ARTICULOS - RELIGIÓN Y VALORES HUMANOS

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La verdad es que el sacramentum romano, origen léxico de todo sacramento, y quizá también de todo sacramental, fue una venerable institución jurídica que duró cerca de medio milenio. Uno de los aspectos llamativos del sacramentum es su singular ritualización. Es sin duda la primera fórmula jurídica del que sería el ingente corpus iuris que hemos heredado de los romanos. Su singularidad estriba en que está a medio camino entre la acción física y la jurídica. No niega el derecho al empleo de la violencia para recuperar lo que ha sido sustraído, sino que le va dando a ésta un carácter cada vez más simbólico, hasta que por fin se extingue totalmente el sacramentum, y con él el derecho al recurso de la violencia en el ámbito civil. Nos importa averiguar por qué fue esta institución la que cedió el nombre a nuestros sacramentos. Como dice el Catecismo en el epígrafe 774 bajo el título "La Iglesia, sacramento universal de la salvación", La palabra griega "mysterion" ha sido traducida en latín por dos términos: "mysterium" y "sacramentum". En la interpretación posterior, el término "sacramentum" expresa mejor el signo visible de la realidad oculta de la salvación, indicada por el término "mysterium"... ¿Y qué era el "mysterion" para los griegos? Era un rito religioso secreto, reservado a iniciados, porque en él se representaban acciones que si no eran entendidas en su valor simbólico eran mal interpretadas y por consiguiente sometidas a la profanación. En todo rito hay una representación sacra. A la hora de traducir esta palabra, los primeros cristianos bifurcan por una parte el aspecto de secreto, arcano, inaccesible al entendimiento, que colocan bajo la palabra mysterium; y por otra el aspecto ceremonial de los misterios, que ponen bajo la palabra sacramentum, que es entre los romanos el nombre de una ceremonia judicial en que se representan acciones que obedecen a una filosofía anterior a la institución del derecho, pero que tienen carácter sacramental, es decir que sin ellas no es posible acceder a lo que se reivindica. El sacramentum era el único mysterion laico, que no era secreto por tanto (aunque sí que tenía su misterio, es decir que necesitaba claves de interpretación), y que actuaba, como actúan todos los sacramentos, ex opere operato (por la acción realizada), imprescindible por tanto para alcanzar el fin al que estaba ordenado. Esa podría ser la razón por la que el cristianismo adoptó este nombre para sus sacramentos; y el hecho, claro está, de que caiga la palabra en el campo léxico de lo sagrado. Cicerón, que había perdido ya la fe en los ritos jurídicos (con lo bien que le va a la justicia ser ritualista), ironizaba sobre el sacramentum. El Catecismo en el parágrafo 875 vuelve a explicar ... Este ministerio, en el cual los enviados de Cristo hacen y dan, por don de Dios, lo que ellos, por sí mismos, no pueden hacer ni dar, la tradición de la Iglesia lo llama "sacramento"... Ahí está la sustancia del sacramento, en la virtud propia del rito. Los sacramentos, dice el párrafo 1116 del Catecismo, ...son "las obras maestras de Dios" en la nueva y eterna Alianza. Y por lo que a nuestra lengua respecta, queda abierto el interrogante de cómo tanto el misterio como el sacramento (por la vía sacramental) son nombres de representaciones sacras.

EL ALMANAQUE sigue hoy averiguando cómo ha llegado a nosotros la palabra sacramento, y cómo hemos ido pasando paulatinamente de los ritos al teatro sacro, uno de los prodigios de nuestra literatura y de nuestra escena.

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