre de Santa Maria del Mar, pasando por el Parc Güell, los Bunkers del Carmel o los monumentos modernitas que jalonan el Passseig de Gracia. Sin embargo, casi ninguno de sus huéspedes se marcha de Barcelona sin haber descubierto la ciudad desde el mar, a bordo de Las Golondrinas que zarpan desde el Monumento a Colón.
El “chill out” de la terraza, apetece a cualquier hora. Especialmente al atardecer cuando llegas a “tu casa” y te liberas de los zapatos, botas o zapatillas que han pisado el asfalto de Barcelona. En este espacio exterior también se celebran comidas de empresa, presentaciones de libros o de producto, respetando siempre el horario nocturno.
Maria recibe a cientos de turistas de todo el planeta. Americano-canadienses, ingleses, alemanes, suizos, belgas y australianos encabezan el ránking de las 3.000 pernoctaciones (6.000 clientes) que han reservado habitación en Ca La Maria durante estos tres años de vida de un hotel diferente, donde se duerme, se desayuna y se vive como en tu propia casa.
info@calamariabarcelona.com -Telf. 34-93 2182453
Precio medio habitación con desayuno para dos personas 120 euros en invierno y se incrementa hasta los 180 euros en verano o temporada alta.
