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MUNDIAL 2002

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ESPAÑA EMPIEZA SU MAYOR RETO

 
     La selección de España iniciará el domingo su mayor reto a nivel mundial para buscar su auténtica imagen futbolística y demostrar que sus posibilidades de "llegar muy lejos" dentro del XVII torneo por la Copa "Fifa" no son un espejismo ni producto de especulaciones.
 
     Ante sí tendrá en el estadio de la ciudad de Gwangju, con capacidad para  42.391 espectadores a un seleccionado debutante en estas lides, Eslovenia que, sin embargo, presenta buenas credenciales a nivel europeo y que realizó una brillante campaña en la fase clasificatoria del torneo de Corea del Sur y Japón.
 
     El duelo se jugará a partir de las 13.30 horas española (12.30 GMT), y previamente, a las 09.30 (08.30 GMT) jugarán en el estadio Pusán Sports, de la ciudad coreana de Pusán, las selecciones de Paraguay y Sudáfrica, las otras dos integrantes del grupo B.
 
     España, que a nivel de clubes es una potencia futbolística, está en deuda con su afición por la pobreza exhibida en los anteriores campeonatos mundiales. Jugará esta Copa con futbolistas de renombre, pero que sólo justificarán ese calificativo, si cumplen un papel digno, inicialmente en el grupo "B", y posteriormente en las fases siguientes de la competición.
 
     En su nómina hay jugadores de renombre continental como Raúl González, Fernando Hierro, Luis Enrique, Diego Tristán y Rubén Baraja, y otros que, como el portero Iker Casillas, Iván Helguera, Juan Carlos Valerón y Carles Puyol, esperan salir "supercotizados" de este campeonato.
 
     Para llegar a la fase final, España cumplió una gran campaña y ganó el grupo 7 de la zona Europea con 20 puntos -6 victorias, dos empates, ninguna derrota, 21 goles marcados y cuatro en contra-. Su portero titular fue Santiago Cañizares, que por lesionarse en la concentración previa del equipo sólo será un espectador y, desde luego, un gran animador para la selección.
 
     España ha participado en diez torneos anteriores y siempre ha sido en ellos mediocre en juego y clasificación. Su mejor actuación la cumplió en 1950 durante el IV torneo disputado en Brasil cuando se clasificó cuarta.
 
      Por eso en esta XVII versión "copera" su reto es significativo porque ni su técnico , José Antonio camacho, ni sus jugadores quieren regresar a casa con "la cabeza agachada". El equipo se ha preparado con esmero y con su capitán Hierro, que jugará su último campeonato por su edad, quieren hacer "su mundial" para que universalmente se les reconozca su valía profesional.
 
     Eslovenia, su rival, no será fácil. Segundo del grupo 1 de la zona Europea con 23 puntos -7 victorias, dos empates y una derrota, 18 goles marcados y 5 recibidos-, se clasificó finalmente al superar en el "repechaje" a Rumania, con triunfo por 2-1 y empate 1-1.
 
     Su principal figura es Zlatko Zahovic, un jugador de "zurda" portentosa y malgeniado hasta el extremo, pero que destila fútbol y clase por todos sus poros.
 
     La selección tiene el tradicional estilo yugoslavo, de buen toque, excelente manejo del balón y de jugadores hábiles para desplazarlo o para defenderlo en su área, por lo que en ningún momento será un rival cómodo para los españoles.
 
     En este grupo figura como la segunda favorita y para justificar ese calificativo tendrá que disponer de todos los recursos técnicos de sus jugadores, entre quienes también sobresalen Novak, Pavlovic, Cimirotic, Bulajic y Acimovic.
 
     España basa su juego en la fortaleza de su medio campo, donde estructura muy bien el dispositivo táctico para abastecer de balones a un trío atacante que sabe desplazarse bien, buscar y crear espacios y rematar con precisión. Raúl, Morientes y Tristán tienen la gran responsabilidad de traducir en goles el juego que despliegan, especialmente, Baraja y Valerón, los dos "organizadores" que, además, también tienen "gol".
 
     Camacho y sus jugadores se han tomado este campeonato como un reto personal. Los 23 seleccionados no quieren, como pasó con quienes les precedieron, "salir quemados" y unirán sus esfuerzos, voluntades y conocimientos bajo el único propósito de triunfar. Ninguno de ellos conoce, por ahora, la palabra fracaso. Ni quieren oirla mencionar.