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MUNDIAL 2002 - Fase clasificatoria

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URUGUAY, SEGUNDO BI-CAMPEON

 
     Veinte años después de haberse clasificado como el primer vencedor de la Copa Mundial de Fútbol, Uruguay volvió a cubrirse de gloria, y ante 205.000 espectadores en el majestuoso estadio "Maracaná", de Río de Janeiro, se consagró bi-campeón, en una calurosa tarde del 16 de julio de 1950.
 
     Ante la incredulidad de los aficionados brasileños y el sepulcral silencio que estos guardaron por lo inesperado del triunfo "charrúa", Jules Rimet, presidente de la Fifa, entregó casi en la clandestinidad el trofeo al capitán de la selección uruguaya.
 
     Al llevarse Uruguay por segunda ocasión la Copa "Jules Rimet" para Montevideo, empatando así con Italia en títulos ganados -dos-, ¡¡ lo que se presumía sería u uno de los grandes festejos de Brasil, terminó en luto !!.
 
     Al menos diez aficionados brasileños se suicidaron por causa de la derrota, ya que se creía a la selección "verdiamarilla" imbatible.
 
     El estadio "Maracaná", impresionantemente lleno para la final Brasil-Uruguay desde muchas horas antes de comenzar el duelo que definiría el máximo título, dejaba ver por todas sus tribunas unas enormes y numerosas pancartas que los alegres aficionados de la antigua colonia portuguesa portaban para celebrar lo que creían sería la victoria final de su país.
 
     "Los campeones mundiales son hijos del país más libre de la tierra" decían muchas de esas pancartas, que fueron guardándose poco a poco, y a medida que transcurría el partido, ante el evidente dominio de la selección uruguaya, que venció por 2-1.
 
     Primero un copioso llanto, masivo y expresivo del desencanto, y luego un absoluto silencio de esos millares de aficionados, culminaron la fiesta deportiva teñida de luto y dolor, por el cariño y amor que profesaban a su selección quienes luego se suicidaron. 
 
     La Copa Mundial de Fútbol, al igual que los Juegos Olímpicos, tuvo que ser interrumpida durante la segunda guerra mundial.
 
     Al comenzar el conflicto bélico, Italia poseía la Copa, y el entonces Presidente de la Federación Italiana y antiguo vicepresidente de la Fifa Ottorino Barassi, la envolvió en unos periódicos viejos, se la llevó a su casa y la ocultó en un zapato, debajo de su cama.
 
     Cuando terminó la guerra Barassi, en 1946, devolvió el valioso trofeo a la Fifa.
 
     Por esa guerra mundial, la competición dejó de disputarse durante doce años y se reanudó con la cuarta versión en Brasil entre el 24 de junio y el 16 de julio de 1950.
 
     Brasil, la nación más extensa de América del Sur y una de las más poderosas por su nivel futbolístico, fue el digno escenario para la "resurrección" de la Copa, para cuyas eliminatorias se inscribieron 29 países, clasificando 16 a la fase final.
 
     No obstante, Argentina, Escocia y Turquía, clasificadas para la final, cancelaron su participación a última hora, por lo cual sólo compitieron, como en la primera versión de 1930, trece países.
 
     Uruguay, en su segunda participación mundialista obtuvo el trofeo con cuatro partidos jugados, tres ganados y uno empatado; 15 goles a favor y cinco en contra.
 
     Brasil fue la selección más goleadora con 22 anotaciones y el promedio general ofensivo ascendió a 4.00. Por primera vez la Copa tuvo una marca total de 88 goles.
 
     El centro delantero brasileño Ademir se consagró como máximo goleador con nueve tantos, estableciendo así una nueva marca y superando por uno las impuestas por Guillermo Stábile, argentino, y Leonidas Da Silva, brasileño, en 1930 y 1938, en Uruguay y Francia, respectivamente.
 
     Con su nueva victoria Uruguay volvió a empatar para América el número de conquistas de la Copa Mundial frente al continente Europeo, con dos ediciones ganadas cada uno.
 
     Coincidencialmente hasta este año 1950 la famosa Copa "Jules Rimet" sólo tenía grabados en sus costados los nombres de dos países Uruguay e Italia.
 
     Muchos otros, hasta entonces, habían aspirado  a ganar el trofeo, pero sólamente la "squadra azurra" y la selección "celeste" habían alcanzado el objetivo, como un premio a sus virtudes futbolísticas.
 
     Pero en 1950 no todo fue tristeza, muerte y desasosiego para los aficionados brasileños, pues además del subcampeonato, hubo otro hecho importante y que quedaría para siempre grabado en la historia de la competición.
 
     Su extremo izquierdo Chico, el 13 de julio de 1950 en el "Maracaná" se convirtió en el jugador que marcó el gol 300 de la Copa Mundial, cuando a los 56 minutos del partido Brasil-España batió al guardameta hispano Ramallets.
 
     Veinte años después de alcanzado el primer gol en toda la historia de la Copa Mundial de Fútbol, Chico lograba el 300. El día que conquistó esa "mágica cifra" también anotó otro, pues Brasil venció a España por 6-1.