Es posible el verbo gradior, que significa simplemente andar, ir,
marchar, tenga una reminiscencia onomatopeica del sonido gr, que se
encuentra también en otras lenguas con significados parecidos. El caso es que en cuanto
se sustantiva y nos da gradus, se produce un salto cualitativo. Si gradior
significa andar, gradus sólo tendría que significar "paso",
"andadura". Pero no. Pasa a significar esencialmente escalón, salto, nivel,
zanja, avance rápido... Ambos elementos han resultado muy prolíficos. De ellos derivan
grado, grada, graduar, degradar, plantígrado, gradación gradiente, regresar, progresar,
ingresar, agredir, transgredir y los respectivos sustantivos. En todos ellos está
contenida de una u otra manera la idea de saltar.
Cuando pasamos al latín transgredior, transgrssus y transgressio,
tenemos en principio unos términos inofensivos que indican el paso de un lugar a otro,
generalmente saltando un obstáculo. Al aplicarlos metafóricamente a las leyes y a las
normas de conducta, llegamos al sentido que tienen en español: infringir (de frangere,
fractum), quebrantar (frec. de quebrar), vulnerar (de vulnerem, herida),
desobedecer una orden, ley, etc. de cualquier clase.
Primer principio de la transgresión. Es necesaria. Sin transgresión es imposible
ningún tipo de progreso. Pero es necesario asimismo que exista un orden y por tanto que
se persiga y se castigue sin contemplaciones toda transgresión. Cada ventaja y cada
contemplación que le arranca el transgresor al responsable de velar por la ley, es un
retroceso del orden establecido. Segundo principio: sólo le está permitido ser
transgresor a aquel que es capaz de escapar al castigo, o a aquel que es más fuerte que
los encargados de velar por el orden y castigar. En toda transgresión se produce un pulso
entre el transgresor y el responsable de velar por la ley y el orden.
Dos ejemplos de transgresión: 1. Milósevich limpia Bosnia y Kósovo de etnias
extrañas, bajo la mirada de una Europa que tiene distintas maneras de valorar lo que
está pasando. Nadie se ve con fuerzas suficientes o con las ideas lo bastante claras como
para pararle los pies, así que Milósevich va transgrediendo principios elementales de
"comportamiento político". 2. Los Estados Unidos, transgrediendo todos los
ordenamientos a los que debía someterse, le para los pies a Milósevich. Un transgresor
ataca a otro transgresor. Lo que hicieron los servios con la ayuda de Milósevich, ahora
lo hacen los albaneses con la ayuda de la OTAN. Los dos usan los mismos argumentos: estas
cosas no hace falta ordenarlas; es un sistema de venganzas, y por otra parte es imposible
pararlas. Las explicaciones de la OTAN irán a misa; las de Milósevich no valen para
nada. Los americanos pueden machacar a los servios, por consiguiente pueden juzgarlos y
condenarlos; en cambio los servios no pueden ni arañar a los americanos, así que serán
juzgados y condenados por ellos. Los países pequeños no pueden ser transgresores si no
se lo consiente el gran transgresor, el que puede organizar invasiones, golpes de estado,
y lo que le dé la gana sin que nadie pueda juzgarlos ni condenarlos.