Los
CELOS
“de todos
modos, YO soy otro”. Juan Gelman.
¿Existe alguna “formula” para el amor?.
Hoy voy a hablar sobre una posible formula del amor y también sobre
la de los celos.
En cuestiones de amor, parecería
que no basta que uno de los dos ame al otro, es necesario además ser
amado, poniendo en evidencia que se ama para –también- ser amado.
Ahora simplifiquemos lo anteriormente dicho, llamándole “X” a aquel
a quien se ama (que para cada cual tendrá su nombre) y obtendremos
la formula del amor:
a)
YO LE AMO, así mismo,
b)
“X” ME AMA.
A simple vista
parecería que no des-cubrimos nada nuevo, pero avancemos un poco
mas e introduscamonos en el tema de los celos.
En los
celos lo que tenemos es que la persona a la que se ama, y por
consiguiente de la que se pretende ser amado (“X”), ama a otra que
no soy yo, y a la que llamaremos “Y”. Reducido esto a una formula,
tenemos
la formula de los celos:
a)
YO LE AMO,
pero b)
“X” AMA A “Y”.
Comparando las dos formulas apreciamos que el primer termino (a) no
cambia, YO LE AMO vale para las dos. La modificación se produce en
el segundo termino (b), el que hace referencia en ambas formulas a
los sentimientos del Otro, al amor del Otro, al deseo del Otro. En
el caso del amor se trata de un complemento entre el YO y su pareja.
En los
celos aparece un tercero, un rival, de la realidad y/o fantaseado,
que pone en peligro el complemento, que sentencia que el YO no
alcanza, no basta para cubrir el hueco que instala el deseo del
Otro.
El deseo
es el espacio libre que tenemos para poder querer, amar, sentir. A
esta altura bien podríamos preguntarnos:
¿le dejamos siempre un espacio al deseo?.
Un psicólogo
francés decía que “no se puede
desear lo que ya se posee, y no se posee aquello que se desea”.
Interesante frase donde se diferencia poseer y desear. Cuando se
pretende poseer algo, se piensa en términos de completud, de
poseerlo TODO, no dejándole espacio al deseo del Otro, y cada vez
que ello sucede no puede haber mas que sufrimiento y ansias de
liberación.
El celoso es aquel
que cree que puede colmar TODO el deseo de su pareja, se ofrece como
aquello que suturaría alguna falta-falla en el Otro. Su pareja o
partenaire, según él o ella, no necesita de otra cosa.
El rival aparece como el odiado, el enemigo, el perseguidor, “ese
coso” o “esa loca” que vino a encender el deseo de aquel que se
creía poseído. Tercero en discordia que señala que el partenaire
desea de otras cosas, que el amor no es posesión, sino más bien algo
contingente.
“Hace falta”
darse cuenta que el deseo del Otro puede incluirnos, pero que además
hay otras cosas.
Desde el psicoanálisis proponemos respetar éticamente
el espacio necesario para que el deseo pueda fluir libremente, sin
posesiones ni sugerencias directivas que conviertan al paciente en
un ser dependiente.
Respetar y causar el deseo es la labor de un psicoanalista. Porque
para poder amar primero hay que estar libres para querer.
Si usted desea hacer alguna consulta o
sugerencia,
el teléfono es el 420445:
psigoalvar@yahoo.com.ar desde ya
muchas gracias y hasta la próxima.