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BLADESTORM: LA GUERRA DE LOS CIEN AÑOS

 

En este videojuego serás un mercenario novato y en tu mano estará decidir nuestro sexo, aspecto y nombre, el nombre por el que, si todo va bien, todo el mundo nos conocerá unos meses mas tarde.  

Como mercenario que lucha para el mejor postor, empezaremos recogiendo contratos de poco calado para cualquiera de los dos bandos, aprendiendo las reglas del combate en un pequeño tutorial, y adquiriendo experiencia como comandante.  

Aquí debe quedar bien claro el mecanismo del juego, y es que no somos nosotros, nuestro personaje, el que luchará en solitario acabando con sus enemigos, sino que comandaremos una unidad de soldados a la que daremos órdenes en todo momento. Nuestro personaje combatirá a su lado, mano a mano, pero no tendremos combos de golpes que asestar al mas puro estilo juego de lucha. Las habilidades pertenecen a toda la unidad, y nuestro personaje tendrá las mismas habilidades especiales que el resto de la unidad que comanda.  

Así, durante el juego nuestra habilidad en el combate no será tan importante como nuestra habilidad para mandar tropas correctamente, atacando a los enemigos por los flancos, utilizando las tropas adecuadas en el momento adecuado, aprovechando correctamente las características de cada unidad…  

El mecanismo es sencillo, elegiremos nuestro contrato de entre los varios que se nos presentan, y apareceremos en el campo de batalla en una de las bases de nuestro bando. Como mercenario contratado por el rey, tendremos poder para dirigir cualquier unidad que no esté ya bajo el mando de otro comandante, o que no esté emplazada en la defensa de una fortaleza . Simplemente nos acercaremos a ella y la elegiremos para llevarlos al combate. Podremos también cambiar de unidad en cualquier momento, o incluso utilizar tropas que previamente hayamos reclutado como mercenarios a sueldo, que pelearán para nosotros. El kid de la cuestión es que existen muchos tipos de unidades disponibles, y cada tipo de unidad tiene unas características y ataques especiales muy diferentes del resto.  

Por ejemplo, si seleccionamos una unidad de caballeros con lanzas, dispondremos de gran movilidad y podremos causar grandes daños a la infantería utilizando cargas de caballería, pero seremos muy vulnerables contra soldados con picas o espadas de dos manos. Si elegimos una unidad de arqueros, podremos sembrar el cielo de flechas y acabar con unidades enteras desde la distancia, pero como se acerquen a nosotros en cuerpo a cuerpo, podemos despedirnos, solo nos quedará la huída. Así, tendremos también unidades con armaduras pesadas, capaces de aguantar en melée durante largos períodos sin sufrir bajas; soldados con mazas y escudos capaces de aturdir al enemigo o golpearles con el escudo; soldados armados con alabardas, capaces de sembrar el caos en batallas masivas gracias a sus habilidades de ataque de área… podríamos seguir un buen rato, ya que existen decenas de unidades diferentes, y es ahí precisamente donde el juego gana en diversión. La variedad de unidades y ataques es lo que hace que cada batalla sea diferente, junto con los toques de rol, muy importantes, que se incorporan tanto a nuestro personaje como a las unidades que comanda.  

El aspecto rolero del juego se denota en varios aspectos: por un lado, tendremos que gestionar nuestra economía, comprando armas y armaduras, tanto para nosotros como para nuestros soldados en el campo de batalla. Podremos contratar mercenarios de entre todos los que presten sus servicios en la taberna de reclutamiento. O podremos comprar estandartes de guerra con los que mejorar las capacidades de nuestros hombres o empeorar las del enemigo en la batalla. Venderemos los botines que encontremos en nuestras conquistas, y usaremos también la paga que obtengamos por cada contrato, para realizar dichas compras y mejoras.  

Además, también ganaremos experiencia en el mando de nuestras tropas, que siempre tendrán un nivel de experiencia determinado por nuestra capacidad de mando. Si por ejemplo utilizamos mucho las unidades de soldados con espadas, ganaremos experiencia al mando de estas unidades y cada vez que comandemos una, esa unidad pasará a tener el nivel obtenido anteriormente. Además podremos utilizar puntos de experiencia para mejorar las habilidades básicas de la unidad, o sus ataques especiales, haciéndola aún más poderosa si cabe. Con un poco de insistencia y buen juicio, podremos llegar a tener auténticas unidades de elite capaces de despedazar a un enemigo superior con precisión y rapidez. Pero tampoco conviene centrarse demasiado en un solo tipo de unidad. Hay batallas que requieren más o menos velocidad, ataques a distancia, o simple y pura fuerza bruta. En la variedad está el gusto.  

Otro de los aspectos destacables del juego es su historia. Si bien los contratos sucesivos son generalmente batallas generadas de forma aleatoria y que solo duran varios días, de tanto en tanto tendremos batallas especialmente grandes, de duración indefinida, y con unos objetivos y recompensas mucho mayores de lo habitual. Estas batallas están basadas libremente en hechos reales y presentan escenas de introducción y finalización, con los personajes más relevantes de la época presentados al más puro estilo cinematográfico. Sin duda es de alabar el hecho de que, pese a ser un juego muy “arcade” y con personajes bastante fantasiosos, se mantenga cierto rigor histórico en el desarrollo de la trama. Ayuda a unir la cadena de contratos en los que las batallas en muchas ocasiones no pasan de ser un mero trámite.  

Y es aquí precisamente donde el juego tiene uno de sus puntos flacos. Pese a la variedad de los combates, los objetivos suelen ser básicamente los mismos: defender una fortaleza , pueblo, ciudad, o base, o atacar la del enemigo. A veces tendremos que atacar varias fortalezas, y otras tendremos misiones más variadas, como eliminar una determinada unidad del campo de batalla o mantener una base por cierto tiempo, pero estas misiones especiales son la excepción más que la regla. Aún con esta mecánica un tanto repetitiva, el juego nos ofrecerá muchas horas de diversión, porque no tendremos tiempo para respirar. Combates, gestión de recursos, mejoras de personaje, historias… el conjunto es muy entretenido.  

Técnicamente el juego se queda en el terreno de lo correcto. Tanto personajes principales como soldados y paisajes cuentan con buenos diseños y texturas, pero sin alardes de espectacularidad. Las ciudades son lo más interesante quizás, y el número de tropas en pantalla superará ampliamente los cientos en determinados momentos. En ningún momento hemos visto ralentizaciones de ningún tipo pese a estas cantidades de soldados peleando a la vez.  

El sonido está a mayor nivel, tanto los efectos de los combates como el sonido posicional son de gran calidad y nos meterán en la batalla con gran acierto, al más puro estilo de lo escuchado en las películas de “El Señor de los Anillos”. También las melodías de música clásica están bien elegidas, tranquilas en la posada, y apropiadamente épicas en los momentos de batalla.  

DISTRIBUYE: VIRGIN PLAY

Texto: Jesús Buitrago Durio

Coordina: José Buitrago Prieto (Director Delegación Madrid)

 


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