El Reglamento Secreto
de los Profesores II
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Convierte tus clases
en clases de dictado. Cuanto más copien tus alumnos,
mejor, y cuanto más deprisa, mejor todavía; así no habrá
tiempo para preguntas inútiles o incómodas. Además si las
cosas van mal, se deberá siempre a los malos apuntes, no a
tus malas explicaciones.
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Evalúa solamente al
final del curso o con pocos exámenes parciales, o por lo
menos, y esto es lo realmente importante, con muy pocas
preguntas. A la emoción del examen añadirás la emoción de
la lotería. Y ya sabemos todos que el que no sabe una o
dos preguntas no puede saber ninguna otra.
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No se te ocurra
evaluar con frecuencia a lo largo del curso, aunque sea de
una manera más sencilla e informal, porque los alumnos
podrían enterarse de lo que saben, de lo que no saben y de
lo que deberían saber. Si esto llega a ocurrir, te expones
a tener que aprobar a todos al final, y sufriría tu
prestigio de mantenedor de un alto nivel de exigencia.
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