PSICOANÁLISIS
  
Un decir y lo que era

 

“Y hasta mi propia sombra de vista me perdió”  J. Sabina 

 

Decir lo que se piensa sin pensar lo que se dice.

Freud le llamaba asociación libre. Diga todo lo que se le ocurre sin pensar demasiado lo que dice.

Mente que comienza a navegar.

Navegar entre islotes desconocidos. La aventura de guiar una barca a la deriva. “El psicoanalista, lejos de reprimirlo, lejos de abandonarlo a la suerte de la eficiencia tecnológica o al desdén del utilitarismo... diseña un dispositivo para que ese padecimiento subjetivo se exprese de la manera más amplia posible”.1.

Al sur de nuestro país tenemos muchísimas islas que no las consideramos propias hasta que no nos aproximamos, es decir hasta que no las sentimos cercanas, nuestras.

Con nuestras vivencias a veces nos pasa lo mismo, cosas que nos parecen tan lejanas, pero en cuanto nos acercamos despacito, la piel se pone de gallina.

Amores, y porque el último jamás fue el primero.

Amamos y porque eso nos hace humanos. Los antiguos y el último.

“Y no es prudente ir camuflado eternamente por ahí, ni por estar junto a ti, ni para ir a ningún lado, no me pidas que no piense en voz alta por mi bien, ni que me suba a un taburete, si quieres probaré a crecer, es insufrible ver que lloras y yo no tengo nada que hacer”, dice Serrat.

Los psicoanalistas escuchamos historias. Historiadores de la subjetividad de los tiempos que corren.

Cada quien con su historia, con sus peldaños, con esos escalones que día a día en su sesión va construyendo, de la manera más amplia posible.

Camuflajes, ¿a quien se quiere engañar?.

Camuflaje como vampiro.

Una tormenta que apaga el televisor.

Y allí andábamos navegando entre palabras.

Luego algo se duerme. La soledad no sabe que estas dormido. La soledad tiene miedo.

Y allí andábamos navegando entre palabras, entre espinas, “tropezando con palabras que se han hecho duras y eternas como las piedras, hasta el punto de que es más difícil que nos rompamos una pierna al tropezarnos con ellas que romper una de esas palabras”.2.

Tropiezos. Tropezando con palabras duras.

No es tan fácil el viaje. Es demasiado frágil.

Se suele encallar en algún islote olvidado, en-callar. Buscar en los escombros, en los precipicios.

Y la única certeza de sentir.

Y porque como bien dice y mal dice Ismael Serrano: “ya nada es lo que era, nuevos paisajes, nuevas fronteras, delimitando mis gestos, mis costumbres, otra lumbre iluminará mis versos, otros muertos mis soledades, otras felicidades mis fiestas, otras dudas mis certezas, ya nada es lo que era”. 

Referencias:

1.G. Lombardi, El síntoma y el acto, Atuel.

2.F. Nietzsche, Aurora, M.E edit.




GABRIEL O. ALVAREZ. PSICOANALISTA

Mail: psigoalvar@yahoo.com.ar
Sitio en Internet: https://www.elalmanaque.com/psicologia/
Desde ya muchas gracias y hasta la próxima.

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