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MELCHOR GASPAR BALTASAR

Según una de las más bellas y fecundas tradiciones, Melchor, Gaspar y Baltasar, tres magos que representaban los tres mundos entonces conocidos: el europeo, el asiático y el africano, fueron a adorar a Jesús recién nacido y le ofrecieron sus dones.

Melchor era, según la tradición conservada y transmitida por san Beda el Venerable, un anciano de blancos cabellos y barba larga que ofreció a Jesús oro, como señal de reconocimiento de su realeza. En cuanto al nombre, Melki-or, "rey de la luz", hay quien supone que se lo dio la tradición en su calidad de representante de los pueblos del Mediodía, egipcios y etíopes, hijos de Kam. Gaspar representaba a los descendientes de Jafet. "Joven, lampiño y rubio", según la descripción de Beda. Cuenta la tradición que unió su suerte durante el resto de su vida a la de Melchor y Baltasar y que les sobrevivió a ambos, alcanzando la edad de 109 años. Otras tradiciones sostienen que los tres sufrieron el martirio. Baltasar (del hebreo Belsha'tstsar, que significa el dios Bel protegerá al rey) representaba a los descendientes de Sem (semitas). Era "negro y de espesa barba", según Beda. La riquísima iconografía sobre la Adoración de los Magos o Epifanía empieza en las catacumbas, con trece representaciones, y continuará en el románico, llegando a convertirse en el tema más frecuente a lo largo del gótico, el renacimiento y el barroco.

Los Reyes Magos son personajes reales, de cuya existencia nos da cuenta el Evangelio: "He aquí que unos magos de Oriente llegaron a Jerusalén diciendo: ¿Dónde está el recién nacido rey de los judíos?... Y he aquí que la estrella que habían visto en Oriente, iba delante de ellos, hasta posarse encima de donde estaba el niño. Al ver la estrella tuvieron un gozo indecible. Entraron en la casa y encontraron al niño con María su madre, e inclinándose le adoraron. Y abriendo sus tesoros, le ofrecieron oro, incienso y mirra." (Mateo 2, 1-12). Las más antiguas tradiciones, fijaron en tres su número y les dieron el rango de reyes. Es muy verosímil que fuesen da casta sacerdotal, dedicados a la ciencia, en especial a la astronomía, y que procedieran de Persia o Babilonia, donde a causa de las deportaciones eran conocidas las creencias de los judíos y su espera del Mesías.

La piadosa tradición cuenta que los Magos fueron instruidos en la fe por Santo Tomás apóstol y que murieron mártires. En tiempos de Constantino se trasladaron sus restos de Palestina a Constantinopla y de ahí a Milán, de donde los sacó el emperador Federico Barbarroja en 1164 para regalárselos al obispo de Colonia, quien construyó sobre ellos una preciosa catedral, el más bello monumento de la arquitectura ojival.
El mayor regalo que han hecho los Reyes Magos a la humanidad, es haberse convertido en la gran estrella que ilumina y revive nuestra infancia año tras año.

Si te llamas Adoración, Dora, Dori, o Reyes, es también hoy tu onomástica. ¡Felicidades!