UN VIENTO QUE SOPLA

“Los barcos en el puerto están a salvo, pero no se hicieron para eso”.
JOHN SHEDD


¿Estar A salvo de que?, ¿de lo que siente?. Barcos atados a puertos, sujetos aferrados a su neurosis. 
Los sujetos lo son de la búsqueda. 
Se trata de recorrer distintos sitios, lugares, ocasiones. 
La vida como viaje podrá ser una aventura, o la tranquilidad de la repetición de días. 
Diferencia absoluta, entre lo que se es y lo que se debería ser, y no se es. 
Barcos que navegan por mares de lenguaje, que se las ven con tormentas que sacuden las velas del corazón. Barcos escondidos en puertos esperando el momento de echar a andar.

Y un viento-deseo que sopla haciendo flamear las velas de tu sentir, incitándote a una travesía.
Travesía que es atravesar, aun aquello a lo que tanto se teme. Solo atravesando “eso” dejara de invivirnos cual fantasma que acecha. Para comenzar la travesía es necesario soltar las amarras del siempre lo mismo, y esto es lo mas difícil, para navegar “hace falta” un deseo intrépido de des-cubrir, y dejar de cubrir la causa del malestar.
¿De que te res-guardas en ese puerto neurótico?. No te guardes lo que sientes y no te atreves a decir. En ocasiones el comenzar a decir, a poner en palabras el sufrimiento, trae aparejado una descarga que es sentida como alivio. Es un primer soltar amarras, pero todavía no es la cura de la neurosis. Todavía no has salido de ese puerto que te ata al sufrir. Para ello hay que sentir el viento en pleno rostro, un palpitar diferente, y las ganas de “vivir la vida”.
Aquel que no este dispuesto a emprender la aventura de un vivir diferente, no a-borde la travesía sicoanalítica. Aventura que recortará bordes, agujeros en la vida. Agujeros que tendrán que ver con ese Otro que siempre estuvo tan presente, incluso con su indiferencia, o con sus caprichos.
Capricho de quedar anclado al malestar. Capricho del Otro, que hoy asumes como propio.
Y el soplar del viento- ganas de vivir que in-flama tu corazón. Y hoy esa angustia que oprime y aburre en soledad. Y pides, suponiendo que tu Otro tiene lo que pides. ¿Acaso tu tienes lo que te piden?.
Faltas que impulsan a buscar. Búsqueda sin la tranquilidad de hallar un puerto. Puerto que es detención del deseo. Detención por angustia de hallar en esa falta constitutiva la CAUSA del deseo mismo. Y ese viento que sopla, y que cambiando tu dirección, rectifica tu posición como sujeto ante la vida.

Si UD. de

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Desde ya muchas gracias y hasta la próxima.

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