LÉXICO - RELIGIÓN

LIMOSNA

Viene del griego elehmosunh (eleemosýne): una palabra bien hallada por el cristianismo y que hizo fortuna en todas las lenguas de nuestro ámbito cultural. Para los romanos, lo más parecido a la limosna era la stips: manum ad stipem porrigere era tender la mano para pedir limosna; emendicare stipem, mendigar limosna; stipe precaria victitare, ir viviendo precariamente de limosna. Stips, stípitis es el nombre de una moneda de muy poco valor (igual que el óbolo es el nombre de una pequeña moneda griega), emparentada con estipendio, que tiene que ver con impuestos y tributos primero, y con pensiones luego. Es decir que en las culturas en que no se cultiva el amor al prójimo necesitado, el indigente apela al poco valor de la moneda que pide, no a la buena voluntad del donante. En la cultura cristiana, en cambio, la limosna está marcada por la caridad; es una obra de misericordia. Y el vivir de limosna no es un oprobio, sino un estado dignísimo para un cristiano. Ahí están las órdenes mendicantes, cuyo primer fundador fue san Francisco de Asís, de sobrenombre El Pobrecillo. Y pordioseros eran los que pedían una limosna por el amor de Dios.

Elehmosunh (eleemosýne) se formó en el griego clásico, pero se usó muy poco hasta que se apropió de ella el cristianismo. Calímaco, un poeta del siglo III a. J.C. la usó con el valor de piedad, compasión. Diógenes Laercio, de la misma época, le da ya el valor de limosna. Con toda seguridad no fue éste su valor dominante ni frecuente su uso, porque los clásicos no lo reflejan. En la versión de los 70 del Antiguo Testamento aparece esta palabra griega muy contadas veces; el concepto, en cambio, está presente desde el Éxodo, expresado en variadas formas descriptivas. En el Nuevo Testamento, cuyos únicos originales conservados son griegos, adquiere la palabra elehmosunh (eleemosýne) carta de naturaleza. Procede del verbo eleew (eleéo) que significa tener compasión, tener piedad (Kurie elehson / Kýrie eléison = Señor, ten piedad). En el mismo grupo léxico están el adjetivo eleeinoV (eleeinós) = digno de compasión, que excita la piedad; y elehmwn (eleémon) el que es compasivo, el misericordioso. Ambas palabras se usan desde el propio Homero. Es de observar que en latín estos términos se traducen respectivamente por miséreor, miserábilis (= digno de compasión) y misericors (misericordioso, con corazón para el miserable). Falta sin embargo el término equivalente a elehmosunh (eleemosýne), que ha de incorporar el latín mediante la mera transcripción de la palabra griega. La gran novedad de esta palabra es que con ella se indica que la materia prima de la limosna no es la moneda, sino los sentimientos de piedad, de compasión de solidaridad. La ayuda económica es la consecuencia.

Tenemos como curiosidad léxica que una de las pensiones más antiguas en España es la que se denominaba en los Presupuestos Generales del Estado, Limosnas de Almadén. Bajo este epígrafe se dotaban las pensiones de los jubilados e inválidos de las minas de mercurio de Almadén (argento vivo lo llamaban en la Edad Media). Fueron creadas por el Montepío fundado para este fin en 1635, y absorbidas luego con ese mismo nombre por el Estado, propietario de las minas.

Mariano Arnal

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