Epitafios

En la tumba de Miguel de Unamuno: «Sólo le pido a Dios que tenga piedad con el alma de este ateo».

En un cementerio de Minnesota: «Fallecido por la voluntad de Dios y mediante la ayuda de un médico imbécil».

Lo puso un marido en la tumba de su suegra: «Tanta paz encuentres, como tranquilidad me dejas».

«Necesité toda una vida para llegar hasta aquí».

Lo puso el marido sobre la tumba de su mujer: «Aquí yace mi mujer, fría como siempre».

Lo puso la mujer sobre la tumba de su marido: «Aquí yace mi marido, al fin rígido».