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PSICOÁNALISIS
LA ADOPCION COMO OPCION
“Cualquiera que sea el dibujo de nuestros pasos/
es
alrededor de tal vacío donde caminamos”.
Rilke.
Adopción es una palabra
que lleva en sus “orígenes” el estigma, la marca del deseo.
Etimológicamente significa Ad (a)- Optare (deseo).
En el caso que nos ocupa se trata del deseo de tener un
hijo. El deseo es espacio.
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Ser padres adoptantes es brindar un espacio en el que pueda
alojarse, albergarse aquel que será nuestro hijo. Espacio físico que
ocupara en nuestro hogar, en nuestro tiempo, espacio simbólico en la
historia familiar, donde la filiación reñirá con el origen, y un
espacio REAL, ya que ese hijo será la causa de nuestros deseos.
Los padres son el lugar donde un niño se transforma
en hijo.
Ad- opción es optar, elegir, elección que no deberá
ser forzada, se elige ser padre o madre, cuando elegimos ganamos
pero también perdemos algo. Siempre que elegimos lo hacemos entre
diferentes opciones, optamos por la que más deseamos y perdemos las
otras.
Aquel que opta, pone en juego su deseo.
El espacio que ocupara ese hijo será único e irrepetible, será el
suyo. No será el espacio que ha dejado otro y que él viene a
rellenar, a tapar. De aquí se desprenden algunos problemas del
tratamiento psicoanalítico de niños adoptados que ocupan lugares que
no le pertenecen, porque los padres los han ubicado en el lugar de
otro que ya no esta, por no haber podido realizar el duelo
correspondiente.
Ese espacio que brindan los padres adoptantes no es
el primero que ocupo ese sujeto. Hubo otro anterior, el del
“origen”, espacio en el seno materno sanguíneo, espacio que ocupo en
otro árbol genealógico.
En un sujeto adoptado, este espacio, en la mayoría de los casos aparece en
tinieblas, como si faltara. Lugar inexpugnable, cerrado bajo llave,
espacio que falta. Espacio del origen que es VACIO, sin sentido,
limite donde lo intimo “se anuda” con lo extraño.
Y la pregunta congelada: -“¿Qué fui para ellos?. El abandono y
la culpa: -“¿No era YO lo que ellos querían, lo que esperaban?”. Ese
que fui es sin respuesta, ese espacio es vacío que falta, angustia,
rechazo primario en su origen: ¿hijo de nada?. Búsqueda del origen,
donde se busca un “ser” que fue.
El ¿qué soy? es presente, cambio, recorrido. El ¿qué fui? es pasado
congelado, ser que no fue. ¿Acaso solo fui un objeto desechado?.
Intento de “descifrar” el enigma de su propia posición.
En ocasiones el niño posee una serie de recuerdos relacionados con
sus orígenes, donde se mezclan situaciones y personajes con lugares
y fechas que no corresponden. A estos recuerdos Freud los llamo
“recuerdos encubridores”, que encubren “eso” que para el niño no
tiene sentido.
Cuando un niño adoptado pregunta a un Otro acerca de su origen abre
un espacio allí donde el vacío aparecía como infranqueable.
Hay padres adoptantes que relatan, historizan parte
de esa historia en tinieblas, ganándole terreno al sin sentido. Casi
siempre este esfuerzo de poner en palabras no alcanza.
El hijo siente que debería haber algo mas, que algo “falta”.
Decidirse a consultar es una opción, y por lo tanto debe haber
puesto allí un deseo. Un psicoanálisis es un espacio nuevo que se le
habré a un sujeto, con el fin “original” de encausar su deseo de
saber, preparando el “salto” que le permitirá “caer” en lo REAL de
la vida.