HISTORIA DE LOS MUNDIALES
ALEMANIA FEDERAL, SEGUNDO TITULO
Veinte años después de haber
alcanzado su primer gran triunfo en la Copa Mundial de Fútbol, la
entonces llamada "Jules Rimet", Alemania Federal obtuvo, en su propio
país, el bi-campeonato y, a la vez, ganó por primera vez el nuevo
trofeo donado por la Fifa.
En el anterior campeonato, al
conquistar Brasil su tercer título, había desaparecido, como premio al
tri-campeón, la Copa "Jules Rimet", y en el torneo de 1974 comenzó
también como símbolo de la "Supremacía del Fútbol", la disputa de la
Copa Mundial de la Fifa, no tan veleidosa como la anterior, pero desde
luego igual de esquiva.
Al desaparecer la "Copa Jules Rimet",
la Fifa donó el nuevo trofeo bajo la condición que éste nunca quedaría
en propiedad para ningún país, mediante decisión que adoptó en el
Congreso efectuado en Atenas entre el 6 y el 7 de enero de 1971.
Esta Copa es un trofeo de oro
macizo de 18 quilates con peso de cinco kilos e incrustaciones de un
trabajo de malaquita. Tiene 36 centímetros de altura, 13 de ancho de
base y 15 centímetros de anchura máxima.
Su creador fue el artista italiano
Silvio Gazzanica y su valor fue, por esa época, de 20.000 dólares.
Hoy, desde luego vale mucho más, especialmente en su aspecto
sentimental.
En su base, la Copa tiene inscrita
la siguiente leyenda:
FIFA
WORLD CUP
El torneo de 1974 en Alemania
Federal tuvo diversas incidencias, pero la más triste fue la
aparición, por primera vez, del dopaje o drogado, a cargo del jugador
Francois de la selección de Haití, convertido así en la "oveja negra"
del certamen.
Francois se dopó en el partido que
su país jugó y perdió por 1-3 ante Italia, el 15 de junio, en el
estadio de Munich.
El futbolista haitiano fue
expulsado del torneo y sancionado con un año de suspensión de toda
actividad internacional, por decisión de la Fifa.
También en este torneo se
registraron dos grandes goleadas: la del 9-0 que Yugoslavia le aplicó
a la selección de Zaire y la del 7-0 con la que Polonia ganó a Haití.
Hubo, además, dos países debutantes
en la competición mundialista: desde la lejana Oceanía, la selección
de Australia, y de Europa del Este, la de Alemania Democrática.
Este torneo sirvió, por tanto, para
que hiciera su debut en la "sociedad futbolística" mundial un
representante de Oceanía, haciendo mucho más universal este deporte,
porque quedaron integrados en él los cinco continentes.
La gran decepción del campeonato la
constituyó la paupérrima actuación de Brasil, que no pudo defender
airosamente el tri-campeonato alcanzado en el torneo de México,
cuatro años atrás.
Alemania Federal, para obtener su
segundo título, ganó seis partidos y perdió uno, precisamente frente a
Alemania Democrática (0-1), con trece goles a favor y cuatro en
contra.
El promedio ofensivo fue mayor en
dos goles que el obtenido en México, al marcarse un total de 97 en 38
partidos y lograrse un 2.55.
Debido al sistema implantado para
este torneo, el número de partidos aumentó en seis respecto al de
México´70, jugándose un total de 38.
La selección de Polonia se
constituyó en la máxima anotadora del torneo con 16 goles, y su
delantero Grzegorz Lato fue consagrado como el "rey" de los goleadores
al marcar siete.
El argentino Héctor Yazalde
inscribió su nombre para la historia de la competición al ser el autor
del gol 900.
Esa cifra la logró en el estadio de
Munich el 23 de junio cuando Argentina derrotó por 4-1 a Haití.
A los 14 minutos de juego, Yazalde
batió al portero haitiano Francillón y ese mismo día conquistó otro
gol, siguiendo así una tradición muy apreciada a lo largo de la Copa
Mundial de conseguir el mismo jugador otro tanto cada vez que se
llegaba a una cifra centenaria.
El partido final entre alemanes
federales u occidentales y holandeses (con Johan Cruyff como figura
del equipo denominado la "naranja mecánica en todo el campeonato) tuvo
otra gran característica: la severidad del árbitro inglés Taylor, que
señaló dos tiros de penalty, uno para cada selección, el primero al
minuto de juego a favor de la selección "tulipana", y el segundo a los
23 minutos para el equipo "germano".
Los alemanes ganaron, en su estadio
de Munich por 2-1 el 7 de julio de 1974, y Brasil ocupó el cuarto
lugar, y sin contar ya con "O rey" Pelé.
Así la nueva Copa de la Fifa inició
su tránsito por el mundo futbolístico, con una descripción muy
acertada de su creador el escultor Gazzanica, que dijo de ella:
"En un lenguaje florido y
espontáneo, el trabajo expresa la fuerza y la pureza del espíritu de
la competición deportiva".
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