REO

Del latín res, rem (cosa), reo es el que ha hecho la cosa de que se le acusa. Procede de reus, con el mismo significado que en español. Su valor de uso más frecuente es el de "acusado": de vi reus = acusado de violencia; rei capitalis reus = acusado de un crimen (de una cosa) capital; avaritiae reus = acusado de avaricia. Derivado de este valor, tiene el de "obligado a cumplir algo", "responsable", "deudor": reus voti = obligado a cumplir un voto; reus dandi = obligado a dar; reus fortunae (malae) = responsable de una desgracia. En resumen, que aquel que hace una cosa es per se responsable de esa cosa y es la propia cosa la que le hace reo de la pena que con la cosa vaya aparejada. Lo que no puede ser en la mentalidad latina (y diría que en ninguna otra) es que uno haga la cosa y otro sea el culpable de esa cosa. Es decir que la propia naturaleza de las palabras rechaza que alguien pueda ser reo del daño que otro le hace. Merecedor, digno, o cosas por el estilo, sí. Pero reo, no.

Ni tampoco acusado. Se le podrá acusar de los daños y crímenes que haya hecho él y que hayan dado lugar al castigo. Pero acusarle a alguien del castigo que recibe, va contra los principios más elementales de la lógica (logoV / lógos) y del lenguaje. Por eso da vergüenza escuchar de boca de Aznar y de Solana, recitando como loros la lección de Clinton, que Milósevich es el responsable de los bombardeos y de sus efectos colaterales. "Él y nadie más que él", remachan los tres a coro. De eso, nada. Cada uno es reo de las cosas que él hace, y a cada uno se le puede acusar de las cosas que él hace. Hasta ahí podríamos llegar. Que jueguen con sus bombas, que suyas son; se las cedimos al votarles. Pero que no jueguen con la lengua y con las palabras, que no se las cedimos con el voto.

Volviendo a la acusación, hemos de tener presente que si bien su origen es la palabra latina causa, que significa, además de causa, excusa, pretexto y también enfermedad (la causa o la excusa más común), y asunto, materia. Estos últimos significados son los que nos han permitido adoptar la palabra causa para derivar de ella cosa, desestimando res. Para nosotros acusado viene a ser el que hace la cosa. Y acusar a alguien es designarle como causante de una cosa. En cualquier caso, reo y acusado tienen en común que ambos se refieren a la responsabilidad objetiva. Se busca la vinculación directa de la cosa con el causante (cosante diríamos sin diptongar), y se acusa a aquel que tiene que ver directamente con la cosa (ad = junto a, pegado a la cosa, ad-cusatus). Estar uno totalmente pegado a la cosa, tanto que es el causante, el elemento indispensable para que se produzca la cosa, y pretender acusar a otro, pretender que el causante es otro, es una trampa muy burda. Causante de los bombardeos sobre Servia y de los "daños colaterales" es la OTAN y los que de ella forman parte. Sobre ellos ha de caer por tanto la acusación, no sobre Milósevich, que ya tiene muertos con que cargar.

Mariano Arnal

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