EDITORIALES  MES de MAYO

LUNES - EL DÍA DE LA LUNA
Identificada con Diana, la diosa femenina de la luz.

La mujer, la casa, la familia.Medicina

DIA  3

LA LIBERTAD TAMBIÉN TIENE FECHA DE CADUCIDAD

El día de la libertad de prensa es bueno para reflexionar sobre la libertad de opinión. Es una flor realmente rara. Un botón de muestra: de vez en cuando recibimos en EL ALMANAQUE e-mails de periodistas que ejercen en Cataluña y en el país Vasco. Nos felicitan por nuestra libertad de opinión. Se lamentan de que en las redacciones de sus medios existe una "doctrina oficial" sobre nacionalismo y que es impensable que a alguien se le ocurra salirse de esa doctrina. Nadie cuestiona sus derechos; pero el ejercicio de los mismos es una heroicidad suicida. Como ocurre en Cataluña con el derecho a la enseñanza en español. Nadie la cuestiona; pero los mismos que han proclamado ese derecho, ponen todos los medios para que sea imposible ejercerlo. A los periodistas que nos escriben, nadie les prohíbe expresarse libremente. Pero esa libertad sólo pueden ejercerla en tanto en cuanto coincida con la voluntad de la empresa, que a su vez sólo podrá gozar de las subvenciones mediante publicidad institucional y parainstitucional si se mantiene en la ortodoxia nacionalista. Todos los medios de comunicación privados de Cataluña y del país Vasco saben que si se apartan de la ortodoxia nacionalista, tienen los días contados, porque el sistema controla las llaves del oxígeno y con un simple gesto pueden decidir su asfixia económica. La verdad pura y simple es que todos los medios de comunicación de estas comunidades son rehenes del poder político nacionalista. Luego, cuando pasen cosas inexplicables en una sociedad libre, nos maravillaremos de que la población esté aletargada y sea incapaz de reaccionar ante auténticas barbaridades. ¿Cómo va a ser capaz de reaccionar la población si está siendo indoctrinada desde todos los medios de comunicación? Eres confortable y felizmente libre si piensas, hablas y ejerces en nacionalista; pero si decides ser crítico con el nacionalismo, si se te ocurre salirte de la ortodoxia nacionalista, el ejercicio de la libertad se te convierte en un auténtico Vía Crucis.

EL ALMANAQUE propone una vez más el entrenamiento en la libertad de opinión. Si uno tiene facultades y no las entrena, las atrofia. Si tiene derechos y no los ejerce, los pierde. La libertad también caduca.

DIA  10

ÉRAMOS POCOS Y PARIÓ LA ABUELA

No es casualidad que las dos últimas guerras europeas se llamen MUNDIALES, ni es casualidad que se hayan originado ambas en los Balcanes, por la inestabilidad que los Estados tienen en esa zona a causa de su diversidad étnica, fomentada y alimentada desde fuera como quien va dando codazos sin querer; porque los grandes Estados de Europa tienen ahí algunas diferencias que dirimir, y los dos grandes bloques, posiciones estratégicas que ocupar. Ni es casualidad tampoco que en los tres casos la guerra haya empezado como una operación de castigo en defensa de una etnia agredida, en plan humanitario (aunque entonces no habían descubierto aún este talismán para mover a la opinión pública). Es también una constante de estas guerras, que como las razones humanitarias son de usar y tirar, pronto se echan en olvido y como es propio de toda guerra, acabe siendo mucho peor el remedio que la enfermedad. No es casualidad tampoco que estén ahí los Estados Unidos como principal protagonista, ni que esté afianzándose cada vez más Rusia como coprotagonista. Ni es casualidad (aunque el desencadenante parezca casual hay que preguntarse, como en los juicios, cui prodest, a quién beneficia; de momento se parece tanto a la noche de los cristales rotos, tiene tal pinta de traición, que el Pentágono ha echado el cerrojazo del secreto), no es casualidad que aparezca China en escena, dispuesta a ponerse del lado de Rusia para equilibrar las fuerzas de los dos bloques enfrentados. No es casualidad que acudan las grandes potencias como moscas a la miel, alineándose cada una en el bando que más conviene a su estrategia. Por razones estratégicas a los Estados Unidos les urge recoger los frutos del desmoronamiento del Pacto de Varsovia, y han elegido como Escenario los Balcanes; para Rusia y para China es vital que no se salgan con la suya. Y, hay que ver lo que son las "casualidades" de la guerra, ahí se han encontrado los tres como quien no quiere la cosa: el uno por razones humanitarias, el otro por ayudar a sus amigos de siempre, y el tercero porque le han bombardeado la embajada. Rusia y China están ya donde querían estar, parándole los pies a la OTAN. Ha cambiado totalmente el panorama. Ahora es ya el que se tenía que haber previsto desde el principio que acabaría siendo. Es difícil que tanto Rusia como China encuentren un escenario más adecuado que los Balcanes para hacer morder el polvo a los soberbios Estados Unidos. De hecho, les basta ayudar a Milósevich. Por eso es también posible que sean ellos ahora los que tengan ganas de alargar la guerra y jueguen con el orgullo de su enemigo, llevándolo a rastras tanto como puedan.

EL ALMANAQUE sigue al quite, y por mantenerse en su estructura temática, hoy lunes estudia la palabra manicomio

DIA  17

GUERNICA II

El Pentágono está nervioso con los escrúpulos de sus blandengues socios de la OTAN. Algunos estrategas están convencidos de que pueden romper el principio válido hasta ahora, de que una guerra no se puede ganar sólo desde el aire. Están empeñados en demostrar que sí, que sin una sola baja, sin despeinarse siquiera, pueden liquidar a su enemigo. Seguramente tienen razón. Sólo es cuestión de que les dejen continuar el experimento hasta el final. Como bien razonan los altos jefes del Pentágono, si no les funciona la nevera a los servios, despotricarán contra el culpable, que es Milósevich; si van a abrir el grifo y no tienen agua, maldecirán a Milósevich. Si no tienen qué comer, desatarán sus iras contra Milósevich; y si el resultado de toda esa eficacia bombardera es que van cayendo los servios como moscas, morirán con el nombre de Milósevich en los labios. ¿Hasta cuándo? No se sabe, hay que seguir adelante, no hay que cejar en el empeño. Después de haber arrasado Hitler todo Varsovia, los judíos seguían acosando a sus tropas y ocasionándoles dolorosas bajas. Cuando sólo les quedaban los sótanos y las cloacas, aún seguían resistiendo los judíos, y los alemanes cayendo. El Pentágono tiene soluciones también para esto. Desde el aire puede lanzar miles de bombas que revienten hasta las cloacas, y el soldadito americano, sin despeinarse siquiera. Es un gran experimento humanitario. Ya se sabe, se sacrifican unas cuantas decenas de miles de vidas (de los demás, claro), pero se salvan centenares de miles. Hay que tener el valor de optar por la solución más humanitaria. Siempre que sea militar, por supuesto. El alto mando de la Wehrmacht también intuyó que machacar a la población civil podía constituir un poderosísimo objetivo militar colateral. Allá que se fueron, pues, con la división Cóndor, a bombardear Guernica. A ver qué tal les salía el experimento. Se trataba de hacer un trabajo bien hecho, de alta profesionalidad. Intensivo. Les salió redondo, las fuerzas aéreas del Reich se sentían orgullosas. Y bien, aprendieron una nueva estrategia que utilizaron profusamente en la segunda guerra mundial. Asolaron las ciudades europeas. Los buenos y los malos. Quién nos dice que no se está decidiendo en Servia el futuro de la humanidad. Si se demuestra que desde el cielo se puede poner orden en la tierra, sin ningún costo (en vidas, se entiende, porque el precio de la guerra siempre lo pagan los vencidos), habrá valido la pena, para asegurar el nuevo orden mundial, sacrificar unos pocos servios, que además bien ganado se lo tienen, por estar en el bando de los malos. Alguien lloró en su momento por Guernica; dejad que las plañideras del bando de los malos lloren también a sus colaterales.

EL ALMANAQUE, sin olvidar la guerra, dedica hoy lunes su reflexión filológica al prospecto.

DIA  24

PARAÍSOS DE DISEÑO

El objetivo es loable: se trata de convertir este valle de lágrimas en un nuevo paraíso. El último ensayo, del que aún no nos hemos librado, es a través de la química. Lo de hacer de esta vida un anticipo del Paraíso mediante el antiguo y eficaz procedimiento del como si, está ya muy visto. Todas las religiones han intentado con desigual resultado mejorar nuestras condiciones de vida y sobre todo nuestras relaciones mutuas mediante procedimientos conductuales, cimentados en principios doctrinales profundos; porque otro sistema de automoción de las conductas no se ha inventado todavía. Es muy saludable fingir que todo va bien. Ayuda lo suyo. Pero la modernidad se caracteriza por la prisa, por la impaciencia. Hoy queremos gozar del éxtasis pero sin pasar por el largo camino ascético. La química nos lo resuelve. Una pastilla, y entra uno en éxtasis por un buen rato. Así de fácil. Que luego, cuanto más alto levites, más dura será la caída, no importa en exceso. Son las facturas normales de la impaciencia. Que estamos deprimidos, no es necesario que removamos las causas de nuestra depresión; que nuestra autoestima sufre una merma, tampoco importa. Ya está todo inventado. Podemos regular nuestra conducta y nuestros estados anímicos a base de inhalaciones, píldoras e inyecciones. Hemos reconquistado el paraíso. No definitivo, que no tendría gracia ni emoción ni riesgo, sino un paraíso de usar y tirar, un paraíso de consumo, como exigen los tiempos modernos. Es el mundo virtual que nos hemos inventado. Sin movernos de la cama, sin despegar la vista de la pantalla, podemos vivir grandes aventuras. La modernidad sigue empujando. Eso de que te metes tú en la pantalla a vivir tus aventuras, ya ha quedado anticuado. Ahora es la pantalla la que se mete en ti, la que controla tus emociones. Ahora el propio juego te crea el clímax en el que te dice que te toca tomarte la pastilla para controlar tu estado de ansiedad. Es una nueva oferta vital a la que se apuntan miles y miles de jóvenes. A falta de otros retos y otros riesgos, a falta de una sólida preparación para otras aventuras, se les ofrece el camino de los paraísos químicos, la opción de otros vértigos con resultados inmediatos y espectaculares. Un mundo de entrada fácil y de salida difícil, al revés del mundo real.

EL ALMANAQUE se da hoy una vuelta por léxico de la droga, que se ha infiltrado con excesiva naturalidad en nuestras vidas y en nuestro lenguaje, y ofrece como contrapunto el monólogo de Segismundo de Calderón.

DIA  31

EL USUARIO

Los nombres de las cosas influyen en ellas, y acaban conformándolas. Al final pueden más los nombres que las cosas. Lo estamos viendo cada día. Y en una guerra o en una campaña electoral, más todavía. No es baladí el esfuerzo por ponerles nombres a las cosas (que no es lo mismo que llamar a las cosas por su nombre). Las cosas son finalmente lo que decimos que son. La medicina ha evolucionado en muchos sentidos. El médico ha sido siempre el médico, por nombre más honroso, el doctor; pero aquel a quien atiende el médico ha ido cambiando de nombre. Cuando sólo se recurría al médico si se estaba enfermo, éste era el nombre indiscutible desde el punto de vista profesional: el enfermo. Con el tiempo se puso de moda la denominación más elegante de paciente. Desde el punto de vista económico, era el cliente. A raíz de la progresiva implantación de la medicina preventiva, ya no se le podía llamar enfermo, porque no siempre lo era, ni totalmente paciente, porque a menudo no padecía ninguna enfermedad. Y por otra parte llamándole exclusivamente con la denominación económica, parecía que se primaba la relación mercantil sobre la profesional. Desde la socialización de la medicina, tampoco tenía sentido llamarle cliente, porque en realidad no lo era. Aunque a los que pagan, para distinguirse de los que no pagan, les gusta que les llamen clientes. Hasta que se llegó por fin a la denominación actual, tan neutra que da frío: usuarios de la medicina. Ni enfermos, ni pacientes, ni clientes. Usuarios. Bueno, que por fin es como si se hubiesen propuesto funcionar según el principio de "Todo por el enfermo, pero sin el enfermo". Y es bien posible que sean en buena parte responsables de ese planteamiento de la asistencia médica moderna los orígenes que trae: la medicina de guerra por una parte, y la medicina laboral por otra. Cuando no es el propio paciente el que acude al médico, sino que es el jefe del paciente o su gobernante quien requiere sus servicios, está claro que éstos se tienen que acomodar a los intereses del que paga. Este planteamiento tiene consecuencias extraordinariamente beneficiosas en la evolución de la medicina. Al existir en el sector un gran patrón, la gran medicina, llamémosla hospitalaria, es la reina. Se vuelcan en ella unos recursos que nunca podrían costear los usuarios de los hospitales. Éstos tienen que guardar a menudo largas colas para entrar, pero una vez dentro, están como reyes. La otra cara de esta brillante moneda es que lo que abunda en la medicina hospitalaria escasea en la medicina ambulatoria. Y claro, los pacientes no empezaron a serlo al entrar en el hospital, sino que venían siéndolo desde mucho antes. El paciente no es el cliente ni cuando está fuera ni cuando está dentro.

EL ALMANAQUE recorre hoy lunes algunos de los nombres que ha ido teniendo el enfermo en el sistema sanitario.