CIVILIZACIÓN 2
Está claro que con civitas ocurre lo mismo que con natio,con
ekklesia (ecclesía), con
Congreso, etc., que es la gente la que da nombre al lugar y no a la inversa. La civitas
es el lugar donde suelen juntarse los cives, como el Congreso es el
lugar en que se reúnen los congresistas. De ahí posiblemente que hayamos heredado las
lenguas románicas civitas en lugar de urbs para denominar la
ciudad (pronto debieron olvidar los hablantes la sutil distinción entre ambos términos):
porque los hablantes debían emplear este término tanto para la ciudadanía como para el
lugar en que ésta se reunía. Es posible también que al principio la civitas fuese
tan sólo la reunión de los cives (existió el verbo civitare
con el significado de residir en la ciudad). Efectivamente, civi es el
perfecto de cieo, que significa mover, excitar, ir y venir, poner en
movimiento. Excitación es un derivado de cieo.
Ocurre, por otra parte que los que llamamos "lugares de habitación" no son
tales, sino tan sólo guaridas que sirven para tener las crías en su momento, guardar el
producto de la caza y de la recolección cuando no se puede consumir de una vez, y por
consiguiente acudir allí a comer. Es decir que los "lugares de habitación",
sean éstos grandes o pequeños, son todos despensas y "comederos". Tenemos la
prueba bien viva desde las mismas cuevas, en que son los restos de la comida los que nos
permiten descubrir el pasado de sus frecuentadores (que no habitantes, pues no se vivía
en ellas), hasta cualquier otro tipo de poblado, más lugar donde guardar la comida y
consumirla, que lugar donde vivir. Es decir que de hecho un poblado o una ciudad es
por encima de todo el lugar donde se guarda el alimento y se come, desde el mismo momento
en que la base de alimentación son animales o son productos que no se pueden consumir
directamente en el lugar en que se obtienen. Más aún, desde las mismas cavernas los
comederos son lugares sagrados, sobre todo si lo que se come son piezas mayores y no
conejos u otras piezas de caza menor. Los templos son los lugares de sacrificio y
comunión y son también los silos en que se guardan las cosechas. Recordemos un par de
datos reveladores: el cristianismo instituyó los ágapes, las comidas comunitarias
en que cada uno llevaba lo que podía, lo juntaban todo y comían todos por igual. Cuando
un pueblo pasa hambre, uno de los recursos más eficaces es hacer olla común para todo el
pueblo. Es decir que no es ajeno al agrupamiento de personas en un lugar, la necesaria
agrupación para comer.
Incluso el mismo concepto de habitar deriva de habere, que
significa tener. No es más que el frecuentativo de este verbo. Porque desde la primera
"domus", que fue un cercado con algunos cobertizos alrededor hasta
la casa actual, la función de "tener" va por lo menos pareja con la de
"vivir". La prueba está en que no es fácil que se nos caiga la casa encima.
Siendo, pues, de hecho la civitas el lugar cuyas principales funciones
están relacionadas con el cibus, sería ciertamente extraño que la propia
inercia de los sonidos y de las imágenes no acabase asimilándolos, de manera que se
percibiese la civitas como la fórmula para asegurarse el cibus.
Mariano Arnal
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