Los vagabundos con historia
 

Cuando los mismos vagabundos se convierten en algo habitual en nuestra ciudad, comienzan a circular truculentas historias sobre ellos.

En todas las ciudades de tamaño medio siempre hay uno o dos vagabundos que, por merodear durante años por las calles más céntricas de la ciudad, son conocidos, al menos de vista, por todo el mundo.

Estos habitantes tan peculiares de las urbes, habitualmente son de avanzada edad pero sin llegar a ser viejos, visten ropas muy gastadas, pero con aspecto de haber sido de buena calidad en el pasado y suelen esconder sus rostros tras pobladas y descuidadas barbas, que les dan un aspecto aún más triste y melancólico.

 
Pobre hombre, tantos años de facultad para al final acabar de esta manera tan triste

A diferencia del resto de los "pidepelas", estas personas no suelen molestar a nadie, y se limitan a buscar su substento rebuscando entre las papeleras o cubos de basura, malviviendo de las limosnas que la gente les ofrece, aún cuando ellos no las estén pidiendo, tal es la compasión que despiertan sus lacónicos ojos.

Además, todo el mundo parece conocer la trsite historia de estos personajes, marcada por la tragedia y la locura. Al menos uno de los vagabundos es un antiguo catedrático a quien las excesivas horas dedicadas al estudio hicieron perder la cabeza, y pese a tener una aceptable pensión del estado, pasa sus días rebuscando en la basura en busca de objetos de lo más extraño, que va añadiendo a su carrito de la compra...lámparas viejas, perchas rotas y demás artículos inservibles siempre le acompañan.

También es habitual el pobre, por supuesto examinador de papeleras, que realmente es dueño de tres o cuatro edificios y decenas de casas alquiladas. Las malas lenguas afirman que vive rodeado de basura en una enorme casa de la zona vieja y que tiene calcetines repletos de dinero bajo su colchón, pero que la obsesión por el dinero le hizo volverse loco y desarrollar esa manía de rebuscar en las papeleras.

El tercer miembro de esta peculiar saga es, ni más ni menos que un eminente cirujano, normalmente neurocirujano para más señas, que tuvo que someter a su hijo a una complicada operación a vida o muerte debido a una extraña enfermedad que padecía. En otros casos la enferma era su mujer. Por supuesto, y dada su habilidad, no permitió a ningún otro médico realizar la operación. Lamentablemente el paciente muere a resultas de la intervención, lo que sume al pobre doctor en un estado de depresión que le lleva a olvidarse de todo, trabajo, amigos, familia, irse de casa y hacerse vagabundo. Desde entonces pasea su carrito de la compra repleto de objetos infantiles recuerdo de su hijo con la mirada perdida en el infinito.

FICHA RESUMEN DE ESTA LEYENDA URBANA
ORIGEN DE LA LEYENDA: La curiosidad ciudadana nos mueve a buscar los motivos por los que esa gente se ha visto abocada a tal situación.

POSIBLES VÍCTIMAS: Todo el que pregunte por lo que les ha podido pasar a los citados vagabundos.

CREDIBILIDAD: Bastante baja, es poco probable que nadie conozca la verdadera historia, que posiblemente es mucho más sencilla...le echaron del trabajo, su empresa cerró, etc.

MUTACIONES DE LA LEYENDA: Con cada nuevo "vagabundo habitual" que aparezca por la ciudad una nueva historia será creada simultáneamente

OBJETIVO: Despertar tu lado sensible y hacer que te compadezcas de los que no tienen tanta suerte como tú.