ESTÁ RESULTANDO FÁCIL

Ayer fui invitado por Televisión Española a demostrar algo que la población ya ha asumido, y es que no hay que temerle al Euro. En unos grandes almacenes me fueron preguntando distintos precios puestos ya en euros, para ver cuál es su equivalente en pesetas. Esa es en efecto la última dificultad que nos queda por superar. Se extrañó mi entrevistador de que a la hora de pasar por caja pagase con pesetas. La explicación es sencilla: no me he apresurado a deshacerme de las pesetas, porque no me representa ninguna dificultad andar a caballo entre las dos monedas.

Es precisamente la desconfianza en la propia capacidad para el cálculo rápido y seguro, lo que ha inducido a la mayoría de la población a deshacerse de las pesetas lo antes posible, para no tener que andar haciendo conversiones y reconversiones. Por eso está previsto que el cambio de pesetas a euros quedará prácticamente resuelto para toda la población en un par de semanas.

Pero nos queda pendiente otro problema: ¿cuánto valen realmente las cosas cuyo precio conocemos únicamente en euros y pagamos con euros? El cambio de chip será algo más lento que el cambio de moneda, así que no estará mal seguir practicando para que los redondeos sean sólo eso.

Ejercicio. De memoria, pasa a euros una serie de magnitudes importantes como tu sueldo (el mensual y el anual), el precio del coche, el del piso, etc. Si eres aficionado al fútbol, pon en euros las fichas de los jugadores más caros.


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