EL CLUB DE LA
COMEDIA
Los
velatorios
Buenas
noches.
Vengo de un velatorio, Se ha muerto el abuelo de un colega y le he
acompañado al tanatorio. Y la verdad es que el tanatorio es un
sitio curioso. Hay hasta bar, que por cierto, tiene mucho ambiente,
porque es el unico que no cierra en toda la ciudad.
Lo primero que te encuentras al llegar alli son un monton de coronas
de flores. Que digo yo ¿Por que le llamaran a eso corona? Yo no he
visto nunca a un muerto con eso en la cabeza. Mas que una corona
parece un salvavidas, que hay que tener mala leche para regalarle a
un muerto un salvavidas.
Y los mensajes que llevan, son para leerlos: Tus nietos no te
olvidan, Tus compañeros de oficina no te olvidan. Que tu piensas,
pero, ¿a quien se lo dicen? ¿al muerto?. Los muertos no parecen
muy aficionados a la lectura. Y ademas, ¿como que no te olvidan?.
Pero hombre,si se acaba de morir ¡Como para olvidarse:
- Oye, ¿qué hacemos aquí en el tanatorio?
- Pues no sé, no me acuerdo muy bien, ¡creo que se ha muerto el
abuelo!
- ¡Vamos a preguntarle al camarero!
Yo creo que el bar es la clave del tanatorio. Porque si no fuese por
las copas que se toma el personal no se entiende todo lo que pasa
allí: Para empezar, el negocio se llama ¡Pompas fúnebres!. ¿Qué
falta de respeto es esa?... ¡Pompas fúnebres!, parece la marca de
un champú para difuntos:
"Pompas fúnebres, ¡el champú que no irrita los ojos!".
Y después de lavarle la cabeza al muerto con el champú
"pompas fúnebres" nos vamos de marcha..., de "marcha
fúnebre"... ¿Marcha fúnebre? ¡Esto ya es cachondeo! ¡Seguro
que irse de marcha fúnebre es ir a mover el esqueleto!
Pero menos sentido todavía tienen las conversaciones de la gente.
De repente llega un tío y dice: "No somos nadie!". Pero
¿cómo que no somos nadie? ¡No serás nadie tú! ¡Yo soy un tío
de puta madre! Y otro suelta... "Hoy estamos aquí y mañana
estamos allí". Hombre, mira, eso es lo bueno de tener coche...
En los velatorios te das cuenta de que si quieres que hablen bien de
ti, no hay como morirse. Si por ejemplo, tú eras un ludópata, la
gente dirá... "No tenía nada suyo"... Y si tenías muy
mala leche... "Parecía que se comía el mundo y luego no se
comía a nadie...".
Y aquí la cosa se anima y salta uno: "Y hablando de comer, ¡cómo
le gustaba el pollo!. ¿Os acordáis de aquella vez que se comió
cinco pollos de una sentada...?". Y otro: "¿Y la vez que
tiró un tabique con el hombro?. Que me van a perdonar, pero si se
comía cinco pollos seguidos y tiraba tabiques con el hombro, lo
raro es que no se hubiera muerto antes.
Y con estas anécdotas del muerto a la gente le da la risa floja y
de repente uno dice: "¡¡Aaaaaaay!!... si no nos reímos, ¿qué
vamos a hacer...?". ¿Cómo que qué vamos a hacer? Pues
llorar, cojones, ¡qué para eso estáis en un velatorio!
Y entonces se crea un silencio incómodo, hasta que a alguien se le
ocurre algo original que decir... "Pues mira, ya ha dejado de
fumar...". Bueno sí..., el muerto ha dejado de fumar, pero los
demás no paran... Que se forma allí un ambiente que sólo falta
que salga Michael Jackson bailando el Thriller... Yo creo que en vez
de ponerle velas al ataúd le deberían poner faros anti-niebla...
¡Es que es muy fuerte! Los muertos se van al otro barrio ahumados,
como los salmones. Vamos, que si llegas tarde piensas... "Coño,
¡qué los familiares ya lo están incinerando por su cuenta!".
Pero a mi las frases que más me impresionan son las que se dicen en
el "pésame"... "Te acompaño en el
sentimiento...!". O esa otra que dice... "Ha pasado a
mejor vida", que en eso sí que tienen razón... Porque toda la
vida con muebles de aglomerado de Ikea y cuando te mueres te meten
en un ataúd de roble macizo... Y a lo mejor te has pasado la vida
conduciendo un Opel Corsa y ahora te vas al otro barrio en un
Mercedes de puta madre... ¡Y con chófer! ¡Muy bien!. ¡El coche más
seguro del mundo! ¡A buenas horas!.
En fin, yo no tengo claro lo que quiero que hagan conmigo cuando me
muera. Había pensado en la incineración, pero no me convence.
Porque van los familiares con las coronas de flores y el ataúd, y
al rato salen con una copa de cerámica y claro, entre las coronas y
la copa parece que han ganado la vuelta ciclista a España.
Por eso estoy pensado en donar mi cuerpo a la ciencia. Así ni
velatorio ni nada. Las orejas las donaría al museo de cera, con un
tapón mío hay cera para hacer los Tres Tenores... El corazón a
Anne Igartiburu, para que haga: "Hola, corazones... Hoy tenemos
Corazón Golfo"... Y el hígado que se lo den a J.B., que se lo
han ganado.
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